VALENCIA. El pasado mes de diciembre el Gobierno del Reino Unido aseguró que el país está preparado para rechazar una invasión zombie. Lo hizo a través de una respuesta oficial a la pregunta que un ciudadano le había planteado amparándose en la Freedom of Information Act. Tal y como ocurre en Estados Unidos con la iniciativa We, the people, de la que hablamos aquí hace un par de semanas, este tipo de vías de participación en la vía pública por parte de los ciudadanos se sustenta en una manera de entender la política muy anglosajona, en la que la gente se pregunta sin problemas qué hace el Gobierno con sus impuestos.
Evidentemente, este tipo de programas provocan situaciones cómicas o absurdas a las que los Gobiernos están obligados a responder con igual seriedad que a los que interpelan a las instituciones con preocupaciones más legítimas. Cosas de la democracia y de la vocación de transparencia.
La pregunta sobre la preparación del gobierno británico para acabar con una plaga de zombies me volvió esta semana pasada a la mente después de que se conociese que un coche deportivo estaba haciendo pruebas de velocidad en la pista del aeropuerto de Castellón. No se preocupen. Ahora aclaro esta extraña asociación de ideas.
El presidente del Consell, Alberto Fabra, viene reclamando en las últimas semanas un pacto autonómico para intentar poner freno a la mala imagen que ha ido acumulando la Comunitat Valenciana en los últimos años. Entiende el presidente, y con él el Partido Popular, que es necesario pasar página y evitar seguir dañando la imagen exterior del territorio. Desde la Generalitat se critican abiertamente los tours de la corrupción que organizan algunos partidos ya que provocan un efecto multiplicador entre algunos medios de comunicación especialmente aficionados a sacar a la luz nuestros excesos.
Pero mientras el Consell va pidiendo un poco de porfavor a sus enemigos, los que se supone sus amigos van a su ritmo. Y ahí enlazamos ya con el aeropuerto de Castellón. Porque la brillante idea de permitir que un equipo de carreras probara su bólido en el nonato aeropuerto sin decir nada a nadie provocando que, al descubrirse, volviésemos a ser la risa nacional, no fue Ximo Puig o Enric Morera, sino del mismísimo Carlos Fabra.
Ese hombre que hizo de la provincia de Castellón su cortijo sigue pensando que es el cacique. Y lo seguirá haciendo mientras nadie le diga lo contrario. Y cada una de sus arbitrariedades tiene consecuencias directas en la imagen de la Comunitat Valenciana, como acaba de comprobar el propio Alberto Fabra, que tuvo que salir a dejar claro que hacer carreras de coches en el aeropuerto no es la mejor idea para darle credibilidad a un proyecto que busca comprador.
Carlos Fabra es un zombie político de una época que la Comunitat Valenciana quiere dejar atrás. Pero ahí sigue. Como siguen deambulando por Les Corts el expresidente Francisco Camps, o el exconseller Rafael Blasco o la aún alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. Todos ellos, y alguno más -Milagrosa Martínez hace honor a su nombre manteniendo sus cargos de diputada y alcaldesa pese a estar a punto de sentarse en un banquillo con la sombra de 11 años de cárcel sobre ella- contribuyen a que, regularmente, el fantasma de esos tiempos que el actual presidente quiere que se olviden vuelvan a la actualidad. Los sustos, como en las películas de serie B, están garantizados.
Hace un par de viernes el vicepresidente del Consell, José Císcar, tuvo que dedicar más de media hora de su rueda de prensa de semanal a tratar de marcar la línea que separa el bien y el mal de la corrupción en el PP de la Comunitat Valenciana. Cada día que pasa sin que los afectados por estos casos se aparten de la primera línea voluntariamente o el partido los aparte por obligación, Císcar se ve obligado a ir atrasando esa línea para no caer en contradicciones evidentes. No está lejos el día en que se sitúe ya no en la imputación sino en el Tribunal de Estrasburgo el momento en que un cargo debe dimitir.
Los muertos vivientes de la política valenciana caminan lentos, pero al igual que estos personajes de ficción, acaban atrapando a aquellos que se confían. Por eso cabe preguntarse si Alberto Fabra tiene un plan para acabar con ellos. Y en caso de que no sea así, exigirle como ciudadanos que se prepare para ese eventualidad si es que quiere dar credibilidad a su proyecto de nuevas formas de hacer política. Al fin y al cabo, hasta el flemático gobierno británico tiene un dispositivo para una invasión zombie.
Carlos Fabra no pudo hacer de Castellón su cortijo sin la ayuda y apoyo de otros. Quiza esa sea la explicación de su supervivencia, más que una televisiva zombificación. Y más en el caso de Alberto Fabra, ya que es a él a quien debe su cargo. Más que matar al zombi, en este caso es matar al padre...o contemplar el milagro de la modernización estructural del PP, que aun sigue siendo un partido decimonónico en muchos sitios - Rus, Baltar,Fabra, Cascos (lo fue)..caciques unidos S.L.
El periodista Joaquín Clemente hace una pregunta que no tiene respuesta. Y todo por la sencilla razón de que los zombis no desaparecen ni después de muertos. Siendo los zombis que le dan su mala sombra al señor Fabra, zombis de muy mala sombra. Y mientras dicha sombra no desparezca el señor Fabra será como la Verdolaga a la sombra del Eucaliptus. Pero no solo tiene para que le hagan mala sombra a los mencionados, también tiene que soportar la mala sombra de otros zombis que pululan a otros niveles, con el agravante de que esos tienen mala sombra y fétido aire, y manos de Lupin. Manos sucias que han limpiado las Cajas de Ahorros y el Banco de Valencia. Es una pena que el señor Fabra viva tan condicionado. De quedar libre de zombis sería un buen político. Y todo volvería a su cauce. Así va camino de ser otra sombra. So. Andres Castellano Martí.
Buenos dias Sr Clemente: acabar con esos "personajes" debe ser bastante ¿complicado? por las cosas que aún saben o guardan pero, como los programas informáticos los mismos ván caducando y estos finalizarán por extinguirse.Le deseo al Sr Fabra en esta tarea lo mejor y mucha pero mucha "mano izquierda" Atte Alejandro Pillado Marbella 2013
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.