MADRID. Mientras en España emerge, con una sospechosa frecuencia, el debate sobre la necesidad de instaurar cuotas para que las mujeres ocupen más puestos en las administraciones públicas o en los consejos de las empresas -como lo demuestra el hecho de que hace escasos meses el PSOE proponía una cuota obligatoria de mujeres en los órganos de dirección de las grandes empresas o establecer 'listas cremallera' para las elecciones-, Obama anunciaba el nombramiento de Janet Yellen como sustituta a Bernanke al frente de la Fed, convirtiéndose así en la mujer más poderosa del mundo en materia económica.
Yellen se une así a una cada vez más extensa y selecta lista de mujeres que ocupan puestos de responsabilidad a nivel mundial entre cuyas componentes cabe mencionar a Lagarde en el FMI, Merkel en Alemania o Rousseff en Brasil, lo que refleja, más allá de conmemoraciones del Día de la Mujer, una imparable tendencia de la presencia de la mujer en todos los niveles de decisión del panorama mundial. De acuerdo con la Unión Interparlamentaria y las Naciones Unidas, 17 países del mundo cuentan con una mujer como presidenta de gobierno o de estado, cifra que se ha duplicado desde 2005. Además, la media mundial de mujeres en los parlamentos se situaba en el 20,4% a principios de este año.
El perfil profesional de Yellen, de 67 años, es simplemente impresionante. Vicepresidenta de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, presidenta y directora ejecutiva del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, presidenta del Consejo de Asesores Económicos del presidente Clinton, profesora emérita de Berkeley 's Haas School of Business de la Universidad de California, profesora en la Universidad de Harvard, en la London School of Economics, presidenta de la Asociación Internacional de Economía Occidental y vicepresidenta de la American Economic Association.
En España, la presencia de la mujer en el mercado laboral y en puestos de responsabilidad va pareja a la situación del país en su vertiente interna y en el concierto internacional, quedando muchas asignaturas pendientes por resolver para que la mujer normalice su situación en el sistema productivo español y se equipare al del hombre, aunque resulta innegable los avances producidos en las últimas décadas.
Expertos que han estudiado el asunto en profundidad, ponen de relieve que la falta de igualdad de género representa en España un enorme costo económico y social, superior a los 140.000 millones de euros de menor PIB, lo que significa también que España cuenta con un alto potencial en este aspecto como lo demuestra la diferencia existente con otros países de nuestro entorno, y más teniendo en cuenta el hecho de que España, hasta hace poco, ha sido importadora neta de mano de obra. Resolver esta limitación del crecimiento en España es un asunto pendiente que todavía no ha entrado en el amplio paquete de reformas emprendidas por el Gobierno Rajoy.
Hasta aquí, el problema estructural, definido de forma genérica, aunque según el último informe de la OCDE sobre la materia, publicado a finales de 2012, "España ha sido uno de los países que ha registrado un mayor descenso en la brecha de género en el empleo", lo que se ha debido a una mayor cualificación y nivel educativo de las mujeres españolas al disminuir ésta en la participación laboral, que ha pasado de 50 puntos porcentuales en 1980 a 20 en 2007 y ha seguido disminuyendo también durante la crisis económica hasta llegar a 13,5 puntos en 2011. El mismo informe destaca que "España se sitúa por encima de la media de la OCDE en el número de mujeres en posición de liderazgo empresarial" (34%).
Las mujeres constituyen casi la mitad, el 46%, de la población activa y de la población ocupada en España, aunque entre las mujeres jóvenes, la participación se iguala ya a la del hombre. La diferencia ha pasado de más de 18 puntos porcentuales a finales de 2007 a 4,5 puntos al final de 2012 para las mujeres entre 30 y 34 años, si bien esa diferencia se sitúa a sólo un punto para las de 25 a 29 años. A resaltar el hecho de que en España la proporción de mujeres autónomas con empleados es la tercera más alta de la OCDE.
La educación tiene una gran influencia en este asunto y lo demuestra el hecho de que la crisis ha afectado profundamente a aquellas con menor cualificación. Así, el porcentaje de mujeres en paro sin estudios alcanza ya el 65,16%, mientras que la tasa de paro de aquellas con doctorado es tan sólo del 8,25%.
Igualmente, se mantiene la tendencia hacia la reducción de la brecha salarial en todas las modalidades de contratación y en todos los sectores, con una reducción global de más de 3 puntos porcentuales, lo cual tiene mucho que ver con el mayor nivel de estudios que favorece la actividad y el empleo entre las mujeres, de forma que algo más de la mitad de los activos y de los ocupados con estudios superiores son mujeres, a la vez que las protege frente al paro.
Como simple referencia, en 2012, las mujeres representaban algo más de la tercera parte de la población activa en EEUU, pero, sólo un 14,3% de los cargos ejecutivos de las compañías del Fortune 500 son ocupados por mujeres y un 8,1% de los puestos directivos mejor remunerados. Dentro del FTSE 100, sólo un 15% de los cargos en los Consejos de Administración son ocupados por mujeres y un 6,6% de los cargos ejecutivos son mujeres.
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