VALENCIA. Y llegó el día. Pese a que el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, jugó al despiste por la mañana al ser preguntado por las candidaturas de Madrid y de la Comunitat Valenciana: "Se dirán en su momento", pocas horas después las llamadas telefónicas se multiplicaban entre dirigentes del partido y periodistas. Habría candidatos valencianos confirmados a lo largo del día.
El camino para el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha sido largo y difícil. Tras el verano, las dudas sobre su candidatura comenzaron a resurgir en la dirección nacional del PP: un momento clave fue la recepción con la que Rajoy agasajó a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en el mes de septiembre. Probablemente fue uno de los más delicados para el líder del PPCV: la máxima responsable municipal, un referente del partido en el panorama nacional, se pasaba más de dos horas en La Moncloa con el presidente del Gobierno sin revelar -nunca lo hizo públicamente- el contenido del encuentro. La falta de sintonía entre Barberá y Fabra auguraban dificultadas para el presidente de la Generalitat.
Llegaron más obstáculos. Tanto la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, como el número tres del partido, Carlos Floriano, manifestaron públicamente que había dudas en determinadas regiones, Madrid y la Comunitat Valenciana, entre ellas. Aparecieron informaciones sobre otros posibles otros candidatos y desde Génova estudiaron las posibilidades: curiosamente, en las últimas semanas la sensación fue que el debate menguaba, pero eso no implicó que Rajoy decidiera poner fin a la agonía de Fabra.
El presidente, mientras, atravesó distintas fases. Trató de forzar una posición más ventajosa, como hizo al intentar sin éxito que los barones del PP firmararn el respaldo a su candidatura, pero finalmente levantó el pie para dejarse ir hasta que llegara el día escogido por Rajoy.
GÉNOVA NO VIO UN RELEVO CLARO
El líder nacional ha decidido darle una oportunidad a Fabra. Lo escogió en su día para relevar a Francisco Camps, pero con el tiempo el presidente de la Generalitat no terminó de alcanzar una buena sintonía con la dirección del partido ni con el Gobierno central. La realidad es que todas las encuestas, pese al importante descenso que le otorgan a la formación 'popular', siguen reflejando la victoria electoral del PPCV, aunque con pocas opciones de poder gobernar.
Los posibles candidatos alternativos más conocidos, Esteban González Pons o Rita Barberá, no querían presentarse a la Generalitat, y otros, como Isabel Bonig, no eran lo suficientemente conocidos ni garantizaban un mejor resultado lo que, además, implicaba 'quemar' a algún valor de futuro solo para garantizar un relevo sosegado para el PP en la Comunitat.
Ahora bien, según los nombres hechos públicos este jueves, todo apunta a que Rajoy ha optado por una solución mixta que ya esbozó este diario tiempo atrás: Fabra candidato, sí, pero con ciertas condiciones. El líder provincial del PP de Alicante y vicepresidente del Consell, José Císcar, será el número uno por Alicante, y la coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig, encabezará por Castellón.
No es un secreto que en la recta final de la legislatura la relación de Fabra con su número dos en el Gobierno valenciano ha sido gélida y, como ya informó este diario, el jefe del Consell también viene desconfiando de la proyección de la consellera de Infraestructuras. Aunque por los cargos que Císcar y Bonig ocupan no resulta extraño que figuren encabezando estas circunscripciones, las fuentes 'populares' consultadas por este diario señalaron que la decisión ha llegado directamente de Génova. "Si Fabra estuviera fuerte, hubiera podido elegir otras personas para esos puestos", resumió ayer un veterano cargo del partido.
SÁNCHEZ ZAPLANA, PRÓXIMA A CÍSCAR, CANDIDATA A LA ALCALDÍA DE ALICANTE
El otro hecho destacado, por las dudas que había generado, fue en lo referente a la alcaldía de Alicante. La candidata elegida por la dirección nacional del partido, tal y como corresponde a las capitales de provincia de más de 50.000 habitantes, fue la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana. Aunque posee un perfil que se ha considerado relativamente neutro, es una dirigente próxima a la dirección provincial del PP y, por tanto, a José Císcar.
De esta manera, tampoco han fructificado en la ciudad de Alicante los planes que había trazado Fabra y parte de su entorno, como Serafín Castellano, que barajaron el nombre de Carlos Mazón, dirigente próximo a Eduardo Zaplana años atrás, o la continuidad del veterano Miguel Valor con el objetivo de sustituirlo a medio plazo por otro nombre de la lista.
Todos ellos matices reseñables en un proceso de estas características. Las pistas que ha ofrecido Génova apuntan a que Fabra, como es lógico, llevará la voz cantante en la composición de las listas pero deberá medir sus imposiciones. La dirección nacional quiere unidad y que no se reabran batallas con los barones provinciales; circunstancias que contribuyen a que el presidente de la Generalitat halle el equilibrio en la confección de candidaturas. Es decir, Fabra no tendrá libertad absoluta.
En cuanto a los otros nombres revelados este jueves no se produjeron sorpresas: Rita Barberá será número dos a Les Corts y candidata al consistorio de Valencia por séptima vez y el alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, encabezará la lista municipal.
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