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'Capitán Senyoret'

CARLA VALLÉS. 01/12/2012 "No es casual que los periodos de recesión, crisis bancarias y profunda incertidumbre coincidan con la aparición de superhéroes..."

VALENCIA. No es casual que los periodos de recesión, crisis bancarias y profunda incertidumbre coincidan con la aparición de superhéroes, esas figuras de músculos superlativos cuya divina anatomía queda concienzudamente detallada bajo una fina malla elástica que marca y resalta cada portento de un físico de infarto en colores fosforitos y nada combinables.

Todo un atentado para la vista, en términos de moda claro. La capa también es su sello de identidad. Poco práctica en mi opinión. Aunque ni lo que podría ser un incordio para el resto de la población lo es para un elenco de excepción. Porque ellos hacen gala de ser hombres y mujeres "super": superpoderosos, superdotados, superbuenos y superguapos. Vamos, que son supercalifragilísticoespialidosos.

Envuelta en mi manta eléctrica con 10º en el exterior, a punto de devorar una pizza barbacoa y frente a la pantalla de mi portátil dispuesta a entrar con mis cuatros sentidos en "Los Vengadores" (película que da vida a los personajes creados por la editorial estadounidense Marvel Cómics), no pude evitar filtrar en mi mente un pensamiento esperanzador: ¿Sería muy descabellado imaginar la existencia de un héroe en la actualidad?

Supongo que en una época donde la palabra "rescate" tiene por primera vez connotaciones negativas en el ámbito mundial y en un momento donde la sociedad reclama líderes utópicos para cambiar su estado salarial, la posible aparición de estas figuras se vuelve desesperadamente tentadora. Divagar con la idea se torna inmediato. La historia de los cómics enseña que cada territorio cuenta con un superhéroe diseñado específicamente para luchar contra las injusticias que surgen en un determinado espacio, por loque si a las características de nuestra terreta me ciño, me resulta fácil imaginar cómo sería el Superhéroe Valenciano actual.

Cojo mi libreta de ideas y el brainstorming comienza a fluir. Lo primero es escoger su fecha de nacimiento: la noche de San José. No hay duda. El cuento entonces comenzaría bajo los siguientes cimientos: Son las doce de la noche, un manto oscuro de nubes oculta las estrellas del cielo y sopla un fuerte viento nocturno. A pesar del mal temporal, el ambiente por las calles de Valencia es festivo y miles de personas se congregan alrededor de sus fallas favoritas para disfrutar del espectáculo. Es el turno de una de las galardonadas en categoría especial que toma el 9 de octubre como tema principal. La eterna laureada de Convento Jerusalén. Bajo, el público espera expectante. El fuego se retrasa unos minutos por culpa de violentas ráfagas de aire y al fin la mecha comienza a arder. Sin embargo, la repentina caída de una senyera de cartón ondeada por un ninot de esta evocadora falla al día de la Comunidad Valenciana golpearía con fuerza a un desafortunado anónimo de entre los asistentes cambiándole la vida para siempre.

Al despertar, ya en su habitación, el improvisado elegido descubriría sus superpoderes: la fuerza bruta de un auténtico saragüey dedicado a su huerta durante años, un físico para tirar mascletàs y una mutación de retinas que le otorgaría un potente radar visual capaz de captar la presencia de seres corruptos. El mal por excelencia que acecha a nuestro territorio desde años cual contagiosa plaga entre nuestros habitantes.

La elección de su indumentaria, en colores azules, amarillos y rojos, no puede ser otra que la de unas costuras que den forma al animal de nuestro escudo: el ratpenat. Aunque a diferencia de Batman, aquel llevaría siempre un blusón a modo de capa voladora. Pero eso no es todo. Dispondría también de un arma letal basado en la ingesta de una hierba vegetal: la chufa.

Una vez detectada la mente malvada nuestro héroe originaría en las papilas gustativas de los villanos el popular tubérculo como poderoso elixir para aplacar sus anhelos por corromper. Pero no todo sería tan sencillo. El zumo de naranja artificial se convertiría en su criptonita particular. Bajo la premisa de lo tradicional, Capitán Senyoret, nombre que recibiría nuestro protagonista en honor a su paella predilecta, toma por bandera el producto valenciano natural por lo que todo aquello envasado o adulterado debilitaría su poder.

Los malos pronto adivinarían cómo derrotarlo exterminando todo producto cultivado en l'horta valenciana. Principalmente aquellos de gran valor para el capitán: los de denominación de origen. El desabastecimiento total de productos naturales traería además terribles consecuencias cerniendo la oscuridad sobre el pueblo valenciano. Como caos absoluto, algunos entrarían en un estado de amnesia permanente olvidando sus raíces, su lengua, cuánta cantidad de agua echar a la paella para que no se pase el arroz, ponerle guisantes o, peor, no distinguir a una fallera de la princesa Leia.

Pero como todo superhéroe, Capitán Senyoret encontraría un antídoto gracias a su Robin particular, compañero del alma y cómplice: Caballer. El prestigioso pirotécnico descubriría una mezcla explosiva capaz de devolverle todos sus poderes con los que volver a restaurar el orden y acabar con aquella especie de maldición bíblica revelada sobre nuestra Comunitat.

A punto de morir electrocutada por mi manta me desperté apoyada sobre mi libreta y con la música de los créditos finales de la película. Soñar y dar rienda suelta a la imaginación es reparador pero también turbador en una realidad lejos de ser un mundo donde alguien combate por tu protección. Pero eso debe hacernos más fuertes, porque aunque habitemos en un lugar desprovisto de superhéroes, la sociedad está repleta de supervivientes. Luchadores de carne y hueso que superan obstáculos sin hacer caso a falsos oráculos.

Aunque eso sí, cada vez que escucho en la lejanía un rítmico bombardeo, huelo a traca o adivino en el cielo las siglas CS dibujadas por coloridos fuegos artificiales, el vello entero se me eriza y pienso: "Quizás sí. Quizás Caballer le está mandando una señal".

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12 comentarios

Maria BL Dakar escribió
03/12/2012 17:45

Sencillamente genial! Me he ido imaginando el Capitan Senyoret linea tras linea. Muy biene scrito, con la ironia en su punto y cerrado con una frase genial "aunque habitemos en un lugar desprovisto de superhéroes, la sociedad está repleta de supervivientes. Luchadores de carne y hueso que superan obstáculos sin hacer caso a falsos oráculos". Ole!

Carla Vallés escribió
03/12/2012 10:54

Buenos días. Lo primero, muchísimas gracias por vuestros comentarios. Me alegra generar opiniones y reflexiones de todo tipo. Lo dicho, mientras esperamos la llegada de un "Capitán Senyoret", sigan siendo críticos con el actual panorama, sigan reclamando lo que es justo para todos, sigan optando por el respeto en la defensa de sus creencias. En definitiva, sigan siendo unos supervivientes. Todos los somos.

colorincolorado escribió
02/12/2012 22:01

un buen sueño ...¡¡¡ ese capitán debería de existir...si alguien lo conoce que le llame.... como dice pillado tenemos muchos héroes anónimos..... vivan los sueños y la ironía.....¡¡¡¡

Ana escribió
02/12/2012 14:42

Pedro, que pena que no tengas sentido del humor...

02/12/2012 14:32

Buenas tardes Amparo Salesc: felicito por su web haré un enlace en mi blog es sumamente interesante al menos para personas de otros países que me leen.- Atte Alejandro Pillado 2012

amparo salesc escribió
02/12/2012 11:27

Se necesitan muchas personas que no sean heroes de comic pero con la conciencia recta y el corazo. n sin m-aldad ,NO SALVA PATRIAS Una persona capacitada y recta63

tita escribió
02/12/2012 11:25

Me he reido mucho. .Me quedo con los supervivientes, los superhéroes me dan miedo.....gracias Carla Vallés.Me gusta que arriesgues.

Ximo de Meliana escribió
01/12/2012 12:22

Cuanta razón tienes y que manera mas acertada e inteligente de describirlo. Nuestro particular capitan senyoret deberia ser nuestro Tribunal Superior de Justicia, pero desgraciadamente hemos visto como los poderosos se suelen ayudar entre ellos, quizas sea que nos simplemente Poderosos sino que son tambien SUPERVILLANOS. Felicidades A la bloguera, un gran artículo.

Pedro escribió
01/12/2012 11:12

La verdad sin animo de faltar al respeto .. todo el artículo me parece absurdo. Por cierto "loque" es mejor ponerlo separado.

Blacberry escribió
01/12/2012 11:00

Los valencianos necesitamos más que nunca a un Capitán Senyoret que limpie nuestra tierra de todos los corruptos que se han lucrado a costa de todos nosotros.

Rafa escribió
01/12/2012 10:40

Simplemente brutal

01/12/2012 09:27

Buenos días: ¿sabe lo que aflora en su artículo? LA IRONÍA, escribir y saber poner algunas metáforas no es tan fácil ,se da muy poco por aquí.- Sin embargo, los héroes anónimos existen en nuestra Sociedad no cientos sino miles.- Los héroes como Supermann o Batman quizás no pero todos aquellos que cada mañana intentan salir adelante,sacar adelante su familia,que le echan narices ,valentía y mucha dignidad son para mi héroes.Su frase final lo resume todo "Aunque habitemos en un lugar desprovistos de super-héroes la sociedad esta repleta de supervivientes" y lo puedo comprender muy bien yo sería uno de esos "supervivientes" que intenta no hundirse en fango de esta crisis,no hundirse en la desilusión de como vienen las cosas (en todos los aspectos) sin dejar por eso de defender lo único que nos queda a muchos que es la DIGNIDAD.- Atte Alejandro Pillado 2012

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