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MADRID. Tras el fuerte varapalo lanzado en su último informe por la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) a la gestión de la Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), coincidiendo con el final del rescate al sistema financiero español, la presidenta del "banco malo", Romana, ha despedido a su director general, Walter de Luna, tras una tormentosa relación que se inició con el nacimiento de la sociedad inmobiliaria-financiera, convertida en la mayor gestora de activos inmobiliarios de Europa.

El abrupto final, consecuencia de las tensiones entre la presidenta, con un marcado rol político, y el número dos de la sociedad, procedente del sector financiero-inmobiliario, pone de relieve, una vez más, cómo el componente político termina imponiéndose al profesional.

Walter de Luna pasaba por ser el "representante" del sistema financiero (propietario de un 51% del capital de la Sareb) y su designación se entendió como contrapeso a Belén Romana, mujer de claro perfil político y amiga personal del ministro De Guindos.

En efecto, De Luna había desarrollado su carrera profesional en el grupo ING Bank, como director general en España y Portugal de ING Real State Finance y en el grupo Mondragón, como director de Finanzas en la sociedad inmobiliaria Grupo Filo y como director general de la sociedad de financiación empresarial Ascorp.

Por su parte, Romana ha desempeñado la mayor parte de su actividad en el ámbito de la Administración pública fundamentalmente, lo que la ha permitido labrar, incluso esculpir, un envidiable currículum vitae, habiendo sido jefe de servicio de Política Presupuestaria de la Dirección General de Política Económica del Ministerio de Economía y Hacienda, directora general de Política Económica, directora general del Tesoro, consejera del Banco de España, consejera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), consejera de Mercasa, consejera del Instituto de Crédito Oficial (ICO) o patrona de la Fundación Once.

Antes de llegar a la Sareb recaló en el Círculo de Empresarios como directora general en donde compartió pertenencia en los consejos de administración de Banesto y Acerinox, siendo reseñable su paso por ONO en donde fuera directora de estrategia y desarrollo corporativo y desde donde recuperó para Sareb a dos de sus directores, en una demostración de cómo su poder trascendía a la presidencia y se extendía también a la parte ejecutiva.

Así lo vino demostrando a lo largo del año de vida de la Sareb, periodo que concentra la crítica demoledora de dos de los tres organismos de la troika y durante el cual dicen los analistas del sistema financiero que De Luna vio cómo sus criterios para marcar las líneas generales del proyecto estuvieron permanentemente sometidos a revisión por parte de la presidenta que, inicialmente, contaba con los mismos conocimientos del sector inmobiliario que alguno de sus consejeros como es el caso de Rodolfo Martín Villa.

Sea como sea, la realidad es que la Sareb no está consiguiendo los resultados esperados y por ello recibe las duras criticas de los organismos comunitarios que acusan a la sociedad inmobiliaria de haber tardado demasiado en arrancar y de una política de precios inicial errónea, lo que provocará que incumpla los objetivos de su plan de negocio en 2013 o de algunas de sus actuaciones de carácter financiero como la emisión de 50.000 millones de deuda sénior, que fueron entregados a las entidades rescatadas por el FROB como pago por la transferencia de sus activos tóxicos, un pasivo que obliga al pago de unos intereses que abonará con la caja generada con la venta de activos.

Resultado: pérdidas en el primer año y no consecución de los objetivos marcados, algo que para los componentes de la troika requiere "flexibilidad y adaptabilidad" a las condiciones del mercado y a la estructura cambiante de su cartera. Y piden al Gobierno que vigile su actividad para garantizar la venta de los activos en plazo "minimizando el coste para los contribuyentes".

Post-it. La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), es una sociedad creada en el marco de la Ley 9/2012 del 14 de noviembre, que permite la segregación de los activos dañados o problemáticos de las entidades de crédito que precisan apoyo público, con el fin de darles de baja del balance de las entidades. En los comienzos de la sociedad, el objetivo era dar salida a cerca de 89.000 pisos y unos 13 millones de metros cuadrados de suelo.

El nuevo director de la Sareb que sustituya a Walter de Luna no podrá tener unos ingresos anuales superiores al medio millón de euros, cantidad máxima que se puede cobrar en un banco público o asimilado.