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Singapur mon amour

CARLA VALLÉS. 15/06/2013 En Asia no es ninguna novedad el arreglo de casamientos entre familias, pero sí la primera vez que un gobierno se convierte en celestina oficial

VALENCIA. ¿Qué ocurriría si el gobierno de nuestro país decidiera buscarnos pareja? No hace mucho leí que el Gobierno de Singapur ha creado un ministerio llamado Unidad de Desarrollo Social (UDS). Un tipo de departamento gubernamental que fomenta el apareamiento entre sus ciudadanos (un singles español por entendernos, sólo que con cartera ministerial, BOE y todo). Preocupados por la elevada cifra de solteros y por la baja tasa de natalidad, los políticos del estado han tomado medidas a través de un ministerio que actúe de alcahueta pública ideando un plan de emergencia que sacia, además, diversas apetencias.

En Asia no es ninguna novedad el arreglo de casamientos entre familias, pero sí la primera vez que un gobierno se convierte en celestina oficial con el fin de imponer a los jóvenes del país relaciones subvencionadas con dinero público. "Al menos allí el dinero estatal no lo utilizan para malversar", pensé a bote pronto. Continué leyendo y la furia comenzó a apoderarse de mí.

Pues ese empujón a hacer el amor tiene truco y trato. Los jóvenes de allí, especialmente las mujeres que aspiran a un desarrollo laboral, son incitadas con esta iniciativa a priorizar a la familia y a los hijos frente a sus carreras profesionales. O sea, que además de limitarles en el tiempo el derecho a encontrar el amor, las obligan a aparcar sus inquietudes profesionales y laborales para reducirlas drásticamente a cualquier tipo de exhibición más que a la de exclusivamente las tareas domésticas.

Una suerte de violenta y absoluta intromisión en el libre albedrío de la vida privada de la mujer. Un mezquino despropósito llevado a cabo por la emergente amenaza de un sector femenino cada vez más preparado en un contexto en el que surge además el macho sensiblero. Ese amante de la depilación láser dispuesto a cambiarle los pañales a su bebé a altas horas de la madrugada porque su mujer, tras una dura jornada profesional, está en la cama reventada.

Sin ánimo de sonar feminista no puedo evitar preguntarme ¿Será que los parlamentarios en Singapur necesitan mandar a sus mujeres a la cocina por miedo al poderoso imperio intelectual de la vagina? ¿Acaso temen que su preciada virilidad quede relegada ante el asentamiento de la nueva mujer emancipada?

Singapur, al igual que otras economías asiáticas de acelerado crecimiento, tiene un elevado porcentaje de mujeres profesionales de altos ingresos, la mayoría solteras. Por eso, en lugar de esperar a consolidar sus carreras, el ministro de Singaupur les aconseja que consideren casarse antes de los 30 para formar una familia. Para sacrificar, en realidad, lo profesional en virtud de lo maternal. Para la subordinación femenina tras años luchado por ser admitidas en el plano laboral. Es cierto que tenemos un don, el de albergar durante 9 meses un ser con capacidad de racionar. Que no sea precisamente esa gracia nuestra condena o la excusa que justifique el encerrarnos en casa económicamente incentivadas como objetos de fertilidad.

"Somos algo más que cuerpos destinados a incrementar el índice de natalidad"- insistía indignada a una amiga a la que le comentaba la situación de Singapur. Me inquieta que en tiempos de igualdad tomemos medidas similares y humillemos de tal modo nuestra legislación laboral. Algún día saldremos de este panorama bochornoso, sin embargo, si en el presente no somos precavidos nuestra democracia del futuro será limitada, pobre y elitista. Una condena insolidaria si las consecuencias de nuestras decisiones actuales en un futuro nos dan mayores preocupaciones.

Pues aunque efectivamente se debilite nuestro sistema político es momento de fortalecer nuestros derechos cívicos. A todos ellos que piensen lo contrario les diré que existe una teoría que defiende que en la época de la Prehistoria eran las mujeres, ataviadas en taparrabos, las que salían a cazar. Actividad considerada por los expertos como básica para la supervivencia y desarrollo de la especie humana. He dicho.

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1 comentario

Oscar escribió
18/06/2013 03:15

El articulo demuestra una gran ignorancia sobre politica social en general y sobre Singapur en particular. Tildar los incentivos y esfuerzos de Singapur porque aumente la natalidad como una "violenta y absoluta intromisión en el libre albedrío de la vida privada de la mujer" es una exageracion sin sentido. La mujer en Singapur esta plenamente incorporada al mundo laboral, con una tasa de desempleo minima y con toda la libertad para elegir tener familia o no. La sociedad en Singapur tiene muchos defectos, como cualquier otra, pero el tema que se trata aqui no es uno de ellos.

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