VALENCIA. Con el ladrillo casi olvidado -aún este mismo ejercicio han acabado sucumbiendo al concurso de acreedores algunas empresas históricas del sector, como Ballester- las grandes empresas de la Comunitat Valenciana han atravesado 2013 con pocas alegrías a las que agarrarse. Con la habitual excepción de Mercadona, que siguió marcando récords en su cuenta de resultados, la única noticia positiva de cierta repercusión, por lo que afecta al empleo y al mantenimiento de toda una industria, la ha dado la planta de Ford en Almussafes.
Y es que la industria valenciana sigue inmersa en un in pass de incierta duración y alcance. Las buenas noticias de compañías de referencia se cuentan con los dedos de la mano. En el mejor de los casos hay silencio, lo que en los tiempos que corren acaba siendo una buena noticia. En el peor, medidas drásticas, como suspensiones de pagos o cierres. Quizá el más relevante, por lo que tiene de significativo, ha sido el de la planta de Galmed en Sagunto. El que fuera polo siderúrgico ha perdido uno de los pocos referentes que le quedan.
La decisión de Thyssenkroup de centralizar su actividad en otras factorías supuso el despido de 165 trabajadores directos. Pero la nueva política del gigante aleman puede tener consecuencias sobre una gran empresa de capital valenciano: Ros Casares. Acuciada por la deuda, el futuro de la metalúrgica que dirige Francisco Ros García, está en el aire. Los próximos meses serán decisivos para saber cuál es el destino de sus plantas en toda España.
FORD TIRA DEL METAL
Paradógicamente, la industria del metal valenciana vive un repunte de actividad y de creación de empleo. Con el tirón de Ford toda la industria vinculada al automóvil celebra la confianza depositada por la multinacional en su planta valenciana. Los nuevos modelos que se están empezando a fabricar en Almussafes, de mayor complejidad y valor añadido, la compañía ha recuperado el desaparecido tercer turno de trabajo. Más de 1.000 empleados se han incorporado a la empresa este otoño y, a más largo plazo, lo harán otro varios centenares más.
Ford es prácticamente el único gran referente de gran industria de capital multinacional que se mantiene con perspectivas optimistas a largo plazo. También aguanta el tirón, aunque con la incertidumbre de los pedidos que llegan de forma mucho más puntual, la fábrica de trenes de Vossloh en Albuixech, de capital alemán.
EL ERROR DE MERCADONA Y EL SECTOR PRIMARIO
"Vender los productos frescos empaquetados fue un error". El presidente de Mercadona, Juan Roig, reconoció este año que una de las estrategias de su cadena de supermercados estaba equivocada. Con beneficios y facturación en récords históricos, la mayor empresa valenciana y mayor compañía española de distribución, ha decidido enmendar ese error.
El cambio en su política de productos frescos afecta a la fruta y la verdura, el pescado y la carne. Es decir, al sector primario. Si Mercadona ha tirado de la industria agroalimentaria ahora quiere repetir su modelo directamente con los productores. Habrá que esperar para saber qué efectos tiene esta política. De momento, Roig ha asumido una reducción de beneficios para el año que ahora acaba, al tiempo que ha aplazado sin fecha su salida al exterior. Medidas que, en todo caso, no afectan a la marcha imparable de la empresa.
También marca muy buenos números Consum, la otra gran empresa de supermercados valenciana. Aunque redujo sus beneficios la cooperativa sigue en la parte positiva de un sector, el de la distribución, que ha pasado años críticos, con pérdidas que la valenciana siempre ha evitado. Mantiene su crecimiento y sus inversiones.
En el sector de la alimentación también ha reconducido con éxito su rumbo el grupo Natra. El histórico fabricante de componentes para la alimentación.
EL FUTURO DE AIR NOSTRUM
Más complicado se presenta el futuro para otra de las empresas referentes de la economía valenciana, Air Nostrum. La crisis impactó de lleno en el modelo de negocio de la aerolínea de la familia Serratosa, que ha tenido que aplicarse a fondo para reestructurar la empresa. Aviones parados, rutas cerradas... Todo lo necesario para volver a los beneficios perdidos,
Sin embargo, todo parece insuficiente para evitar la necesidad de Nefinsa, el brazo inversor de Emilio Serratosa y sus hijos Javier y Pablo, de poner en el mercado su participación o, en el mejor de los casos, buscar nuevos socios que inyecten capital.
Air Nostrum está en venta. Una consultora está trabajando en ello desde hace meses. De momento el proceso sigue en marcha y no tiene un desenlace conocido, pero las expectativas apuntan a que el que ha sido uno de los proyectos empresariales más innovadores en las últimas décadas en la Comunitat Valenciana deje de estar controlado por capital valenciano.
EL FRACASO DEL IKEA VALENCIANO
Un proyecto innovador era Teyoland, una versión valenciana de la multinacional del hogar Ikea, que abrió sus puertas en un pabellón de Feria Valencia a primeros de 2013. No acabó el año. El modelo ideado por Ignacio Tello tenía carencias relevantes. En realidad, las diferencias entre Ikea y Teyoland son muchas. Ya no por el tamaño y las economías de escala. Es por el propio modelo empresarial. Lo suecos diseñan sus productos.
La pena del fracaso de esta idea es que es uno de los pocos proyectos de cierta relevancia que han surgido en la Comunitat Valenciana vinculado a uno de los sectores tradicionales. De momento Teyoland está cerrado y tiene anunciada su intención de reabrir a primeros de 2014, justo el año en el que Ikea desembarcará finalmente en la Comunitat Valenciana. Pero para ello necesita encontrar fondos para reflotar el proyecto. Una tarea que se antoja compleja dado lo selectivo del capital que hay en el mercado.
EL CAPITAL RIESGO
Precisamente en ese mercado, el del capital, ha habido algunos movimientos relevantes este ejercicio. Atitlán, el fondo vinculado a Juan Roig que dirige Roberto Centeno, sigue moviendo sus hilos entre los interproveedores de Mercadona, aunque con la intención de realizar alguna inversión fuerte fuera de esa órbita.
Roig ha puesto en marcha el proyecto Lanzadera, en el que ha agrupado su inversión en pequeños proyectos de nueva creación. En ese terreno se mueven algunos pequeños fondos o empresas aceleradoras que ayudan a la gestión de los emprendedores.
Pero si se trata de inversiones más altas, y con la excepción del ya mencionado Atitlán, el único fondo de inversión con vinculación valenciana que se ha mostrado activo es Sherpa Capital. Dirigido por Eduardo Navarro, Sherpa se ha especializado en tomar el control de empresas con graves problemas y aplicar su know how en gestión. Su última compra ha sido la óptica Indo.
Peor suerte ha corrido la gestora de Arturo Llopis, Valcapital, que ha cerrado sus puertas. Hay varios motivos para ello. Uno personal de Llopis, que se ha trasladado fuera de Valencia. Otro el de las últimas inversiones realizadas, la Mediterrànea o Punt Mobles, cuya puesta en valor está siendo más complicada de lo previsto inicialmente.
La pérdida de los bancos locales también ha arrastrado a los fondos que tenían. En todo caso, Caixabank ha realizado ya un par de inversiones en la Comunitat Valenciana a través de uno de sus brazos inversores en pymes.
LOS CULEBRONES DE AVSA, RIBERA SALUD Y CLEOP
El 2014 que ahora empieza debe ser el año en el que se resuelvan varios de los culebrones empresariales que llevan abiertos demasiado tiempo. Uno de ellos está muy enconado, el de Aguas de Valencia. Suez, el socio francés de la concesionaria de agua valenciana y de referencia en Aguas de Barcelona, mantiene su pulso con Eugenio Calabuig. Tras la compra de Banco de Valencia por CaixaBank, quedándose la participación del banco en AVSA, la situación se ha agudizado. Los tribunales, además, tienen voz en este conflicto que no parece tener una salida a corto plazo.
Tampoco ha avanzado en estos meses la venta de Ribera Salud. Pese a que Sabadell, que heredó la participación de CAM, mantiene su estrategia de encontrar un comprador para la participación de Bankia, heredada de Bancaja, y replantear la estrategia de la concesionaria de hospitales públicos, la situación no avanza. En todo caso, una operación corporativa en Ribera Salud es cuestión de tiempo.
Tiempo que se acaba para una de las constructoras señeras valenciana, Cleop, que sigue en concurso. Suspendió pagos en 2012 y aún no ha conseguido el favor de los acreedores para volver a la normalidad.
El año que ahora empieza debe despejar dudas sobre una economía como la valenciana, necesitada de proyectos que generen empleo. Las empresas tienen todo que decir en ello.
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