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VALENCIA. En el marasmo general de la economía valenciana, el sector del metal empieza a levantar cabeza. La industria metalúrgica creó el segundo trimestre del año 1.400 puestos de trabajo, poniendo freno a ocho meses de descensos consecutivos del número de ocupados, e incrementó un 2,6% la actividad productiva respecto al mismo periodo del ejercicio pasado.

Así se desprende del informe sectorial hecho público por la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), que también destaca el significativo crecimiento de los productos exportados que, en los seis primeros meses de 2013, ha sido del 19%, y superior al 42% en el caso de los automóviles.

"Aunque estos datos invitan a pensar en un cambio de ciclo, la clase política no debe utilizarlos para apuntarse un tanto, porque el mérito es en gran medida de las empresas", advierte el presidente de la patronal metalúrgica, Vicente Lafuente. Además, las expectativas para el tercer trimestre invierten la tendencia negativa de meses anteriores y apuntan una ligera mejoría de la situación actual.

LA HUELLA DE FORD

Uno de los aspectos clave en este cálculo es que el periodo de análisis todavía no se incluye la puesta en marcha del tercer turno de la factoría de Ford en Almussafes y del arranque de las cadenas de montaje de la Transit, de la Tourneo Connect y por el incremento de producción del Kuga.

Así, fuera del periodo de medición de este informe, el pasado lunes 19 de agosto la planta reabrió con unas 1.350 personas más en plantilla. Este reimpulso significará un aumento estimado de la producción de la planta de Almussafes del 80% en 2013, en comparación con 2012, hasta situarse en 230.000 unidades y con una previsión de alcanzar los 300.000 vehículos en 2014.

Teniendo en cuenta que por cada empleo generado en Ford se crean otros tres en la industria auxiliar de la automoción, la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia ya están está trabajando en la próxima ampliación del Parque Industrial Juan Carlos I. En este sentido, se está estudiando la ubicación idónea desde el punto de vista urbanístico y medioambiental del nuevo recinto, así como las distintas opciones de planificación y ejecución del posible proyecto y el coste del mismo.

FORTALEZA EXPORTADORA

De abril a junio de 2013, el aumento del número de ocupados elevó los trabajadores del sector metalmecánico a 153.000, una cantidad que se traduce en 12.100 empleos menos que los registrados en el mismo periodo de 2012, pero inicia los pasos hacia la recuperación, gracias principalmente al comercio exterior.

En todo caso, esta buena marcha no es generalizada. Las exportaciones de vehículos automóviles han registrado incrementos superiores al 42%, frente al descenso del 27% de los aparatos de alumbrado. El resto de productos metalmecánicos más exportados han sido las máquinas y artefactos mecánicos, seguidos por la maquinaria y material eléctrico y las manufacturas de fundición, hierro y acero.

Las exportaciones a la zona euro se han recuperado gracias a los vehículos automóviles, y continúan aumentando a buen ritmo aquellas con destino a Estados Unidos, Polonia y México.

DEBILIDAD INTERNA

El informe de Femeval apunta la debilidad de la demanda interna como principal factor que limita la actividad empresarial. Le siguen las dificultades de financiación y tesorería, a lo que se le suma la morosidad y los largos plazos de pago, así como la dificultad de acceso a financiación externa como los principales problemas financieros de las empresas.

Para la patronal, el sector de las instalaciones y el de reparación del automóvil acusan, a su vez, la competencia desleal y la economía sumergida como principales problemas que lastran su actividad.
Por subsectores, la situación del comercio del metal ha empeorado al reflejar un descenso en las ventas respecto al trimestre pasado. Si bien el empleo ha bajado, disminuye el número de empresas que reducen sus plantillas.

La valoración de la situación empresarial se sitúa en 4,3, valor que se mantiene por debajo del 5 por séptimo trimestre consecutivo. Las instalaciones han experimentado un fuerte descenso de su actividad y la evolución de las inversiones continúa en fase descendente. La valoración de las empresas se sitúa en 4,3.