VALENCIA. Hace apenas unos meses, el PSOE parecía tener claros síntomas de "Pasokización", es decir, una emulación de la trayectoria del partido socialista griego. Los socialistas españoles veían cómo surgía un peligroso rival, Podemos, que aspiraba a ocupar su lugar en la política española. El liderazgo de Pedro Sánchez se ponía en duda. Y mientras tanto el eterno rival, el PP, también languidecía, pero con cierta placidez, puesto que, a diferencia del PSOE, nadie amenazaba seriamente su espacio político.
Pues bien, en el momento actual podríamos aplicar este mismo análisis al PP. Este partido se encuentra en estos momentos amenazado por el fuerte crecimiento de Ciudadanos; ve como la sucesión inacabable de escándalos de corrupción, evasión de impuestos, malversación de fondos públicos, y un largo ectéctera de asuntos delictivos, destruye la credibilidad que podría quedarle al PP entre buena parte de su electorado; y además, por contraposición, cabría decir que la situación del PSOE ha mejorado, y no sólo por efecto de los problemas del PP. Su buen resultado electoral en Andalucía, combinado con cierto estancamiento de Podemos, contribuyen a alejar el fantasma del sorpasso electoral y el mencionado proceso de "Pasokización".
¿Y SI EL SORPASO LO DA CIUDADANOS?
Casi todo lo que podíamos decir de Podemos hasta hace unos meses puede decirse ahora de Ciudadanos: este partido continúa subiendo en todas las encuestas, formalizando un empate a cuatro (de cara a las Elecciones Generales) en el que PP y PSOE han pasado a estar igualmente debilitados frente a la pujanza de Podemos y C's; pero además, es este último partido, y no tanto Podemos, quien concentra la atención de los medios de comunicación; es de sus propuestas y de sus decisiones estratégicas de lo que más se habla. También es Ciudadanos el nuevo "partido de acogida" de todo tipo de individuos que se han alejado de otros partidos políticos de su entorno, es decir, del PP y de UPyD (que está siendo absorbida, en la práctica, por Ciudadanos), como anteriormente ocurriera con Podemos e IU. El matiz diferencial, de nuevo desfavorable para el PP, es que Ciudadanos parece mucho más eficaz atrayendo a exmilitantes del PP que Podemos haciendo lo propio con el PSOE.
Para el PP hay un factor positivo, indudablemente, del ascenso de Ciudadanos: como, a fin de cuentas, la mayoría de los votantes de C's provienen de antiguos electores del PP, hoy desafectos, ello significa que, de cara a los próximos procesos electorales, la cosa no será un "el PP contra toda la izquierda", un escenario terrorífico para el PP en términos de poder, porque no es previsible que este partido logre mayoría absoluta en ningún sitio (sí, en ningún sitio... ¡Ni siquiera en Murcia!). En cambio, pactando con Ciudadanos el PP podría aspirar a mantener feudos tan importantes como Madrid, la Comunidad de Madrid y quizás el Ayuntamiento de Valencia.
La cuestión, sin embargo, es si Ciudadanos querrá pactar con el PP. Puede que la teoría del apoyo a la lista más votada favorezca a los conservadores españoles, como parece que favorecerá a Susana Díaz en sus negociaciones para lograr la investidura en Andalucía. Sin embargo, para que esta estrategia de atracción de votantes y simpatizantes del PP tenga éxito en el largo plazo, lo último que ha de hacer Ciudadanos tras las elecciones de mayo es pactar con el PP; sobre todo, en los feudos históricos, más castigados a ojos de la ciudadanía, y con mayor visibilidad mediática. No pactar con el PP implica continuar postulándose como auténtica alternativa. En cambio, pactar supone arriesgarse a ser absorbido por el PP, como le ocurriera a tantos partidos-bisagra en el pasado.
LLUVIA DE DOSSIERES
Además, las últimas semanas -los últimos días- han sido particularmente pródigas en escándalos del PP. Los dossieres vuelan sobre las redacciones de los medios de comunicación, ofreciendo historias a cual más jugosa (y escandalosa) sobre el comportamiento de los dirigentes de este partido a todos los niveles. Tenemos, por ejemplo, al exvicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, que -obviamente- en su momento se presentó a sí mismo como máximo adalid de la disciplina fiscal y la lucha contra el fraude, dedicado a evadir impuestos; tenemos al exministro de Justicia, Federico Trillo, cobrando un misterioso sueldo de asesoría de un empresario cuya mejor justificación es la siguiente: "todo legal".
Por supuesto, en un festival de estas características no podían faltar "los nuestros", los dirigentes del PP valenciano. Primero, las facturas de gastos de Rita Barberá y su equipo, muy por encima de lo fijado por la política de austeridad de Alberto Fabra. Y, sobre todo, muy lejos de cualquier afán por apretarse mínimamente el cinturón y mostrar cierta empatía con los ciudadanos en un contexto como el actual.
Con todo, como siempre, lo peor ha sido la justificación de Rita Barberá, que más o menos parece resumirse en el glamour inherente al ayuntamiento de Valencia, y en que no derrochar es de pobres y de desgraciados. Algo así. Un nuevo ejemplo de soberbia y alejamiento de la realidad por parte de nuestra crepuscular alcaldesa.
Por otra parte, tenemos el escándalo incipiente de las grabaciones efectuadas por uno de los hombres de confianza de Alfonso Rus en la Diputación de Valencia, que EUPV ha entregado a la Fiscalía Anticorrupción. El contenido de las grabaciones, según apunta el diario El Mundo, promete remitirnos a lo mejor de las películas de Martin Scorsese. Un escándalo que promete traer cola e involucrar a mucha más gente, y que llega, como es evidente, en el peor momento posible para los intereses electorales del PP: a un mes de las elecciones, y con todas las encuestas mostrando lo mucho que sufrirá este partido en la Comunidad Valenciana.
#prayfor... Hiperliderazgo de la nueva política
Conforme pasa el tiempo, más claro está que lo "nuevo" (Ciudadanos y Podemos) que quiere sustituir a lo "viejo" (PP y PSOE) se inspira más y más en lo viejo para sustituirles mejor. Uno de los ejemplos más palmarios es la estructura directiva de ambos partidos, caracterizada por un control férreo del proceso de toma de decisiones. En Podemos, ciertamente, tamizado por la posibilidad de que los simpatizantes del partido configuren liderazgos y listas electorales mediante el voto (si bien casi siempre lo hacen con un candidato o lista "oficial", avalada por Pablo Iglesias, que parte con ventaja).
En Ciudadanos, directamente, Albert Rivera ya ha dejado claro que cualquier pacto postelectoral sólo podrá formalizarse si él le da el visto bueno. Sin duda, Rivera va a disfrutar en los próximos meses de la experiencia de inmersión en la realidad política de cientos de municipios con posibles pactos.
Cuando se escenifica con toda su crudeza, el hiperliderazgo no queda muy bien, estéticamente, en ningún partido político. Particularmente, en los nuevos partidos, entre cuyas virtudes siempre suele estar una mayor transparencia y horizontalidad en la toma de decisiones, con el deseo de involucrar a los ciudadanos (o, al menos, aparentar que se les está involucrando).
Sin embargo, cabe decir también que el hiperliderazgo, en partidos como Podemos y Ciudadanos, que están experimentando un crecimiento de aluvión, es una opción mucho más sensata y práctica, a efectos electorales, que el descontrol. Porque, al menos, el hiperliderazgo permite mitigar discrepancias y actitudes que pueden detraer muchos apoyos electorales. Y también permite controlar (al menos, un poco) a algunos de los recién incorporados al partido, cuyo entusiasmo quizás esté menos motivado por el afán de cambiar las cosas para mejor, y más por el de mejorar su situación personal.
Uno de los problemas de los dirigentes del PP es su excesivo personalismo, su hiperliderazgo y su deseo de eternizarse en el poder. De manera que cuando vienen mal dadas para el que está gobernando, no hay alternativas y se pueden pegar el batacazo. Algo de esto pasó en el PP andaluz aunque con matices, claro, que allí no gobernaban en la comunidad: se marchó Arenas y el que vino a sustituirle ni lo conocían sus votantes ni en su propio partido. En política, una retirada a tiempo es una victoria, sobre todo, si se deja antes un sustituto conocido y reconocido.
Lo que parece bastante claro es que muy poco o nada va a cambiar en las políticas económicas de nuestros gobernantes. Después de mayo y el año próximo seguiremos viendo como los banqueros siguen tomándole el pelo a la gente con total impunidad, como se favorece que se endeude todo quisqui hasta las cejas para dedicar nuestras vidas a pagar hipotecas y pagar impuestos para pagar la deuda ignominiosa, como cada vez más gente pasa por esta vida en una precariedad patética que se nos vende como producto de la sensatez y de la inevitable realidad de las cosas, etc. Sin embargo sí que es posible que vayan a ser buenos tiempos para lo más progre del zapaterismo, todo lo relacionado con las políticas de igualdad, los gays, cierto ecologismo... Bueno, algo es algo
Juan resulta que yo, simpatizante de compromís, no soy, ni propietario( no me importaría serlo), ni ex-comunista. Respecto a lo de localista y costumbrista, es mucho más "cool" cenar en París y ir de compras en Nueva York, pero yo de momento me apaño paseando per l'horta. Respecto a sorpassos, solo recordarte que aún no ha habido elecciones, así que no vendas la piel del oso.
Buen análisis¡ Si Ciutadans quiere consolidarse a futuro ha de mantener su independencia; como haga amistad con el PPCV, y en las locales y autonómicas, lo va a tener crudo para las generales, porque resultaria ser lo que no quiere ser : la "marca blanca" del PP... y a la larga, absorbido por un PP reconstruido...al fin y al cabo, siempre existirá un partido de centroderecha, liberal/conservador, en España...Y Petra: Compromis es un fenómeno localista, costumbrista...pensaba en dar el "sorpasso" al PSV y "quedarse" con EUPV y ya ves...se lo ha dado Podemos: que puede esperarse de un partido de hijos de "propietaris" de los pueblos de l´Horta y de las Marinas, por ejemplo, ajuntados con comunistas disidentes? Que se lo pregfunten a Gloria Marco¡ Pues eso.
No veo que el PSOE pueda celebrar gran cosa. Ha ganado en Andalucía, pero seguramente con el peor resultado de su historia; que temiesen un descalabro todavía peor, o que lo del PP ha sido un desastre, es un triste consuelo. Por lo pronto, Susana Díaz ni siquiera tiene garantizada la investidura, y para la gobernabilidad lo va a tener peor que en la pasada legislatura. Me temo que a la euforia de hace unas semanas le ha seguido algo así como un sudor frío... Puede que su mejor alternativa, ahora mismo, sea confiar en que los dos "grandes" puedan intercambiarse cromos entre comunidades, con Valencia o incluso Madrid como contrapartidas a Andalucía. Que ya se sabe como es eso de hacer "oposición responsable".
C's es la marca blanca del PP.
Perdona Petra, en las últimas encuestas no le dan mucho más que en 2011, supongo que por eso el "olvido". Ese año sacaron 6 y en la encuesta de la Ser, por ejemplo, les dan de 8 a 11. Mientras que dicen que Podemos (13-15) y Ciudadanos (17-19). Pero bueno, son encuestas, lo que está claro es que van a ser unas divertidas elecciones.
Buen análisis, si no fuera porque olvida -¿a propósito?- a una fuerza consolidada, preexistente y también emergente, de las pocas que estaban y que van a subir: COMPROMIS. ¿casualidad?
Sería un poco de kamikazes que Ciudadanos apoyara al PPCV o al PSPV después de las elecciones municipales y autonómicas teniendo en cuenta que la mayor parte de sus votantes somos ex-PP o ex-PSPV y lo que queremos es que haya un cambio de caras y programas.....perdería todos sus votos cara a las generales,...¿y no son las Generales lo que le interesa a Rivera?.
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