VALENCIA. La dirección nacional del PP se enfrenta a importantes dilemas estos días respecto a candidaturas autonómicas como la de Ignacio González en la Comunidad de Madrid o, en menor medida, la del propio Alberto Fabra, presidente de la Generalitat. No obstante, otras cuestiones de relevancia también generan dudas en la calle Génova: los cabezas de cartel en las capitales de provincia de más de 50.000 habitantes.
Entre los grandes municipios de diagnóstico complicado, según admiten fuentes del PP en Génova, se encuentra la propia capital de España, donde Esperanza Aguirre ya expresó su deseo de ser candidata, y también Alicante, la segunda ciudad más grande de la Comunitat Valenciana y cuya alcaldía fue abandonada meses atrás por Sonia Castedo, doblemente imputada en el caso Brugal.
Miguel Valor, el sustituto -a priori temporal- de la polémica alcaldesa, ha tratado en este tiempo de hacerse hueco sin descartar su continuidad pese a sus 70 años de edad. Una opción que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, no ve con malos ojos. Ahora bien, no ocurre así con las bases del partido: las juntas de distrito han manifestado internamente su deseo de que se produzca una regeneración en el consistorio, una idea que también plasmó el presidente provincial de Nuevas Generaciones del PP, Luis María Pizana, en la convención regional de la organización juvenil celebrada dos semanas atrás en Vila-real, en la que hizo hincapié de la necesidad de savia nueva en las instituciones públicas.
Desde Génova, según las citadas fuentes, vienen haciendo seguimiento del actual alcalde. De hecho, Valor participó en la Convención Nacional del PP celebrada a finales del mes de enero en Madrid, concretamente en una mesa sobre competitividad. El responsable municipal protagonizó, a juicio de algunos de los presentes, una intervención "discreta" y de la que varios altos cargos de la dirección del partido extrajeron la conclusión de que Valor podía ser un aceptable relevo de transición pero no un candidato de altos vuelos.
Por otro lado, y esto sí causa más preocupación en la dirección nacional del PP, se teme que un responsable municipal como Miguel Valor -con 20 años de trayectoria en el consistorio y los siete últimos como teniente de alcalde- pueda verse salpicado de alguna manera por el caso Brugal. Recientemente, se hizo pública una conversación del actual alcalde, entonces edil, en la que comunicaba al empresario Enrique Ortiz por orden de Sonia Castedo que le había sido adjudicada la restauración de distintas partes del Castillo de Santa Bárbara, una de las grandes obras del Plan E en la ciudad.
En cuanto a las otras opciones a liderar la candidatura a la alcaldía de Alicante los nombres que han sonado en los últimos tiempos son los de los concejales Carlos Castillo y Luis Barcala, así como el de la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, y el responsable de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Mazón, destacado dirigente de la órbita de Eduardo Zaplana años atrás. Algunas fuentes 'populares' observan además en la maniobra de Fabra de respaldo a Valor la intención de situar a un 'número dos' de su cuerda que, en un momento dado, pudiera relevar al alcalde de Alicante a medio plazo.
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