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LA OPINIÓN PUBLICADA

Rodrigo Rato: "Casta"
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GUILLERMO LÓPEZ. 19/04/2015

LA OPINIÓN PUBLICADA

Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
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VALENCIA. El acontecimiento de la semana ha sido, sin ninguna duda, la detención exprés del exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato. Una detención de duración escasa, pero pródiga en momentos de gran poder icónico, como la entrada de Rato en el coche policial, ayudado por un policía que le empujó la cabeza hacia abajo para que no se golpease con el techo. Acción por demás innecesaria, dado que Rato no iba esposado.

Innecesaria... si asumimos que la detención tenía otro propósito que la escenificación ante las cámaras de que Rodrigo Rato, uno de los individuos más poderosos de España hace no tanto tiempo, estaba siendo detenido. En efecto, la operación policial tenía también aspecto de operación propagandística, dada la importancia del despliegue mediático en torno a la misma (aún mayor que el policial) y la presencia de las cámaras a lo largo de todo el proceso, incluyendo acciones como ver a los policías llamando a la puerta del domicilio de Rato. El asunto tenía un cierto sabor a reality show, como si dentro de la vivienda estuviese Rato fumando y discutiendo con sus compañeros de casa sobre los turnos para fregar los platos, o cocinando un sabroso león con gamba.

Tan evidente ha sido la orquestación mediática de la detención de Rato y el registro de su domicilio y despacho profesional que muchos han visto en ello una campaña propiciada desde el Gobierno, que estaría utilizando todo este asunto con un propósito en última instancia electoral. Y, sin duda, es factible que detrás de la detención de Rato (y, sobre todo, de su escenificación) haya un objetivo político por parte del Gobierno. Ahora bien, de ahí a que en efecto la detención resulte beneficiosa electoralmente dista un trecho enorme. Es absurdo, por todo lo que representa Rato, lo que ha sido, y lo que aún es, en el PP, pretender que el público no va a ligar sus acciones, pasadas y presentes, con el devenir de su partido político. La población no va a premiar a un Gobierno que persigue a sus antiguos acólitos (años después de que ya hubiera indicios más que suficientes al respecto de las acciones de Rodrigo Rato), como si no tuviera nada que ver con ellos, merced a un desmarque de último momento.

ÍDOLO CAÍDO POR FASES

La caída de Rodrigo Rato es la última de una larga serie de tropiezos y descensos desde un pedestal muy, muy alto. El primero de todos ellos fue la decisión de José María Aznar, en 2003, de nombrar a Mariano Rajoy su sucesor. Rato era el otro gran candidato (el tercero en discordia, Jaime Mayor Oreja, quedó descartado tras llegar tarde a una votación crucial en el Parlamento vasco), y como tal había intentado desarrollar un perfil propio, alternativo a la dureza berroqueña del aznarismo, sobre todo en lo que se refería a la guerra de Irak de 2003 y la infausta participación española en la misma. Aznar, rencoroso como sólo él sabe serlo, jamás se lo perdonó.

Sin embargo, el destino alternativo que se buscó Rato en 2004, director gerente del FMI (con rango de jefe de Estado), sin duda compensó este primer resbalón. Rato estuvo unos años al frente del FMI (que dejó en unas circunstancias un tanto misteriosas) y finalmente volvió a España. En aquel momento se estaba viviendo el tormentoso proceso de sustitución de Miguel Blesa al frente de Cajamadrid. Blesa, amigo de Aznar (razón por la cual estaba al frente de la caja de ahorros, pues así son las cosas en el mundo de la meritocracia tamizada por un criterio de oportunidad política), era odiado por la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que quería sustituirlo por un profesional independiente de trayectoria intachable: Ignacio González, entonces vicepresidente de la misma comunidad autónoma.

Rodrigo Rato y Miguel Blesa

En esa batalla terció Mariano Rajoy para colocar a su candidato (como ocurre a menudo, el candidato de Rajoy no era tanto de él, como contrario a los candidatos de los demás): su antiguo compañero en la cúpula del gobierno de Aznar, Rodrigo Rato. Hubo comentarios en la prensa a propósito del disgusto que tenía Rodrigo Rato por tener que verse inmerso en una batalla política plena de navajeos, él, con el inmenso prestigio que atesoraba entonces.

Sin embargo, a la hora de la verdad ello no fue óbice para aceptar la dirección de Cajamadrid. El resto es historia reciente, también muy conocida, y resume la fase final de la caída de Rato, que se asemeja bastante a despeñarse por un barranco: fusión con Bancaja, intervención de Bankia, imputación de Rato por el timo a accionistas y preferentistas de Bankia, escándalo de las tarjetas black (que Rato, inmune aquí a cuestiones de prestigio, utilizaría con profusión), descubrimiento de que el ex vicepresidente del Gobierno se acogió a la amnistía fiscal y, finalmente, registro de su domicilio, con todo el despliegue mediático ya comentado.

Todo ello ha acabado de hundir lo que quedaba (no mucho, a decir verdad) del mito de Rodrigo Rato como mago de las finanzas y autoproclamado máximo responsable del supuesto "milagro" económico de la época de Aznar. Un milagro sustanciado en la venta de las principales empresas públicas del país (como se acostumbra por estos lares, una serie de privatizaciones dirigidas y gestionadas por diversos amigos de los máximos dirigentes del PP, muchos de los cuales con una preparación para el puesto más que discutible, o directamente inexistente) y en la burbuja del ladrillo. Un milagro que, como el propio Rodrigo Rato, tenía los pies de barro.

Con estos antecedentes, es evidente que al Gobierno le resultará muy complicado hacer la labor de alquimia imprescindible para convertir el caso Rato en algo beneficioso para sus intereses. Pero sí que cabe decir algo a favor de Rajoy: como se ha dedicado siempre a la política, no es previsible que cuente con un capital y con intereses económicos tan diversos como Rato... o como el propio Aznar, también candidato, a juzgar por la amplitud y diversidad de sus negocios, y a la vista del nuevo celo purificador de las autoridades, a entrar en un coche con un agente de policía agachándole la cabeza.

Es el problema derivado de una determinada forma de hacer negocios, siempre a rebufo del BOE y del favor de la clase dirigente. Un problema que hasta ahora no era tal (mucha gente ha funcionado así durante décadas, con total impunidad), pero que en un ambiente tan crítico con la "Casta" como el que tenemos actualmente puede obligar, aunque sea de vez en cuando, a ofrendar algunos chivos expiatorios para calmar los ánimos.

#prayfor... Mayrén Beneyto

Esta semana Mayrén Beneyto, la eterna concejala de Cultura del ayuntamiento de Valencia, decidió despedirse del puesto (se presenta en las próximas elecciones en un puesto testimonial, el 33) a través de un escrito publicado en su cuenta de Facebook. Un escrito extraordinariamente original en el plano estilístico, a juzgar por la abundancia de faltas ortográficas y gramaticales que lo nutrían.

Naturalmente, el asunto concitó la atención de los medios de comunicación: uno no se encuentra todos los días plasmados en un escrito, y con tanta eficacia, los motivos por los que una política cultural ha sido deficiente, o desastrosa. Puede parecer algo anecdótico, pero -como también ilustra el caso de Rodrigo Rato- hay una evidente correlación entre la capacitación de los gestores en cualquier ámbito (público o privado) y sus realizaciones. En este caso, el escrito constituye un broche de oro para una gestión cultural en la ciudad de Valencia que podríamos resumir como "modelo Las Vegas": un desierto, un erial, iluminado por algunas realizaciones desmesuradas, fuera de lugar y de pésimo gusto.

LA OPINIÓN PUBLICADA

Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
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8 comentarios

JoJo escribió
23/04/2015 14:33

Yo con lo que alucino es con el cambio de opinión de la prensa en este país. Durante años, Rato ha sido alabado y aclamado como una gran gestor, un gran estadista, un gran economista, el artífice del milagro económico y un montón de tonterías más. Por supuesto ahora aparecen las críticas furibundas y beligerantes, algunas incluso hacia su ámbito personal. Algo parecido está ocurriendo con Juan Carlos I, al que durante décadas alabaron sin medida y convirtieron casi en un santo de escayola. Ahora que ha caído en desgracia, se ha abierto la veda contra él. No me parece muy normal esta actitud de la prensa que no sé si es cobardía, dejarse llevar por el pensamiento único, directrices dictadas por los gestores de los medios... No sé, pero cambiar de opinión 180 grados en unos meses no lo veo normal.

hola escribió
22/04/2015 00:31

Lo de Rato ha sido bastante extraño por su asombrosa rapidez, como que entre que las TVs daban la noticia de evasión fiscal y posible blanqueo, hasta la detención, apenas pasaron 2 ó 3 días. Y la Gurtel no sé cuántos años lleva de investigación. Y la defensa del PP es que la justicia actúa eficazmente e igual para todos. No quiero ser mal pensado, pero si no hubieran elecciones a la vista, no se hubieran dado tanta prisa. El hostión de Rodrigo era inevitable, han preferido acabar con ello cuanto antes (y cuanto antes y más bombo se le dé, más fácil se olvida la gente; quién se acuerda ya del accidente aéreo en los Alpes) y refugiarse en la cuartada de la justicia, a ver si consiguen salvar algunos muebles... lo único que sería preocupante es que eso les funcionara.

Alejandro escribió
20/04/2015 11:11

Un apunte: agarrar del cuello a un detenido para introducirlo en el coche es parte del protocolo policial, como forma de evitar que el detenido se golpeé (queriendo o no) y pueda demandar luego a la policía por lesiones durante la detención...

Uno de por ahi escribió
19/04/2015 20:23

Recuerde la intervencion de Montoro el mismo dia por la mañana en el congreso. Dos horas despues hacienda esta en casa de Rato. Dos años de investigacion y lo van a registrar el mismo dia y con las camaras de tv delante.¿porque lo han linchado?¿porque lo han dejado caer, al contrario que al señor Barcenas, al cual defendieron hasta lo indefendible al principio y durante mucho tiempo?,sms incluido. Una teoria= a Rato le dieron el regalo de caja madrid para cargarselo.Estaba muerto desde el principio(como Bruce Willis). Le prometieron que el estado le iba a arropar-ayudar en un momento dado para salvar la caja y luego lo dejaron solo y al que han ayudado es a goirigoizarri. Le reconozco al señor Rajoy ciertas virtudes.Tiene la templanza, la paciencia y el pulso de un francotirador servio, con la apariencia de pachorra y de que no se inmuta con nada ya lleva unos cuantos muertos (politicos ) en su historial.(y los que le quedan). Es como la hipertension . En apariencia no te pasa nada hasta que un dia algo te pasa y te mueres. Solo hay que dejar pasar el tiempo y en eso el señor Rajoy tambien es un experto. Ahora "linchan" a Rato, se "queman" en las municipales, sacrifican unas cuantas regiones , pasa el temporal, pasa el verano, baja el paro, baja el ruido, un par de leyes anticorrupcion, convoco elecciones y gano las generales.

Fart escribió
19/04/2015 19:24

Quizá por fin alguien empiece a hacer las preguntas adecuadas sobre las privatizaciones y Gescartera. Y no se conforme con las no repuestas. E incluso puede que la Justicia actúe. Ojalá.

19/04/2015 16:09

Buenas tardes: había que "linchar" a alguien mediaticaménte y le ha tocado a Rato. Rato ya está juzgado,condenado y solo esperan que se encuentre un árbol lo suficientemente fuerte para como en el Lejano Oeste "hacer justicia"Si, esta es la justicia que aplicamos en el primer mundo pues me quedo con el tercer mundo.- En cuanto a la Sra Beneyto discrépto de su opinión como ya lo manifesté en el comentario del articulo sobre la forma de despedirse.No nos pongamos tan "finos" porque "horrores" ortográfico que se realizan todos los días (yo el primero) prefiero que o escriba como "le sale".- Ahí tiene Ud una representante cabal de la "casta" valenciana sin embargo creo que, lo ha echo bien.Atte Alejandro Pillado Marbella 2015

LuisBravo escribió
19/04/2015 12:17

Rodrigo Rato “liberalizó” el Mercado Eléctrico en España, porque se iban a conseguir 3 logros: - Mejorar el servicio. - Aumentar la competencia. - Bajar el precio de la factura de la luz. Hoy, conseguidos todos esos logros, todos los españoles deberíamos poner estatuas de Rodrigo Rato en las principales calles y plazas de España. Para entender el sistema eléctrico en España, recomendable ver el informativo "Apaga y Vámonos": https://www.youtube.com/watch?v=4IBkqrtN1Fs

petra escribió
19/04/2015 11:16

Algunas concejales creen que las faltas pueden sostenerse con laca o desaparecen con el tinte de Llongueras. Lo pretenden llamar cultura cuando sólo es ignorancia.

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