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VALENCIA. No es tan extraño escuchar a algunos empresarios que, con la mirada perdida en el gotelé, aún exclaman: "Internet es el futuro". La economía se resiente de las posiciones cortas de miras con el tsunami online anegando el mundo, mientras que los cargos electos por el pueblo soberano presentan sus dimisiones en Facebook. Ecos del futuro, se entiende.

Esto es lo que acaba de suceder con la alcaldesa de Alicante, la segunda ciudad más poblada de la Comunitat Valenciana y la undécima de España. No hay que olvidar que la situación de Sonia Castedo es de profunda desafección dentro de su partido a nivel provincial, autonómico y nacional, especialmente tras ser doblemente imputada por el ‘caso Brugal'.

Ayer el diputado de UPyD al Principado de Asturias Ignacio Prendes anunció su dimisión a través de su cuenta en Facebook, deshaciéndose -por supuesto- en valoraciones de tipo personal, con la honestidad y ‘los órganos' del partido esparcidos a cuenta de Mark Zuckerberg. El mes pasado, el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Segovia, Javier Arranz, también aprovechaba esta red social online para dimitir hablando de "humillaciones" en los compañeros de Corporación.

La -¿todavía?- alcaldesa de Alicante ha puesto sobre la pantalla, además de varias faltas de ortografía, su condición de mujer y madre para "proteger" su vida personal. Además, ha aprovechado para agradecer a la ciudad el trato y ha denunciado veladamente (enfatizado con mayúsculas) algún tipo de agresión verbal o social a sus hijas, injustificables en cualquier caso y sin conexión con la ostentación de cargo público.

Castedo, en su misma carta, apunta la que ya es ‘la otra noticia' de su dimisión: presentarla en Facebook. De hecho, por una cuestión de honorabilidad y confianza en su palabra, se entiende que los ciudadanos de Alicante deben confiar en que esta publicación es válida y efectiva.

La alcaldesa cuenta con algo más de 8.000 seguidores en esta cuenta abierta (no cuenta su perfil personal, al que ella da acceso a discreción), por lo que cabe preguntarse ¿se han enterado de esta decisión los más de 330.000 habitantes de la ciudad sobre la que ejercía el principal cargo administrativo? ¿Se ha contemplado la posibilidad de comunicar esta decisión de forma transversal y accesible a todos los ‘afectados' por la misma?

La triple lectura de este asunto nos lleva, primero, a reconocer que una plataforma online como Facebook es, per se, transmedia: lo ha publicado y los medios de comunicación lo han validado; al vuelo. De esta forma se accede a todos, aunque a través de un único medio. Dicho de otra forma, no se contempla la igualdad de oportunidades al acceso, pero ¿no es este acceso uno lo suficientemente abierto y accesible como para tenerse en cuenta?

La otra visión del asunto es la apropiación sugerida del cargo que se posee. Si uno es capaz de convertir en un hecho personal la acción de dimisión sobre su cargo público, es que este le pertenece por encima de lo que los ciudadanos han escogido, y así se hace uso, en este caso, desuso. Quién marca los tiempos y el cómo de las cosas, siempre a debate entre las jóvenes democracias.

La tercera es unipersonal: Castedo ha utilizado esta página en Facebook para "interactuar", tal y como dice en su carta de dimisión, con los ciudadanos. De esta forma, cada vez con una relación más tensa con los medios de comunicación, la alcaldesa (¿o exalcaldesa?) de Alicante ha dado rienda suelta a sus ideas políticas, pero también a escenas personas como el nacimiento de su hija, a momentos entre amigos, ajenos por completo a su función pública, y a un abanico de posibilidades todavía indefinidas entre los políticos españoles.

Como todo servicio intangible, lo habitual no es que los políticos en España piensen en contratar a profesionales del entorno online para sus campañas. De hecho en los partidos políticos de mayor tradición en España existen conocidos conflictos entre todas las áreas dedicadas a la comunicación online, generando conflictos a distinta escala entre las redes sociales del gobierno de turno, el órgano provincial, el local y el personal.

Con las elecciones autonómicas y locales a la vuelta de la esquina sería un síntoma de recuperación deseable ver cierta estrategia conjunta en la comunicación online. Al menos, de una forma más estética que la vivida este martes entre el PP de Alicante, el provincial, el Ayuntamiento de la ciudad, el Gobierno autonómico y cuantos altavoces parece deberían haber estado ‘alineados' con la decisión de Castedo.