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LA OPINIÓN PUBLICADA

Ya es Navidad electoral
en el Gobierno

GUILLERMO LÓPEZ GARCÍA. 12/07/2015 Rajoy ha decidido adelantar la campaña electoral vía BOE y retrasar un mes las elecciones para intentar lograr cuatro años más de mandato

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Guillermo López García

Profesor titular de Periodismo de la Universitat de València
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VALENCIA. Mariano Rajoy ha abandonado su habitual ostracismo para salir en varias ocasiones a la palestra en estas últimas semanas; incluso se le ha visto en algunos medios de comunicación, concediendo entrevistas. Una tasa de actividad impropia en Rajoy y que muestra, más que cualquier otra circunstancia, la cercanía de las Elecciones Generales, las que más le importan a Rajoy, dado que en ellas se juega cuatro años más en La Moncloa.

Y, como ahora Rajoy y el PP se juegan lo importante, el Gobierno ha comenzado a utilizar con profusión su principal arma para cautivar al electorado y recuperar votantes: el BOE. En apenas un par de semanas hemos observado cómo se adelantaba en seis meses la prometida rebaja del IRPF, concentrada en las rentas más altas, es decir: en los potenciales votantes desafectos del PP. También se ha anunciado un pequeño descenso en la tarifa de la luz (inferior al 2%), que en todo caso se produce tras anteriores incrementos, mucho mayores, a lo largo de esta legislatura (lo mismo cabría decir del IRPF). Y promesas sin cuento sobre la solidez de la recuperación económica que promulgan desde el Gobierno por tierra, mar y aire.

Todos estos regalos llegan en un contexto de incertidumbre, en parte causado por la crisis griega (que por fin parece encauzarse; aunque sea, de nuevo, con un rescate que prolongará la situación unos años más), y en parte por algunos datos que no son tan positivos, como el aumento del nivel del endeudamiento español, ya cercano al 100% del PIB, o la velocidad a la que el Gobierno está gastándose la hucha de las pensiones para hacer frente a todo tipo de gastos.

Todo ello figura una imagen muy poco responsable de Rajoy, que rebaja el IRPF con su mano derecha mientras coge con la izquierda, del sufrido fondo de reserva de las pensiones, el dinero que necesita; o que acusa a Grecia en televisión de tener un endeudamiento insoportable... mientras demuestra desconocer que el endeudamiento del país que en teoría gobierna, España, también es insoportable.

Poco responsable, pero volcado a ganar las elecciones y mantener el poder, aunque sea en condiciones mucho peores que las actuales. De hecho, la convocatoria de las Elecciones Generales se prevé para el mes de diciembre de 2015, es decir, sin adelanto electoral (y con "retraso" electoral de casi un mes, algo inaudito en la democracia española), con motivo de la aprobación previa de los Presupuestos de 2016, que le permitirían gobernar a Rajoy el año que viene aunque tuviese una mayoría muy endeble (que es la que tendrá, en el mejor de los casos y suponiendo que logre su investidura).

Los índices de popularidad de Rajoy continúan bajo mínimos. La gran masa de votantes que logró atraer el PP en 2011 es un recuerdo del pasado, que no volverá. Mucho más recientemente, el PP sacó malos resultados el 24M, y además estos fueron aún peores merced a los pactos posteriores, que dejaron fuera de la mayoría de ayuntamientos más poblados, y de muchas CCAA, a los conservadores.

En este estado de las cosas, la apuesta del PP se centra, por un lado, en preservar a toda costa a su electorado más fiel y tratar de reparar algunas de las fugas de votantes que se hayan ido a Ciudadanos o hacia la abstención, razón por la cual este partido recurre tanto (y más que recurrirá) a los "fabulosos regalos" del BOE. Por otro lado, el objetivo supremo es ser el partido más votado, por el plus de legitimidad (y, habitualmente, también de escaños) que esto otorga en España.

A la luz de los resultados del 24M y de las últimas encuestas, parece que hemos pasado del tetrapartidismo a un sistema de 3+1, donde el "1" sería Ciudadanos. Este partido obtuvo el 24M unos resultados magníficos, pero muy alejados de lo que auguraban las encuestas. Su política de pactos posterior, que inevitablemente ha supuesto un desgaste electoral, ha alejado a Ciudadanos de la tríada de partidos que estarían en condiciones de disputarse la victoria en las Generales: PP, PSOE y Podemos.

Este triple empate aboca al PP a una situación de partida muy peligrosa, si quiere reeditar su mandato. Su único aliado natural, Ciudadanos, quedaría muy descolgado si obtiene en torno a un 10% de los votos (como indican las encuestas), que apenas daría para 20 escaños. Es verdad, por otro lado, que el empate entre PP, PSOE y Podemos puede quedar matizado, en parte, por la división en circunscripciones provinciales. El PP tiene una implantación muy desigual en España (destaca el enorme agujero negro catalán), y concentra sus feudos, en líneas generales, en las provincias menos pobladas, en las que se dirimen 3, 4 y 5 escaños.

Si ahí el PP logra sacar suficiente ventaja a los demás partidos, puede hacerse con un plus de escaños muy importante. Por ejemplo, si el PP logra superar el 30% en una provincia con tres escaños, le sigue el PSOE (digamos que con un 23%) y Podemos no sube del 15%, este último partido se quedaría fuera del reparto de escaños, y el PP se llevaría dos.

Para ello también ayudarían los problemas internos y las inconsecuencias de Podemos y su núcleo dirigente, que han propiciado la aparición de Ahora en Común, una iniciativa de confluencia de izquierdas liderada por IU que tal vez tenga mejores resultados entre el núcleo de activistas y simpatizantes más politizado que entre la gran masa de votantes, pero que como mínimo dificultará la estrategia de Iglesias de alcanzar pactos con formaciones locales en determinadas comunidades autónomas.

En todo caso, conforme mayor sea la división de la izquierda, mejor para el PP. Este partido se mueve en márgenes muy ajustados, en los que necesita ser el más votado y obtener cierta diferencia sobre PSOE y Podemos para tener opciones de revalidar el Gobierno. Sin que quepa descartar un escenario terrorífico para Rajoy: que Ciudadanos (o el PSOE, en la hipótesis de la Gran Coalición), para dar su apoyo a un gobierno del PP, exigiera como condición previa que Rajoy no fuese el presidente del Gobierno. Una condición más que factible que impediría a Rajoy estar cuatro años más en la Moncloa, haciendo... lo que quiera que haya hecho durante esta legislatura. 

#prayfor... renovación de logo en el PP

Además de los regalos del BOE, el PP también ha comenzado a hacer todo tipo de proclamas y movimientos regeneracionistas. Más allá de gloriosas promesas de futuro (en que el PP incluso se plantearía hacer primarias para escoger a sus candidatos, aunque sin llamarlas así; un poco como lo que decían del matrimonio homosexual en 2005, que lo malo era denominarlo "matrimonio"), dos son los movimientos tangibles en que se sustancia, por ahora, la renovación del PP. El primero, el nombramiento de Pablo Casado como portavoz, que en apenas un par de semanas ya ha proporcionado varios momentos particularmente esperpénticos de la política española, como cuando anunció que en Grecia había caos, disturbios y saqueos... basándose en una noticia de ABC del año 2014.

 

El segundo, que ha hecho verdadera fortuna en las redes sociales, es el rediseño del logo del PP. Ha hecho fortuna, por supuesto, en negativo. No sólo por el mensaje que se envía al electorado, con una decisión de tanto "calado", sobre la seriedad con la que se toman en el PP el regeneracionismo. Sino por la seriedad con la que parecen tomarse cualquier cosa, desde las cifras del déficit español hasta qué se entiende por regeneracionismo y renovación profunda, pasando por un logo que parece que Rajoy le ha encargado a su sobrino y éste se ha limitado a copiarse de los logos del Partido Demócrata de EEUU y de Podemos, fusionándolo en un círculo que parece la marca blanca de una cadena de supermercados. Quizás es que se trataba justamente de eso.

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Guillermo López García

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2 comentarios

Guillermo López escribió
16/07/2015 12:00

JoJo, en realidad no discrepamos, mi análisis se basa en que el PP logre doblar o más a Podemos en ese tipo de provincias, en cuyo caso reduciría al mínimo el número de escaños de Podemos en esas circunscripciones. Ponía la cifra "mágica" en torno al 15% porque históricamente, por debajo de eso, lo normal es que los partidos se queden recluidos sólo en las circunscripciones más pobladas. Un cordial saludo

JoJo escribió
13/07/2015 21:58

Discrepo en lo del reparto de escaños de las provincias pequeñas. Ya lo he comentado en otras ocasiones pero, si los resultados electorales son ajustados, en estas provincias pequeñas puede haber un triple empate en escaños, al fin y al cabo, al tercer partido le basta con sacar la mitad más uno de los votos del primero.

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