VALENCIA. Las estatuas públicas, además de un buen negocio ocasional y privado, son señales dejadas involuntariamente para los que vengan. Si nadie las ha desmantelado antes, en un futuro remoto servirán para descifrar la complejidad de nuestras generaciones. Comprobarán el gusto insólito en muchos casos por colocar en cualquier escondrijo monumentos asombrosos y difíciles de digerir.
Valencia, entre rincones insospechados, tiene un surtido de estatuas singulares que podrían enarcar las cejas por estupefacción. El maltratado Walt Disney de Viveros; la escultura homenaje a Antonio Ferrandis, donde una paloma acarrea un Oscar; el simbólico monumento de Ripollés para festejar la lectura; la espontánea Casa del Gato en el casco histórico.
Un recorrido breve por esculturas que asombran.
Monumento a Walt Disney: Walt Disney murió en 1966. Lamentablemente su cuerpo no está criogenizado. A su muerte, el diario Pueblo promovió la colocación de monumentos en las ciudades españolas en homenaje al genio fallecido. Eran los niños españoles los que mediante colectas recaudaban dinero para financiar el proyecto, en una especie de crowdfunding de la infancia. En Valencia, y bajo la alcaldía de Adolfo Rincón de Arellano, la empresa Rodilla Levante Mármoles fue la encargada de ejecutar la escultura. Consistió en un libro tallado en piedra sobre el que se alza la figura en cerámica del Pato Donald. En la cubierta del libro, se lee la dedicatoria: "A Walt Disney. Los Niños".
El monumento, extravagante y generoso en su delirio, fue ubicado en los jardines de Viveros, cerca de la entrada inmediata a la calle Botànic Cavanilles. El Pato Donald, con el brazo extendido, señalando el camino. Así era. Pero hace pocas semanas ocurrió el incidente. La noche en que España ganó la Eurocopa, humanos guiados por pulsiones desconocidas entraron en los jardines. Cercenaron y dejaron dañada seriamente la figura. Profanaron la memoria de Walt Disney. La figura continúa en Viveros a la espera de operación. El Pato Donald luce malherido, con el brazo colgando.
Monumento a Antonio Ferrandis: El actor de Paterna, icono social por el personaje Chanquete, recibió una escultura póstuma en el Paseo Marítimo, tres años después de su muerte. Una obra de Rafael Orellano (también fundador del Grupo de Acción Valencianista).
El escultor consiguió con gran maña no provocar ninguna indiferencia. La obra rebasa lo inimaginable. Una paloma inocente ostentosamente alada. A sus pies, el pedestal con el rostro en relieve del actor Ferrandis. Sobre la espalda de la paloma, como una incorporación inesperada, un Oscar. En conjunto, parece que el ave y su Oscar vayan a alzar el vuelo en cualquier instante. Es un monumento asombroso.
Monumento al libro: Un Ripollés en nuestras vidas. Indispensable. El autor castellonense de "talento exclusivo" vio en 2006 como su obra, ‘Homenaje al libro', era retirada de los jardines del Monasterio de San Miguel de los Reyes (donde se emplazaba desde 2002) para trasladarse al centro de la ciudad, en la rotonda de la calle Eduardo Boscá.
En el traslado fue necesario seccionar la figura, de catorce toneladas de bronce, en dos partes. La gran obra representa a un espécimen simpático y bicéfalo en actitud lectora. Soporta sobre su cabeza un rostro de cinco brazos. El escultor dijo de su obra: "Mis esculturas nunca tienen delante y detrás. No me pregunten por qué, no lo sé ni yo mismo".
Casa de los gatos: No es una escultura en el sentido estricto, pero sí una irrupción espontánea en relieve. Calle Museu. Frente a la entrada al Museo del Carmen.
Una fachada en miniatura con acceso para gatos. Lleva la firma de ‘Yuste' y sobre una de las ventanas se asoma la cabeza de Charles Chaplin. Una nimiedad excéntrica que, a diferencia de otras, debería permanecer intacta por los siglos de los siglos.
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No, Marcos. En ningún momento iba por ahí. Lo siento.
Y me pregunto yo, Sr Molins, estä intentando dejar caer de manera subrepticia que el fundador del Grupo de Acciön Valencianista tuvo trato de favor? Cuando dicho grupo nunca ha tenido ayuda pûblica directa o indirecta de nadie. Me parece que su comentario es tendencioso y no viene a cuento.
Esa también es fascinante. Hay material de sobra para una segunda parte. Gracias por tu comentario.
Os habéis dejado una de las mejores, pasad por la rotonda de la avenida de Francia y en su lado al Este hay una maraña de hierros del antiguo escalextric que han reconvertido en monumneto con su cartel y todo. Es surrealista total.
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