07/01/2011
ABELARDO MUÑOZ ·
"El valiente capitán Lamiel Gulliver, de turista estos días por la capital del inexistente río Turia, se agacharía atónito ante dos diminutos personajillos para observar la pequeña trifulca entre Joan Calabuig y Broseta, guapo joven y silencioso cual Esfinge de Keops, pero exactamente tan invisible como Alarte..."