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El poder de la Lycra

CARLA VALLÉS. 01/11/2012 "Llevo un mes, dos semanas, tres días y, lo reconozco, ya soy una F. A."

VALENCIA. Cuando el verano toca a su fin la vuelta a la rutina suele tornarse dura. Si eres uno de los reclutados por el exclusivo pelotón de las "SS" (Seguridad Social), la playa pasa a ser reemplazada por la oficina para convertirse de nuevo en tu hábitat natural (a la que aquellos elegidos también la llaman, "Mía, mi tesoro"). Por el contrario, si esa no es tu suerte, las cuatro paredes de tu cuarto pasan a ser un refugio donde subsistir las 24 horas del día a través de apasionantes y didácticos videos en youtube que compartir con el resto de simpatizantes en las redes sociales.

Aún así, unos y otros, conscientes de unos tiempos oscuros donde al bolsillo le cuesta soltar varios duros, buscan alternativas para rebajar esos kilos de más florecidos los días de asueto que nos deja en invierno con el pantalón más prieto.

En mi caso, tras optar por unos días de descanso en la estupenda zona de la Costa Blanca, varias raciones del senyoret, barbacoas al montón y litros y litros de mojitos para pasarlo de maravilla las noches de estío, dejaron sin piedad 3,56 kilos de felicidad que cada vez que miro maldigo mi libre albedrío. Pero no se preocupen, tengo la solución. Incapaz mi cartera de asumir más gastos este año he decidido renunciar al gimnasio y sumarse a los muchos que encuentran como vía barata salir a correr al extenso cauce del río Turia de nuestra ciudad. Un espacio al aire libre donde naturaleza y ocio se aúnan convirtiéndose en nuevo punto de encuentro social para muchos valencianos, animados, por culpa de esta crisis infernal, a trasladar su rutina de semana al exterior, para evitar los gastos de las actividades del interior.

Llevo un mes, dos semanas, tres días y lo reconozco, soy una F.A. (footing-adicta), que no "Facebook-adicta") (Que también). Una suerte de disciplina intensa y dinámica que practicada de forma continuada eleva culos, tonifica muslos y tersa vientres como los de un adolescente. La clave: el equipo. Y es que el primer día que me propuse practicar el deporte me di cuenta de la importancia de una buena porte.

Colores flúor para el torso en lycra ultrarresistente, mallas ajustadas para ellas y con refuerzo elástico en ellos para agarrarlo todo y correr como un visigodo, así como las zapatillas más punteras son las reinas de la pista. Una indumentaria que a pesar de ser principiante te posiciona en apariencia en el grupo de los mejor dotados. Ellos, Hércules con abdominales dignos a venerar; ellas, Afroditas de nalgas vigorosas, avanzan gráciles como gacelas sobre el terreno al compás de frenéticos ritmos musicales que emergen de los cascos de sus iPods de última generación.

Su anatomía es objeto de deseo por el resto de seres humanos. Gorditos, rellenitas, fofos o simplemente con una capa de grasa extra en el flotador como yo se encuentran siempre con la misma pregunta: "¿Por qué?" (A lo que me respondo: "Porque aunque no lo necesitan y sus movimientos son para quitarse el sombrero, te motivan a dejar de hacer sofing y empezar a menear el trasero")

Así pues, embutida en un uniforme multicolor y alcanzando de golpe la máxima jerarquía en el universo de los expertos de la lycra deportiva y mutada completamente en uno de ellos, comencé la marcha. Un fugaz pero intenso hilo de viento que se agita en tu oído ("fiuuu") te advierte de su gran talento. Poderosos te adelantan y entonces te delatan. Sus zancadas resuenan veloces hasta gradualmente desaparecer de tu campo de visión. El resto de seres menos evolucionados como yo me lanza una mirada fatigada pero comprensiva y con la lengua fuera, lo entiendo. Jamás seré uno de ellos.

La conclusión es absolutamente evidente: es de humanos no tener los músculos como birmanos pero también no llegar a fin de mes por querer correr como un marqués. Y eso que este año quería ahorrarme el gimnasio.

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4 comentarios

AMPARO SALES escribió
07/11/2012 19:00

cada dia me gusta mas lo que escribes para Navidades escribe un cuento. Te mando un beso tu maxima admiradora

Gonzalo escribió
05/11/2012 16:58

Había oído hablar de está bloggera y realmente me ha gustado. Me ha entretenido y divertido sus apreciaciones. Sigue así

marisina escribió
04/11/2012 21:46

Querida Carla....el poder de la lycra es fantástico...pero el de la mente es más importante....sigue cultivándola para seguir escribiendo.....

vicenta bayo aloy escribió
04/11/2012 10:59

Pues imaginate como se siente una cincuentona con 10 kg de mas.Un beso y estoy esperando el cuento o la novela.

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