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VALENCIA. La profunda crisis económica está suponiendo importantes reajustes en la economía española que afecta a todos y cada uno de sus estamentos, lo que, en opinión de muchos empresarios, hace más patente la necesidad de reforzar la vertebración de los distintos sectores económicos.

La recientemente aprobada reforma del sector energético o, para ser más exacto, del sector eléctrico, se ha saldado con un considerable varapalo a las empresas eléctricas tradicionales, a las que centran su actividad fundamentalmente en las energías del régimen ordinario, que se han visto obligadas a jugar no solo el papel de cornudos, sino también el de apaleados, ya que no solo tuvieron que hacer frente en el pasado a la financiación del déficit tarifario generado por las políticas favorecedoras de las energías renovables, sino que al final han tenido que correr también con el gasto de la barra. Es el resultado de la política del café para todos decidida por el gobierno.

Salvando las diferencias, el sector financiero se ha visto igualmente sorprendido por la escenificación de un "acuerdo" entre gobierno y PSOE sobre los desahucios hipotecarios, sin que las entidades del sector hayan tenido, al menos públicamente, protagonismo alguno en la solución.

A toro pasado, algunos analistas coinciden en señalar que una de las causas de este tipo de desenlace hay que buscarlo en la falta de vertebración de los sectores económicos españoles.

Así, un sector estratégico como el eléctrico ha alcanzado un alto grado de inoperatividad en este campo, lo que se ha traducido, a la postre, en una escasa influencia de Unesa, patronal que no deja de ser la proyección natural de un sector cuyos miembros son incapaces de diseñar puntos de encuentros o líneas de actuación comunes como consecuencia de la tradicional falta de sintonía existente entre sus líderes. ¡El eterno drama de los egos!

El caso ha servido para que se enciendan todas las alarmas entre los empresarios de los grandes sectores españoles, una vez constatado el alto grado de ineficacia alcanzado por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), institución que se encuentra en caída libre sin que nadie parezca dispuesto a activar el freno.

Por ello, son varios los sectores que han iniciado procesos de redefinición de modelos de representación en busca de la necesaria efectividad en su interlocución con las administraciones, algo que se antoja en ocasiones como complicado, ya que se interponen, entre otras, cuestiones políticas derivadas de la estructura autonómica del Estado.

El sector del automóvil, que representa el 7 por ciento del PIB, el 11 por ciento del empleo y el 25 por ciento de las exportaciones españolas, es uno de los que parece haber encontrado el modelo más eficaz, aunque no exento de tensiones, que vienen siendo generadas por miembros en búsqueda de protagonismos, la mayoría de los cuales resultan inútiles.

El modelo de vertebración sectorial, encontrado hace años por el sector del automóvil y que vino a sustituir a la antigua Confederación Española del Automóvil, gira en torno a un foro de debate conformado por las cuatro asociaciones del sector -Anfac, Aniacam, Faconauto y Ganvam- y en donde están presentes los ministerios de Economía y de Industria. Bajo el nombre de "Comité de Diálogo", los fabricantes nacionales, los importadores, los concesionarios y los vendedores, han encontrado en esta mesa un punto de encuentro y una fórmula eficaz para defender sus intereses comunes frente a las administraciones y la fórmula está siendo estudiada por otros sectores con el objeto de implantarla.

La falta de efectividad demostrada por una obsoleta CEOE, obliga a distintos sectores empresariales españoles a buscar modelos sustitutorios de representatividad y de defensa de sus intereses. Por el momento, la Mesa de Dialogo desarrollada por el sector automovilístico español parece mostrarse como la formula más eficaz, aunque miembros del sector han empezado a mostrar su disgusto por los personalismo que comienzan a detectarse en su seno y que como pone de relieve un miembro de la mesa, "los egos son como las termitas, arrasan con todo".