MADRID. Nadie pone en duda de que el hipersector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), es uno de los más activos de la economía mundial y con un futuro extraordinariamente complejo que obliga a los conocidos como players a permanecer en continua evolución. Como decía recientemente un veterano analista del sector, "si te estás quieto unos pocos meses estas muerto, te quedas fuera".
Quizá por ello, los cambios se producen con una increíble rapidez y es uno de los pocos sectores en el que el futuro inmediato está por escribir y por eso continua una permanente evolución en redes y servicios y como señala el presidente de Telefónica, César Alierta, cada vez cristalizan fenómenos que en años anteriores se mostraban como meras posibilidades, aunque se empiezan a atisbar nuevas aplicaciones que, sin duda, impactarán en nuestro futuro cercano.
En este contexto, no sorprende el anuncio de WhatsApp afirmando que comenzará a ofrecer servicios de voz (llamadas) a partir de este verano, lo que algunos aseguran amenaza con revolucionar el futuro del sector en todo el mundo, aunque la amenaza es lo suficientemente importante como para que las operadoras -al menos las europeas- presionen al regulador comunitario alegando lo mismo que ya han hecho en relación a otras grandes tecnológicas como Google, y obligar así a que compañías tecnológicas que utilizan capacidades de ancho de banda tan enormes, paguen a las telecos por utilizar las infraestructuras que han desarrollado invirtiendo miles de millones de euros. No lo va a tener fácil la compañía creada por Jan Koum para ejercer el parasitismo o gorroneo.
En cualquier caso y sin que exista relación causa-efecto, Telefónica ha movido ficha con celeridad y su consejo de administración ha aprobado una simplificación de la estructura de gestión de la compañía que repercutirá en la agilización de la misma, y permitirá a la multinacional española avanzar sin dilación en el proceso de convertir a Telefónica en una compañía de servicios digitales.
Solo así parece que se conseguirán las condiciones para hacer frente a los inmensos retos que se le vienen encima a la compañía de Alierta que ha podido comprobar cómo habiendo atravesado su ecuador la temporada de publicación de resultados en Europa y en EEUU, el balance en Europa (Eurostox600) sobre sorpresas positivas/negativas, se sitúa en el 47% en ingresos y en el 50% en beneficios, mientras que en EEUU (S&P500), la ratio se ubica en el 65%/76%.
A nivel sectorial, en Europa los de mejor comportamiento han sido las compañías de salud y financieras en ingresos (65% y 64% respectivamente) y financieras y consumo en beneficios (68% y 67% respectivamente). En el lado negativo, destacan energía y telecoms, con porcentajes de sorpresas positivas en ventas próximos al 36%. De igual manera, industria y telecoms son los que peor evolucionan en beneficios (19% y 33% respectivamente).
Pese a esa realidad de Europa y Estados Unidos, los analistas han valorado de forma positiva los resultados obtenidos por Telefónica en 2013 y que han confirmado el equity story * de la compañía: desapalancamiento, mejora de márgenes en España y Europa y crecimiento orgánico en Latinoamérica.
Demasiadas decisiones que tomar sobre modelos de negocio, estrategias, inversiones, terminales, sistemas operativos, redes, servicios, aplicaciones, contenidos, que reclaman una estructura ágil y acorde a las necesidades de un entorno y de un mercado difícil. El regulador del sector, así lo pone de manifiesto al señalar en su último informe que el único servicio final que aumentó su facturación en 2013 fue el de banda ancha en movilidad, con un incremento del 20,2%, representando el 12% de la facturación total por servicios finales.
Sea por unas cosas, sea por otras, el hecho es que en el sector no terminan por desaparecer los bulos y noticias de fuentes ignotas sobre hipotéticos movimientos corporativos (fusiones), algo en lo que coinciden operadoras, expertos, analistas de mercados y hasta la propia Comisión Europea, algo a lo que el sector estaría abocado a la vista del exigente desarrollo tecnológico, los altos costes y el excesivo número de operadores existentes en la UE.
Post-it. Equity story es una locución inglesa que se traslada al español como tantos otros anglicismos por la rotundidad de su significado y su expresión en sólo dos palabras. Se define como "la historia de éxito, el potencial y el futuro o posibilidades de una empresa determinada".
A ver, las telecos proporcionan una infraestructura (cobre o fibra óptica). El uso que yo haga de ella es cosa mía y de los proveedores que operan en internet, y todo lo demás son cuentos chinos de las operadoras que afectan a la neutralidad de la Red de forma peligrosa. Si yo me conecto a la red eléctrica para usar mi robot de cocina, a nadie se le ocurriría reclamarle al fabricante del cacharro porque este consume demasiados watios. Es todo un despropósito.
¿Parasitismo o gorroneo? ¿De qué narices hablas? ¿Acaso los usuarios no pagan por sus conexiones? Las infraestructuras de las telecos no están "acaparadas" por Whatsapp o Google, son los usuarios los que deciden conectarse a estos servicios. Al final son todo paquetes por una red descentralizada, ¿a las telecos que les importa si quiero hablar con el servidor X o el servidor Y? Entiendo que a las grandes empresas de teleco les interese cobrar dos veces por el mismo servicio, pero esa frase es absurda.
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