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VALENCIA. La pasada semana, el arquitecto valenciano Boris Strzelcyzk seleccionaba para Valencia Plaza  cuatro construcciones medio ocultas con una significación especial: el Trinquet Pelayo, un lugar de leyenda como de otro tiempo; el Espai Verd, un oasis de evocaciones amazónicas; el Puente Nueve de Octubre, incunable primera construcción de Calatrava en la ciudad, acabado de forma inesperada por falta de presupuesto; y el bloque de viviendas sociales Grupo Jarabo, de simbolismo portuario y con una trayectoria difícil.

La selección concluye con otros espacios, relegados usualmente por guías turísticas y por los vecinos de la ciudad, pero cargados de valor. Los Chalets de Periodistas, los Jardines de Monforte, el Grupo Residencial Santa María Micaela y el Pasaje de Ripalda.

- Chalets de Periodistas: Una pequeña urbanización de lujo dentro de la ciudad. Y un resto fósil de una idea no consumada.

La ciudad, en un relato que sigue vivo cien años después, pretendía a principios del siglo XX engarzar los Jardines del Real con el mar a través de una larga avenida. En aquel caso, la idea bebía de las teorías de la Ciudad Jardín y el urbanismo utópico de Howard y Arturo Soria. Un proyecto que el ayuntamiento nunca encaró con demasiada convicción.

Los Chalets de Periodistas son el recuerdo de todo ello. Sólo quedan 20 en el margen izquierdo del primer tramo de la avenida Blasco Ibáñez. Y uno en el derecho, tétrico y pendiente de recalificación. Los chalets fueron promovidos en régimen de cooperativa por la Asociación de la Prensa Valenciana, bajo el amparo de la ley de casas baratas.

En 2010 uno de los chalets del margen izquierdo (260 metros cuadrados, dos plantas, una torre, jardín) fue puesto a la venta por 3,5 millones de euros.

→ Info: Chalets de Periodistas. Restos del proyecto de Ciudad Jardín. Entre la Facultad de Medicina y la avenida del Botànic Cavanilles.

- Jardines de Monforte: A mitad y sobre todo a finales del siglo XIX, las ciudades españolas vivieron una burbuja inmobiliaria de segundas residencias. Cuestión de aristócratas y comerciantes espléndidos con el viento a favor, que querían trasladarse algunas temporadas a retiros frescos. El Marqués de San Juan pagó 80.000 reales por el huerto y se construyó unos jardines refinados con palacete. El Marqués de San Juan era un hombre que había hecho dinero con el comercio de la seda. Murió y el legado pasó a manos de una de sus sobrinas, casada, casualmente, con Joaquín Monforte.

Los Jardines de Monforte son un pequeño epicentro de quietud en la ciudad, junto al Paseo de la Alameda. Oprimido por la avenida Blasco Ibáñez y el amenazante edificio de la Pagoda. Tal vez es el jardín de Valencia donde el romanticismo más se agrava. Estatuas de mármol, estanques, nenúfar, magnolios, laureles. El acompañamiento idóneo para recogerse y pasar una tarde en color pastel.

En 2010 los Jardines de Monforte se incluyeron en el Plan Zapatero para obras municipales y estimulación del empleo. Las obras, con un gasto de 1,3 millones, preveían proteger el jardín histórico. La intención de derribar el valioso muro de la calle Monforte y reemplazarlo por una verja, llevó al concejal Bellver al banquillo. Fue absuelto.

→ Info: Jardines de Monforte. Recogimiento romántico en la ciudad. Acceso por la plaza de la Legión Española. Horario: Del 21 de marzo al 20 de septiembre, de 10:30 a 20:00. Del 21 de septiembre al 20 de marzo, de 10:30 a 18:00. Teléfono: 96 352 54 78

- Grupo Residencial Santa María Micaela: Detrás de este edificio en apariencia sin valor, hay una historia de frustración. 1958. Santiago Artal, arquitecto, apenas 30 años, emprende la realización de uno de los edificios residenciales más coherentes con la arquitectura moderna internacional de la época. Destinado a clases medias, se terminó en muy poco tiempo.

Consiguió con mérito centralizar servicios, suprimir patios interiores y dotar de buenas vistas y soleamiento a las 138 viviendas. Mereció el reconocimiento franquista, con reportaje en el No-Do.

Aunque pasa completamente inadvertido entre la avenida Pérez Galdós y la calle Santa María Micaela, es uno de los edificios más valiosos a nivel español en la arquitectura moderna de los 50.

Su arquitecto, Artal, dejó la arquitectura a los 35 años. Frustrado por la poca aceptación de sus propuestas.

→ Info: Grupo Residencial Santa María Micaela. El mejor ejemplo de la ciudad del modernismo de los 50. En la calle Santa María Micaela, 18 y avenida Pérez Galdós.

- Pasaje de Ripalda: Aunque las reformas le han sustraído su verdadero origen y ostentosidad, queda como testigo de la corriente que a finales del XIX trataba de imitar los pasajes neoclásicos italianos. Lo mandó hacer la Condesa de Ripalda. Se abrió en 1889, construido por Arnau Miramón, el mismo arquitecto que levantó el Palacio de Ripalda. 

Sus cincuenta metros, y tres plantas suponían una reproducción a pequeña escala (bastante pequeña) de otras galerías comerciales con viviendas, como la Vittorio Emanuele de Milán.

Hoy el Pasaje de Ripalda, además de viviendas en las plantas superiores, alberga en sus cincuenta metros de longitud una tienda de dietética, otra de ropa masculina, dos de indumentaria fallera, una caja de cambios de divisa y la entrañable tienda Guantes Camps.

En ocasiones se convierte en pasarela de moda para hombres semidesnudos o mujeres con trajes folclóricos. La Condesa de Ripalda se sobrecogería.

→ Info: Pasaje de Ripalda. Espacio influenciado por los pasajes neoclásicos italianos del siglo XIX. el Calle San Vicente, 29. Abierto de 10:00 a 20:30.

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