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VALENCIA. "Tienes suerte, te vas a aprovechar de todo el trabajo hecho". Esto es lo que, más o menos, le dijo Cristóbal Montoro a Vicent Soler en el corrillo que formaron, junto a Antonio Beteta, Julián López y Clara Ferrando, al acabar la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) el pasado miércoles. No le falta razón al ministro, pero no debe dejarse embaucar el conseller. La Comunitat Valenciana va a sacar provecho de todo el trabajo hecho -"por mí y por Moragues, le faltó decir"-, de los recortes y del esfuerzo para reducir el déficit, pero sobre todo va a beneficiarse de la deslealtad con la que Montoro ha tratado a la Generalitat.

No debe dejarse embaucar Soler, porque buena parte del aumento de fondos que va a recibir la Generalitat del Estado durante los próximos años no es más que la devolución del dinero que Montoro ha retenido a la Comunitat, de forma más cicatera que con ninguna otra autonomía. Dinero del que no dispuso el Gobierno de Fabra, señalado como ejemplo de mal control del déficit por el propio Montoro y su escudero Beteta, quienes después se ofrecían como rescatadores a crédito para paliar el efecto de su falta de rigor. No hablamos de la necesidad de un nuevo modelo de financiación autonómica, que también, hablamos del actual, que además de ser malo se aplica de la manera más perjudicial para la Comunitat.

A falta de saber a qué créditos se refieren algunos partidos cuando hablan de "deuda ilegítima" de la Generalitat, los que sin duda pueden calificarse de ilegítimos son los intereses que ha habido que pagar por toda la deuda contraída para tapar el desfase de dos años en algunas transferencias del Estado.

Al hacer la declaración de la renta, uno se alegra de que le salga a devolver y no a pagar, a pesar de que, pensando fríamente, lo primero supone haberle 'prestado' dinero a Hacienda y lo segundo es una especie de pago aplazado, en ambos casos sin intereses. De la misma forma, Soler puede caer en el error de celebrar que este año el Estado va a liquidar a la Comunitat 684 millones de euros, que en 2016 serán 1.000 millones y que en 2017 puede llegar a 2.000 millones.

El secretario de Organización del PSOE de Andalucía, Juan Cornejo, dijo el jueves que Rajoy "tiene que explicar, y muy bien, por qué margina a Andalucía y le obliga a devolver 265 millones", mientras Valencia recibe 684 millones, Baleares 553 millones y Cataluña 269 millones. Yo se lo explico. Andalucía tiene que devolver 265 millones ahora porque en 2013 el Gobierno le dio 265 millones más de lo que recaudó esta comunidad por IRPF, IVA e impuestos especiales. Esto es así porque el Gobierno calcula cuánto se va a recaudar y da un anticipo. Dos años después, cuando la cifra de recaudación es definitiva, hace la liquidación, que sale a pagar o a devolver. El cálculo inicial lo hacen Montoro y Beteta; la liquidación no la calcula Rajoy, sino un ordenador.

Así que la "marginación" de Andalucía la habría querido para sí el conseller Moragues, que en 2013 tuvo 684 millones menos para gastar por culpa de un error de cálculo en el que el Ministerio es contumaz. Con ninguna otra comunidad se equivoca tanto en contra y, a pesar de ello, no solo no corrige el anticipo cada año sino que aumenta la brecha. Lo dicho, 1.000 millones el año que viene y el doble el siguiente. Para 2016, el ministro prevé un aumento global de 6.800 millones en los anticipos a las comunidades autónomas. Al menos 2.000 millones deberían ir a la valenciana.

Si fuera así, Soler tendría para elaborar el presupuesto de 2016, respecto al de este año, 2.000 millones más de ingresos a cuenta y unos 400 más de la liquidación. Una lluvia de millones que no será suficiente para hacer un Plan Económico-Financiero (PEF) ajustado al objetivo de déficit del 0,3%. Por ello, sigue muy presente la idea de volver a hacer trampas e incluir una partida de ingresos ficticios por importe de 600 millones, por compensación de los impuestos perdonados a la Sareb. ¿Volverá a hacer la vista gorda Montoro, como hizo con los 1.200 millones fantasmas de Moragues?