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VALENCIA. Un sinfín de pandemias explosivas arrasan los cines, sin perspectiva de antídoto a corto plazo. La gestión de un cine no parece una tarea demasiado cargada de futuro. Aunque hay cosas peores. Custodiar una sala de reestreno, o un autocine, se asemeja tan complicado como subsistir en el oficio de deshollinador, litógrafo u otras profesiones en extinción.

Cadáveres recientes se acumulan en la ciudad. Los cines Aragón (1989- 2006) de la Avenida del Puerto. Los ABC Martí (1978-2005), en cuya fachada se mantienen inamovibles los horarios del día. O los cines Albatros (1985-2010), fundidos en negro desde hace nada..

En este territorio de devastación, existen dos ejemplos de meritoria supervivencia. Cinestudio D'or, en la calle Almirante Cadarso. Y Autocine Star, entre Pinedo y El Saler. Ambos resisten con cierto vigor. Y buenos precios.

Cinestudio d'Or: Acceder a su única sala una vez empezada la película supone lanzarse a una penumbra que, siendo la mismo, no es igual a la de otros cines. Dos pasillos infinitos dividen un espacio de tonos cálidos y ambiente de moqueta. Es un recinto atávico donde ver una película todavía se considera una experiencia colectiva.

Abrieron en 1952. Desde 1972 son propiedad de la familia Fayos, gestora del teatro Olympia. Su patriarca, Enrique, fue también el prelado de gran parte de las salas que colmaban la ciudad. Figura clave que ha presenciado en vivo el deceso continuado en el sector.

Los motivos que podrían explicar la razonable buena salud de los d'Or quizás tengan relación con sus precios. Ver dos películas de reestreno, casi siempre bien elegidas y con un paso inmediato por los cines multisala, cuesta entre 2,5 y 4 euros. La organización de consumidores FACUA señaló que eran los más baratos del país, junto al cine Los Ángeles de Santander. Si el precio medio de los cines ha subido un 36% en los últimos siete años, el precio de Cinestudio d'Or se ha mantenido sin apenas oscilación desde 1992.

Y luego está lo otro. La mística. El sentimiento de pertenencia a un cine sexagenario en el que, sin embargo, el público cada vez es más joven.

→ Info: Cinestudio d'Or. Cine de reestreno con precios imbatibles. Doble sesión. Calle Almirante Cadalso, 31. Web: www.cinestudiodor.es. Facebook: http://www.facebook.com/cinestudiodor Twitter: https://twitter.com/cinestudiodor.

Autocine Star: Carretera Pinedo-Saler. Año 1981. Desguace de automóviles en un terreno cercano a la ciudad y a la playa. Bien ubicado. Luis Notario, junto a otros socios, adquiere el terreno. No tiene experiencia en el cine. Pero transforma el desguace en una gran sala al aire libre, dejándose inspirar por Autocine Barcelona, que se inauguró en 1977 próximo al aeropuerto del Prat.

Autocine Barcelona cerró a los pocos años. El Star, abierto desde junio de 1981, sigue llenando durante el verano, cuando se concentra el 50% de la asistencia total en un ejercicio. De la evocación a la Norteamérica de los 50 y a las parejas jóvenes en trance romántico viendo películas en el interior de un coche, queda eso, evocación. La gran mayoría del público está formado por animadas familias con hijos.

Capacidad para 350 coches, un bar, precios ajustados y una marabunta de seguidores en Facebook. Las películas se escuchan por altavoz externo o mediante el 104.1 de FM. Aprovechando las cualidades inherentes al entorno, organizan maratones de cine de terror y fiestas zombies.

El Star es uno de los pocos autocines del país que sobrevive. Luis Notario, su propietario, sigue desafiando a las pandemias y los malos augurios. 

→ Info: Autocine Star. Cine de estreno en automóvil. Carrera del Riu, 407 - Carretera: Pinedo-Saler. Web: http://www.autocinestar.com. Facebook: http://www.facebook.com/pages/autocine-STAR/323590285918. Twitter: https://twitter.com/autocineSTAR 

Cinestudio d'Or y Autocine Star. Ejemplos alternativos en un sector con pocos finales felices.

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