VALENCIA. El día que Francisco Camps quiso construir su pirámide junto a las de Lerma y Zaplana en la Ciudad de las Artes y las Ciencias el arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava debió haberse mostrado tan digno como cuando le retocaron sin preguntar su puente en Bilbao -allí no se andan con tonterías-, y haber dicho que su Ciudad de las Artes y las Ciencias era un conjunto artístico único al que no se le podía ir añadiendo pegotes a capricho del gobernante de turno. Nos habría ahorrado a los valencianos 100 millones de euros y muchas líneas de periódico.
En lugar de eso, el genio de Benimàmet decidió poner él los pegotes, un ágora aquí, un puente allá, unas torres acullá, que todo estaba justificado solo con que Camps fuera la mitad de pródigo con el dinero de todos que su mentor, el inigualable Eduardo Zaplana Hernández-Soro. Y así, el profeta en su tierra creó el Ágora y el puente jamonero, todo apretado, y menos mal que se acabó el crédito, porque ya tenía hecha y cobrada la maqueta de las torres.
El mazacote azul ha vuelto a la actualidad este agosto al conocerse que Avanqua, la nueva concesionaria del Oceanogràfic y el Ágora, no puede hacerse cargo de esta última instalación porque tiene importantes deficiencias en la cubierta, problemas de seguridad y deterioro de elementos estructurales que impiden que el edificio pueda estar operativo. En resumen, el Ágora, entregada sin terminar por Calatrava en 2013, ya necesita reparaciones.
Un estudio de la Generalitat calcula que terminar este edificio que ya ha costado 96 millones de euros -se adjudicó por 41- supondría otros 10 millones de inversión, reparaciones aparte. Es mucho dinero, aunque menos de la mitad de lo que el Gran Capitán de la arquitectura valenciana estimó que costaría rematar su magna obra: en picos, palas y azadones, 22 millones.
Ante este panorama, el Gobierno de Ximo Puig ha valorado dos soluciones, terminar el edificio -la más cara- o parchearlo para que se pueda utilizar, sin acabarlo. Hay una tercera que merece la pena estudiar: demolerlo.
A quien se pregunte por qué habría que derribar esta obra podríamos responderle con otra pregunta: ¿Por qué no? Y se habría acabado el artículo, pero aquí van algunos argumentos para, al menos, considerar esa posibiidad.
En primer lugar, no sirve para nada. El Ágora se concibió como un espacio cubierto para cualquier tipo de evento, "un espacio multifuncional que podrá albergar desde conciertos a congresos", anunció Gerardo Camps. Sin embargo, en su corta vida desde que se inauguró para acoger un torneo de tenis en 2009 se ha demostrado que no sirve para casi nada y, desde luego, para nada que no se pueda hacer a menor precio y sin tantos inconvenientes en otros espacios en Valencia concebidos de verdad para eventos. Lo de los conciertos de música suena a broma, como no sea canto gregoriano acompañado de órgano.
Se argumentará que llenarla de contenido es ahora responsabilidad de Avanqua, pero es triste consuelo y no parece probable que la concesionaria consiga superar los cinco eventos al año que logró atraer la empresa pública Cacsa -incluido un mitin del PP-, casi todos ellos subvencionados total o parcialmente por la propia Generalitat. Avanqua descubrirá que perderá menos dinero si tiene cerrada el Ágora que si la explota.
Desde el punto de vista económico, demolerla es mucho más barato que acabarla. La demolición del hotel del Algarrobico, con muchos más metros cúbicos de obra, se ha presupuestado en poco más de 7 millones de euros. Aquí sería menos, siempre que no se le encargue al genio. Acabar el Ágora supondría un mínimo de 10 y un máximo de 22 millones, más el 12% del coste final en honorarios que se lleva Calatava. A lo que hay que añadir el arreglo de los desperfectos, que ya veremos quién paga porque el arquitecto y la constructora dirán que se deben al deficiente mantenimiento. En definitiva, los 100 millones que ha costado ya se pueden dar por perdidos -igual que la inversión en el aeropuerto de Ciudad Real, por buscar un caso similar- y de lo que se trata es de no derrochar más.
Derribar lo que no sirve no es ningún drama. El llamado "nuevo ayuntamiento" de Valencia, el edificio de la avenida de Aragón -otro engendro arquitectónico, según sus usuarios- será demolido apenas 30 años después de su construcción. El derribo, por cierto, costará 0,46 millones.
El Ágora puede ser atractiva desde el punto de vista estético. Para mí lo es mucho menos que el Umbracle o el Museo, pero cada uno tiene sus gustos. Eso sí, no parece que su fama haya traspasado fronteras. Y lo que no podrá negar Calatrava es que este elemento no estaba en el proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias que rehizo cuando Zaplana se cargó el que impulsó Joan Lerma. Por tanto, derribar el Ágora devolvería a la zona su aspecto original, el anterior a 2005.
Hay una cuarta opción para el Gobierno de Ximo Puig, que es la que la Generalitat viene aplicando de facto desde 2013: no hacer nada. Es la más barata pero no parece la mejor, porque cada día que pasa se deteriora más el edificio y la imagen de Valencia.
Lo dicho, si alguien tiene argumentos para seguir gastando dinero en este monumento al despilfarro, aquí tiene espacio para dejarlos.
Los palacios nefastos de los gobernantes han de quedarse ahí, pudríendose y a la vista de todos. Para que nunca se entierre y se olviden aquellos grandes errores, que en consecuencia indirecta están provocados por nosotros, los votantes.
Donar el Agora a la iglesia catolica. Es alto y la iglesia tiene fondos estatales para mantenerlo.
Es una inmoralidad dedicar un euro más a semejante monumento al delirio de Francisco Camps cuando hay tantas otras inversiones más necesarias y rentables. Si tuviésemos un 1% del sentido ético que demuestran otros pueblos cuando reconocen sus errores, dejaríamos que semejante disparate aquitectónico se fuera degradando como escarmiento de unas élites que se olvidaron de la fábrica y del campo y se lanzaron a la recalificación urbanística y al saqueo de lo público como modo de vida. Y de un pueblo que veía lo que estaba pasando y callaba perdiendo así la dignidad. Quizá de ese modo, cuando nos pregunten a qué se debe semejante ruina, las próximas generaciones se lo piensen dos veces antes de destruir de nuevo la economía de su tierra.
Yo no lo demolería. Mejor llamamos a Banksy y que pinte a tamaño real la cara de Camps con orejas de burro. Y la otra cara, la dejamos en blanco (bueno, en azul,...) para el próximo presidente megalómano al que se le ocurra otra idea genial como esta. Por lo menos saldríamos en la tele,... ;D
Demolerlo es una locura. Habrá que reducir costes de mantenimiento, remodelando zonas, dándole uso de la mejor manera posible, pero ese edificio no se puede tirar. los alemanes tienen monumentos y memorandums para recordarles a sus futuras generaciones lo que no se debe hacer. Esto deberíamos conservarlo aunque solo sea para eso, un recuerdo de lo que pasa cuando votas a ciegas a corruptos y ladrones, para tener presente siempre lo que pasó en este país durante la burbuja y el despipote, y que no vuelva a pasar. y para que el señor calatraba no vuelva a pisar este país si no es para devolver dinero
Victor, el artículo explica que la demolición sería mucho más barata que el parcheado y la reparación mínima para que pueda seguir usándose unas pocas veces al año. Quitando mitines no multitudinarios y pases de modelos no tiene otra utilidad que no se pueda llevar a cabo en otros espacios más adecuados como la plaza de toros, el velódromo o la fonteta. De genete con buenas ideas ya andamos sobrados, de hecho , esa gente era la que se supone que ordeno su construcción y la gestionaban, que por eso conseguían mayorías absolutas una tras otra, no??? Lo que hace falta es una gestión nueva y con ideas que no nos suenen de antes. Todo lo que sea mejor para Valencia bienvenido sea, y si eso conlleva el derrumbe, aprendamos de nuestros errores. Ese solar podría utilizarse como bqase para el cicloturismo con alquiler de bicis, avituallamientos, estación de hinchado de ruedas, etc.. Justo de allí sale el carril bici que te lleva a Pinedo y el Saler. Sería algo super barato y muy util para cientos de ciclistas que lo recorren cada día
Otra solución sería convertir el Ágora en laboratorio de ensayos de la arquitectura de Calatrava: no hacer nada (lo más barato) e ir estudiando la evolución del proceso de deterioro de las obras del genio de la contrata a lo largo del tiempo. Quizá hasta se le podía sacar algún rendimiento vendiendo análisis a las muchas administraciones que le han comprado monumentos de dudosa utilidad a lo largo y ancho de este mundo.
Que lo derriben pero ya. Es una pirámide más del PP.
Visto su estado creo que no es necesario demolerlo, se va a caer solo
Sóc partidari de deixar l'Àgora sense fer-hi res. Que a poc a poc vaja solsint-se i que es convertesca en unes belles i fotogèniques ruïnes. Rafel
Un edificio que no sirve para nada, ni tiene utilidad, no entiendo para qué invertir más en él. Lo lógico es demolerlo y construir un auditorio público y descubierto, que apenas cueste 3 euros.
Técnicamente hablando el ágora fue una apuesta arriesgada. Es cierto que el que no se arriesga no gana y Calatrava lo hace con los ojos cerrados y el bolsillo lleno. Las apuestas se hacen con riesgo propio o no repercuten en el esfuerzo. Calatrava hace simplemente lo que la clase política siempre ha deseado desde la antigüedad... Que se les recuerde por grandes obras, y en España tristemente tenemos un historial abultado en este aspecto. Respecto a si demoler o no... Hay que ser pragmáticos. Peter drucker decía que no hay nada mas inútil que intentar mejorar lo que no se tenia que haber hecho. Si el ágora, economica y estéticamente, fue un error que se tire. Aquí no hay lugar para orgullos, es meramente una cuestión practica y los pasos atrás nunca están de mas en una sociedad.
¿Se han enterado de esto en Marina D'Or? Porque como buffet de marisco, cutre-parque infantil o balneario de agua marina quedaría genial para turista. Además, qué bien luciría al lado de las esculturas de Ripollés
Demolerlo montando una gran mascletà con dinamita, estoy segura de que muchísimos valencianos iríamos a verlo y nos darían de paso una alegría de demoler semejante engendro.
Estamos locos? El primero que se haya planteado tan solo la pregunta de si lo demolemos, ya esta jugando con fuego. Sin duda la ciudad de las ciencias es un desproposito, pero lo que no podemos hacer es caer en el absurdo de demoler algo porque nos sangren los ojos. Es cierto que el coste de las reparaciones es alto. Pero habeis pensado en la demolicion? El coste es mayor! Solo la cantidad de material inservible que se sacaria de la demolicion es para echarse las manos a la cabeza. Despues hay que pensar en como un suelo al que ya hemos contaminado, no podemos recuperarlo. Queremos dejar un solar al lado de un puente? Solo para que jueguen nuestros hijos? Dejemos en las manos de gente que tenga buenas ideas para poder darle un uso a la mole de hormigon, un uso que no sea de una semana al año, un uso que nos aprovechemos todos los ciudadanos y a la vez conserve al edificio por si solo. Demolerlo? Como si fuera facil.
Que el tiren o ens costarà més diners.!!!
Una mostra més de malbaratament de diners públics i megalomanía del PP valencià. Aquesta gent ens ha afonat en la ruïna absoluta, això si "todo por una Valencia bonita".
Tenemos garantías de que "el figura" no reclamará una indemnización por demoler el adifisio? Porque parece que, hagamos lo que hagamos con el engender, estamos abocados a pasar por caja…
La demolición no solo no es un drama sino que puede ser una manera sostenible de activar un sector económico. n´UNDO propone DEMOLER
Yo propongo derribarlo. Que convoquen un referéndum.
Me parece una idea excelente porque a los costes de acabar el edificio hay que sumar los costes de mantenimiento, un suma y sigue. Además, eliminando este mamotreto, el cauce tendría mayor perspectiva y el Oceanográfico, con sus bellas cubiertas, ganaría visibilidad. Sería un conjunto más armonioso y despejado.
Y pensar que con parte de ese dinero se sopesó la ampliación del IVAM, me tiro de los pelos. El ágora es el peor edificio de Calatrava (arquitecto que tiene obras reseñables como el Turning Torso de Malmo, el hemisferic etc). Estéticamente no tiene un pase, está horrorosamente ubicada junto al puente y quitando perspectiva a la desembocadura y futura zona de desarrollo urbanístico y hoy por hoy carece de usos. Podría haber sido un estimable auditorio de música moderna pero su acústica, por el exceso de reverberación lo hace imposible. En fin, un mal sueño. Apoyo la demolición.
Todos los años voy al Open de tenis que allí se celebra y es una pena ver cómo se ha tirado el dinero con este edificio.
La clochina más cara y gigantesca del mundo conocido. Una fanfarronada más de Camps con el bolsillo de los valencianos. Menos mal que los alicantinos y castellonenses no pueden quejarse de que a ellos no les llegó.
Totalmente de acuerdo con el autor. Es un desafortunado edificio que no sirve para nada, encajado de mala manera. Siempre he pensado que se debería demoler.
Totalmente de acuerdo.
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