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VALENCIA. Viernes, 22 de febrero de 2012, teletipo: Madrid intentará conseguir el mayor Harlem Shake del mundo. Contexto: Tras la congestión del sistema, las agencias de noticias se disponen a lanzar cualquier tregua a los constantes sarpullidos del de la pocilga bicameral. Elevando la mirada  extramuros del reino la cosa no pinta distinta.

Me consta que cuesta y mucho encontrar un cargo público que a día de hoy se amorre al micro para contar algo que se parezca a una solución, por pequeña, local y concreta que sea. Cuesta y hay problemas.

La falta de creatividad no parece -así, generalizando, que es mi deporte nacional favorito- que se les de nada bien. Aparentemente, eran mucho más locuaces cuando se pasaban el día en la soleada función de inagurar moles de dinero público convertidas en templos de silencio. John Cage debería haber sobrevivido para vivir esto.

Y, mientras, ¿la gente qué? Pues de todo: haciendo cola en el Servef, imprimiendo cinco o seis versiones de sí mismos en curriculums ad hoc, parapetándose en portales contra el desahucio de ancianos, cortando calles de vez en cuando ‘a grito pelao' y, en general, con una renovada tensión por la supervivencia. Y, entonces, sin abandonar la vía pacífica del apuro, llega el Harlem Shake.

En menos de un mes, el vlogger cómico Filthy Frank ha contagiado a media humanidad esta expresión de locura y libertad. Primero fueron unos estudiantes australianos los que consiguieron darle un empujón amateur al asunto, cosa que nunca viene mal a un viral. Luego empezaron a bromear con el asunto algunos famosos, se animaron clubes deportivos y así decenas de miles de vídeos que recogen replicas del Harlem Shake original, muchas de ellas -como no- desde España y también desde nuestra querida taifa.

El original se publicó el 30 de enero. No ha pasado ni un mes. Viral extremo.

QUÉ DEMONIOS ES EL HARLEM SHAKE Y PARA QUE SIRVE

Este meme (‘cosa' que se hace popular por Internet) está catalizando un montón de mala hostia a escala global. El Harlem Shake es un baile colectivo cuyo montaje final apenas supera los 30 segundos. Esta es una de las claves de su éxito: en 5 minutos puedes haber visto unos cuantos.

Ingredientes:

• Un disfraz: tu jefe no te reconocerá.
• Darlo todo y repetir un movimiento a poder ser histérico, embarazoso, denigrante. Muévete como si se acabara el mundo, que no queda tanto.
  
• Compartirlo (win-win). La adicción de mostrarse en Internet.
  

Este fenómeno global que este viernes consiguió su récord de participantes en Madrid es, en relidad, uno de los movimientos antibéicos más importantes de nuestro tiempo. Me atrevo a pensar que su único verso/letra, "con los terroristas", no ha sido un elemento casual. El deporte había ayudado mucho a esta cuestión de estirar sin malicia los músculos del cabreo, pero ahora que Lance Armstrong, Marion Jones, Paquillo Fernández u Oscar Pistorius no parecen representar los valores que sus patrocinadores exponenciaban, Harlem Shake llega como agua de mayo para mantener las formas en el día a día. Demos gracias.

☊ Baauer - Harlem Shake