VALENCIA. Me sorprendió hace un par de semanas escuchar en boca de un economista mediático que uno de los problemas más importantes que acuciaban a la economía española era la rapidez con que se estaba reduciendo "la hucha de las pensiones". Recuperada de la estupefacción inicial, acudí a internet y observé que no era el único en hacer dicha afirmación, sino que una parte de la prensa estaba realizando afirmaciones parecidas. Todos somos conscientes de que los datos están siempre sujetos a interpretación, pero dado lo sensible del tema parece oportuno revisar su evolución reciente y situación actual.
En realidad el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, que es como se denomina la llamada "hucha de las pensiones", fue creado en el año 2000, durante el mandato del presidente Aznar. El Pacto de Toledo de 1995 recomendaba la separación y clarificación de las fuentes de financiación de nuestro sistema de Seguridad Social, así como la constitución de reservas en el nivel contributivo del mismo que atenuasen los efectos de los ciclos económicos.
Posteriormente, en 2001, se aprueba la ley de Estabilidad Presupuestaria donde se prevé que, en caso de superávit en la Seguridad Social, éste se aplique prioritariamente al Fondo de Reserva para atender necesidades futuras de dicho sistema. Dicho fondo se invertiría en activos seguros. El primer año en que dichas cuentas arrojaron superávit fue el 2000 y en el gráfico 1 puede apreciarse su evolución desde entonces. Hubo aportaciones entre los años 2000 y 2008, junto con 2010. Desde entonces, al no existir superávit, no se han realizado nuevas aportaciones.
Lo que en España conocemos como Seguridad Social es un conjunto de organismos del Estado que tiene como misión la gestión del sistema de protección social. El principal gasto lo constituyen las pensiones, mientras que el principal ingreso son las cuotas pagadas por los afiliados a la Seguridad Social. Como todos sabemos, el sistema público de pensiones adoptado en nuestro país es un sistema de reparto, esto es, cada año se pagan las pensiones con lo recaudado de las cotizaciones sociales de los que están trabajando.
En caso de no ser suficiente, los Presupuestos Generales del Estado realizan la aportación necesaria (es decir, se complementaría con cargo a los impuestos). Para que nos hagamos una idea, en 2015 el Presupuesto Consolidado del Estado asciende a 347.800 millones de euros, de los cuales el 39.1% lo constituye la Seguridad Social, el 45.7% el Estado propiamente dicho (los gastos de los Ministerios) y el resto lo forman los demás organismos del sector público. El gasto en pensiones previsto para 2015 es de 128.000 millones de euros, de las cuales la mayor parte son contributivas (115.000 millones de euros).
Con el fin de poder comparar magnitudes, habría que empezar por decir que el máximo valor del Fondo de Reserva se alcanzó en 2011 (gráfico 2) ascendiendo a la cifra nada despreciable de 65.800 millones de euros, es decir, unos seis meses de pensiones. Asimismo, dado que el dinero se empleó en la compra de deuda pública (la mayor parte española), su rentabilidad fue bastante alta, al haber generado (a lo largo de todos estos años) unos 22.000 millones de euros en intereses, alrededor de un 5% anual.
No obstante, no debemos confundir la evolución de un fondo creado para suavizar los efectos de los ciclos económicos sobre el pago de las pensiones, con un problema mucho más grave y con repercusiones a largo plazo, que es la propia sostenibilidad del sistema de pensiones en España. En ese caso la cuestión no es si, año a año, contaremos con suficiente financiación procedente de las cotizaciones para pagar las pensiones o tendremos que recurrir al Fondo (o a los Presupuestos) para completarlas, sino si el número de cotizantes será suficiente para pagar el creciente número de pensionistas, cada vez más longevos.
Este es un problema recurrente en España y para verlo podemos recurrir a los datos sobre el número de trabajadores cotizantes, parados y el número de pensionistas de la Tabla 1. La cifra importante es la relación entre el número de afiliados y el de pensionistas, que se muestra en la última columna. No es casual que la cifra más baja, 2.06, se alcanzara a mediados de los años 90: la firma del Pacto de Toledo fue muestra de la preocupación que existió en el momento por la insostenibilidad del sistema. El total de trabajadores afiliados rondaba tan sólo los doce millones, con más de seis millones de pensionistas.
Gracias al aumento de cotizantes durante los años del "boom" en España, cuando los afiliados llegaron a los 20 millones, dejó de hablarse del problema de la sostenibilidad del sistema durante un tiempo. Pero en 2014 volvemos a cifras preocupantes: 16 millones de trabajadores afiliados y más de 8.5 millones de pensionistas. Teniendo en cuenta el envejecimiento de la población española y las previsiones demográficas, y a pesar de las medidas tomadas para lograr la suficiencia de recursos, prolongando la edad de jubilación y aumentando los años de cotización precisos para lograr las máximas prestaciones, la sostenibilidad no está asegurada.
No se está planteando abiertamente un debate a fondo sobre este tema, probablemente por ser muy sensible en la opinión pública. Si resulta difícil pasar a un sistema de capitalización como el chileno o el sueco, podría diseñarse con claridad y permanencia incentivos fiscales para la contribución a planes de pensiones individuales.
Por lo que se refiere al Fondo de Reserva su saldo es aún positivo, por una cuantía cercana al 3% del PIB, mostrando, al fin y al cabo que lo acumulado en los años de los 20 millones de cotizantes está permitiendo mantener las pensiones a lo largo de la actual crisis. Es cierto, muy cierto, que ha habido importantes disposiciones del Fondo en los últimos años. Pero, como en otras ocasiones, algunos apuntan a un problema de corto plazo: la reducción de lo acumulado en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social.
De nuevo, coyuntura y estructura (ajustes y reformas) se confunden. Pocos recuerdan que, entre las diversas reformas estructurales inacabadas, una de las más importantes, por su efectos a largo plazo (lo mismo que la educación), es la reforma del sistema de pensiones en España.
Estos datos son devastadores para los que hoy por hoy trabajamos. Pero por lo que veo cuando los de mi generación se quiera jubilar no tendrá jubilación y lo que es mas preocupante sera saber que nos quedaremos con una pensión tan baja, dije baja, quería decir bajísima. Pero eso si, cuando los que nos gobiernan se jubilan les queda el 100% o el 500% de la pensión, por no decir las tarjetas de crédito, escoltas o coches. Pero claro ellos están al margen de estas pensiones. Ni punto de comparación. Pero esto es España y así nos lo pintan. VERGÜENZA O SIN VERGÜENZA! Llamarlo o llamarles como queráis. Yo personalmente les llamo chorizo . Y en bocadillo están ricos, pero a dos patas me dan asco
viernes, 19 de noviembre de 2010 ¿Pensiones en peligro? Que la banca pague lo que debe Algo falla en la lógica del argumento demográfico con el que banqueros, políticos, altos funcionarios, grandes patronos y otros agoreros atentos a la voz de su amo, pronostican la quiebra del sistema público de pensiones en 2040. ¿Por qué solo ven problema en las pensiones? Ante la hipótesis de un acusado envejecimiento de la población en 2040, el pago de pensiones sería un problema secundario frente al colapso generalizado que originaría la escasez de trabajadores jóvenes. No se podrían atender las redes viarias, los aeropuertos, los hospitales o los centros de enseñanza. Ni cubrir la plantilla de los cuerpos militares y policiales encargados del orden público y la defensa nacional. ¿Quién trabajaría en la agricultura, la industria, el comercio y los medios de transporte? De hecho, el censo de población empleada disminuye no sólo por causas demográficas. Gran parte del desempleo estructural procede de sustituir mano de obra por dispositivos mecánicos electrónicos. Por ejemplo, los cajeros automáticos de las oficinas bancarias. Lo malo es que la opinión pública ha aceptado ciertas extrañas convenciones. La primera de ellas, la de que todos los gastos del Estado —como las carreteras, por las que circulan tanto los trabajadores como los empresarios, banqueros y otras gentes de buen vivir— se costean con cargo a los impuestos generales. Un dinero que, casi en su totalidad, procede de las rentas del trabajo y del consumo de los trabajadores y sus familias, que componen la mayoría de la población. Frente a esto, otra convención ha establecido que las pensiones públicas han de ser sufragadas únicamente por el bolsillo de los trabajadores. Estos curiosos convencionalismos determinan una realidad perversa: los asalariados sufragan el coste de las Fuerzas del Orden que protegen la Seguridad de la Propiedad Privada —cuya porción más sustanciosa se acumula en pocas manos— mientras que los más adinerados no contribuyen a proteger la Seguridad Social de quienes dedican lo mejor de su vida a construir la fortuna de los ricos. http://carnetdeparo.blogspot.com.es/2010/11/pensiones-en-peligro-que-la-banca-pague.html
Yo sé como obligar a los políticos a trabajar por un sistema de pensiones justo. Basta con aplicarles el mismo sistema que a los demás. Nada de cobrar una pensión completa habiendo trabajado solo 7 años. De eso nada. Aplicando la Justicia a los políticos haremos que estos "individuos", por llamarlos de alguna manera, trabajen para los ciudadanos en vez de para ellos.
¿Es que somos el único país con problemas de envejecimiento de la población? No, es un problema generalizado de las sociedades desarrolladas. ¿Entonces por qué nosotros somos los que tenemos un problema con las pensiones y otros países no lo tienen? Posiblemente porque en este país no se hacen políticas de natalidad ni nada de eso. La gente tiene cada vez menos hijos porque suponen un problema para las jornadas hasta las 8 de la noche que hacemos y para la necesidad de dos sueldos para pagar la hipoteca. Yo he vivido en Finlandia y allí no tienen ese problema: la conciencia sobre la necesidad de tener hijos y poder cuidarlos es distinta, hay muchas ayudas, los horarios de trabajo son como mucho hasta las 5, en todos los sitios hay zona infantil, parkings para carritos... un año de baja por maternidad (en Suecia 2) puede parecer caro, pero esas nuevas generaciones podrán pagar las pensiones. Aquí lo único que se quiere es que los bancos puedan optar a ese pastel que son los planes de pensiones privados, que son un pastón que das hoy al banco y que, con suerte, te devolverán dentro de muchos años.
Para entender mejor el cálculo de las pensiones recomiendo, como mínimo, ver este vídeo www.youtube.com/watch?v=RcNtRZzDqDQ. No importa tanto el número de cotizantes como la cantidad por la que están cotizando, además de los robos, evasiones fiscales, etc. que las grandes fortunas llevan perpetrando desde siempre. Personalmente creo que la solución es la Renta Básica Universal, con unos complementos para llegar a las cantidades a percibir y completar el equivalente a una pensión.
En el mundo del futuro la tecnologia permitira que trabaje menos gente y la medicina ayudara a la longevidad, por lo tanto habra mas jubilados. Como la tecnologia multiplica la riqueza (productos y servicios) que produce cada trabajador, el problema no es encontrar mas trabajadores, ya que habra productos y servicios para todos. Ademas, esos trabajadores extra no tendrian donde trabajar. Lo que hay que hacer es aumentar la cotizacion de cada trabajador, ya que cada uno de ellos produce cada vez mas riqueza. Como se hace eso? Subiendo los sueldos. No es lo mismo pagar a la seguridad social un 30% de 1000euros que de 2000. El dinero de las pensiones se lo estan comiendo los crecientes beneficios empresariales. Ademas, con los millones de parados que hay en espana, decir que el numero de cotizantes es un problema es no querer ver la realidad (o tratar de esconderla).
El único problema para la reforma del sistema o su adaptación a la coyuntura actual radica, en mi humilde e iletrada opinión, en que nadie, a babor o a estribor, se atreve a tocarle las narices a ocho millones y medio de votos. Y ahora menos porque están manteniendo a sus hijos y nietos en paro, o sea, mas votos.
Como siempre. Mala gestion, y quien paga los platos rotos, los gestores? Nooooooo, los contribuyentes. Por favor, mas responsabilidad civil con sus bienes para los gestores publicos. Este fondo es como los fondos reservados, todo el mundo tira de el sin dar explicaciones ni justificar la gestion
Existe una certeza sobre un sistema de pensiones sostenible y ésta es que debe ser público, porque, a diferencia de los privados, es mucho más difícil, por no decir imposible, que quiebre. En cuanto al número de cotizantes como principal problema de la sostén de la pensiones públicas, se olvida usted de la productividad. El profesor Vinçen Navarro ha escrito largo y tendido sobre el asunto. Recomiendo sus lectura por lo inteligible y luminosa http://www.vnavarro.org/?lang=es&s=pensiones El problema de las pensiones en nuestro país, como estarán de acuerdo muchos que no han estudiado economía, es el paro. Porque eso significa dos cosas: que o bien nuestra economía no crece y crea la riqueza que potencialmente tiene, o que si la crea, esta no se distribuye equitativamente. En realidad no tenemos un problema de sostén del sistema de pensiones, sino un problema con el sistema económico y de distribución de la riqueza.
Buen articulo... Fijate en la grafica que te mando http://valor-crecimiento.blogspot.com.es/2013/10/el-grafico-del-terror-en-materia-de.html
En función de lo cotizado en toda la vida laboral, se debe cobrar una pensión. Esa fórmula es la que hay que aplicar cuanto antes. El resto de opciones, es política para ganar votos, nada más.
Quién le pone el cascabel al gato de hacer entender a nuestros pensionistas que compraron (a la fuerza) acciones de España, SA y que los dividendos tienen que reducirse porque la empresa va mal? Porque a los trabajadores ya se les ha bajado el sueldo varias veces. Tampoco usted señala que el Emperador está desnudo. Lo que señalan los economistas mediáticos a los que usted alude es que quedan cuatro años para que ALGUIEN reciba una mala noticia: o los pensionistas se quedan sin extra, o se saca dinero del bolsillo de funcionaros o desempleados o del contribuyente (no valdrá el comodín de la deuda). Y el destinatario del mensaje es el establishment y se podría traducir como "a ver qué hacemos, que se nos desmonta el chiringuito". La vez anterior montaron un burbujón. Ahora no va a ser tan sencillo. A propósito: saben quiénes acumulan los inmuebles burbujeados? Efectivamente, los de las pensiones máximas.
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