VALENCIA. Hay algo que no funciona en Valencia. Si profundizamos en las pocas noticias positivas veremos que revelan unas carencias profundas de nuestra economía. Por ejemplo, el grupo sueco Ikea ha decidido abrir una tienda en Valencia y ha contratado a 400 personas. Hasta el momento todo bien, pero fue tal la avalancha de solicitudes (20.000 en 48 horas) que se colapsaron sus sistemas informáticos.
La multinacional escandinava del mueble ha contratado como mucho a dos de cada cien candidatos. Para contextualizar esta cifra pensemos que en Harvard admiten a al 6% de los candidatos. Es decir, es casi tres veces más difícil ser admitido en una tienda de muebles con unos requisitos de formación de estudios secundarios que entrar en una de las mejores universidades del mundo.
Es evidente que algo no funciona bien en Valencia cuando hay más probabilidades de estudiar en la Ivy Leage que vender muebles. Ni decorando el nuevo Mestalla con muebles de Ikea parece que pueda solucionarse el problema más grave que tenemos en Valencia (y en España).
Sin empleo nada funciona. Las familias, empresas, las instituciones, los servicios públicos y privados, el Estado, las autonomías, ayuntamientos necesitan personas que trabajen y acumulen suficientes rentas para poder interactuar eficazmente entre ellos. El empleo engrasa el mecanismo económico y social al proporcionar unas rentas suficientes para cubrir necesidades propias y ajenas.
Por tanto, no sería descabellado subordinar nuestras preconcepciones en materia de política económica al tratar el problema del desempleo. Un buen comienzo en este sentido sería observar y ponderar asépticamente la efectividad de las distintas medidas que se han adoptado. Por ejemplo, la expansión cuantitativa en EEUU y las políticas de reducción de gasto en Europa y en especial en España.
La figura muestra la evolución de la tasa de desempleo en Valencia (naranja) y España (azul) desde el 2002. Hasta el año 2009, la evolución de ambas tasas ha ido de la mano, para luego divergir. Desde el inicio de la crisis el paro en la Comunidad Valenciana ha estado sostenidamente por encima de la media nacional. Es preocupante no solo por la deficiente comparación con la media, sino por el diferente ritmo de recuperación que necesitaríamos en Valencia para volver a unas tasas de paro razonables.
Fuente: INE
Pensemos, por ejemplo, en un objetivo del 10% de paro (atendiendo a las cifras de paro en el periodo 2002-2007). La tasa interanual de paro ha caído en España (1.01%) y en Valencia (0.69%) entre desde el 2013. A este ritmo, España necesitaría 16 años para volver a los niveles precrisis. Y en Valencia, 25 años, es decir hasta el año 2039.
Este cálculo rudimentario nos da una intuición de cuánto tardaríamos en recuperar unos niveles de empleo saludables con las políticas actuales. Si no se reduce significativamente el desempleo en un plazo breve, el paro nos reducirá a nosotros. Tendremos un país económicamente demasiado pequeño para financiar los servicios (públicos o privados) con un 25% de paro en una sociedad que envejece progresivamente y que expulsa a los jóvenes mejor preparados al extranjero.
En cuanto a las medidas, hay algunas que funcionan (en EEUU) y otras que no tanto (en Europa). El siguiente gráfico muestra la evolución del empleo en EEUU, y las comparaciones, en este caso, son lamentables para Europa, España y Valencia en particular.
Fuente: El País
Al cabo de seis años, el empleo no agrícola en EEUU (línea roja) ha recuperado sus niveles de antes de la crisis. Más aun el empleo total (línea azul) está cerca de conseguirlo. Las medidas que ha tomado la Reserva Federal han logrado frenar la sangría de desempleados en Norteamérica. Por el contrario, las políticas titubeantes de nuestras latitudes no han conseguido prácticamente nada en relación con el empleo. Un análisis más pormenorizado de otras variables se puede consultar aquí.
Sorprende que cuando cambian los hechos, no se cambien las opiniones. En este sentido cabe interpretar también el resultado de las elecciones europeas: "Señorías, o cambian sus políticas o les cambiaremos a Ustedes". Sería conveniente por ello empezar a considerar las opiniones de los economistas que sin tanto ruido mediático pasan la prueba del algodón del google académico.
Las políticas adecuadas son las que se muestran eficaces y no las que más retweets reciben. Tolstói hubiera necesitado 61 años y nueve meses para escribir Guerra y Paz con un tweet diario. Esperemos no tener que aguardar tanto tiempo para darnos cuenta que las políticas que funcionan son las que mejoran los datos económicos y no las que refuerzan nuestros apriorismos intelectuales.
Y para rematar la faena, ahora el gobierno obliga a pagar IRPF a las indemnizaciones por despido. No han pasado ni dos años de la fallida amnistía fiscal y ahora los que han de pagar impuestos son aquellos que pierden su empleo.
El paro ES el problema, es un insulto oír hablar de recuperación de crisis cuando no se puede trabajar porque: 1.- no hay trabajo y 2.- las leyes impiden al individuo ejercer trabajos(vía salario mínimo, cotización de autónomos, permisos para venta ambulante o contribuciones sociales:añadiendo sobrecoste y burocracia, algo más que un diezmo). Esa es la verdadera crisis de la que nadie habla ya, el resto son cacahuetes. Totalmente de acuerdo. Pero hay que cambiar muchas cosas, desde la base. E intentar impedir que los gobiernos puedan ejercer políticas monetarias vía impresión: recordemos que eso sólo lo puede hacer quien ostenta la moneda del 70% de las transacciones mundiales y la fuerza militar. El resultado de esa política en Europa o España sería similir al resultado en Argentina o Venezuela. Retomemos la responsabilidad individual, ejerzamos la libertad correspondiente e impidamos que el gobierno actúe como padre: recuperemos nuestra independencia y demos la espalda a las divisas fiduciarias que tanto mal, de verdad, hacen a la sociedad. Ivy League= Sanguijuelas.
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