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Kafka era español

JOSÉ MARTÍNEZ RUBIO. 29/12/2012

Las teorías del caos

José Martínez Rubio

Becario de investigación en la Universitat de València
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Protesta de estudantes de la UPV

VALENCIA. La burocracia no es solo una máquina trituradora de tiempo, de esfuerzo y de paciencia, en ocasiones también funciona como una excusa formidable para no dar respuestas a quien las pide. En origen no es así: los aparatos (represores) del Estado son necesarios para que todo marche como el gran mecanismo ilustrado, donde todo tenga entrada y salida, donde todos los problemas logren soluciones y donde todo ciudadano pueda vehicular sus derechos, sus obligaciones y sus multas de tráfico.

Pues muy bien. Muy necesario y muy últil. Lo de eficaz, podríamos discutirlo: quien quiera profundizar en el tema, que coja a los funcionarios de Larra y se pasee por los días interminables de "Vuelva usted mañana", o si prefiere droga dura y filosofía accesible, se puede leer a Kafka con todo su aburrimiento a cuestas.

No sería nada nuevo. Uno y otro hablan de lo mismo pero con sentidos opuestos: Larra se queja de lo mal que funcionan las cosas en España y Kafka se queja de lo bien que funcionan las cosas en Centroeuropa. Y los dos desearían escaparse del bien y del mal, pues hasta la excelencia teórica puede resultar abominable: según Adorno y Horkheimer, la sociedad mejor calculada, planificada, eficaz y rentable fue Auschwitz. Auschwitz supone la perfección más absoluta de la Modernidad.

Aburren las letanías sobre lo mal que funcionan las cosas, de hecho es un tópico horaciano del siglo I (a.C.). Pero por encima de la incompetencia hay algo más insoportable: la arbitrariedad. Y aquí el Ministerio de Educación y la Conselleria d'Educació podrían darse la mano.

'Kafka', novela gráfica de David Zane Mairowitz y Chantal Montellier

Hace una semana, a tres días de cerrar el plazo para socilitar las becas para estudiar en la Universitat Politècnica de València, el Ministerio decidió que era fundamental que los estudiantes presentaran urgentemente el DNI de todos los miembros de la unidad familiar. 24 horas dieron de plazo. Asombra y da que pensar un requisito tan básico como la identificación unipersonal y familiar no figure en las bases de datos del Estado, o peor que no se demande en una convocatoria pública en primera instancia (si tan necesario y urgente resulta). "Da que pensar", concretamente, en que es un obstáculo más para eliminar una franja importante de solicitantes. Punto.

Vamos a más. Días antes, (de nuevo) el Ministerio cambió los requisitos para acceder a las becas FPU (Formación de Profesorado Universitario), es decir, aquellas que financian los estudios de doctorado, de iniciación a la investigación y a la docencia a los mejores estudiantes. La diferencia es que aquí ya había sido publicada provisionalmente una lista de admitidos (y otra de excluidos). El cambio en los requisitos, también unos días antes de publicar oficialmente la lista definitiva de beneficiarios, iba acompañada alegremente, y como coartada, de un recorte de alrededor del 16% en número de nuevos contratos, o del 47% en ayudas para realizar estancias en otros centros internacionales de investigación.

Cambiar una convocatoria en proceso es completamente legal (al parecer), basta con que el Consejo de Ministros dicte un decreto en verano (concretamente en julio) para hacer uso de él cuando estime oportuno. Lo malo que tiene gobernar a golpe de BOE es que cualquier planificación dentro de la Universidad (ya sean proyectos de investigación, ya sean becas de personal) se vuelve tan provisional como inestable, y tan insolvente como frustrante.

La maquinaria burocrática tiene apéndices, anexos y notas al pie de página para justificar cualquier injusticia. Un tercer ejemplo que también ha ocurrido este mes: la Generalitat Valenciana ha reconsiderado la puntuación de los solicitantes de las becas para estudios universitarios, atención, ¡del año pasado! Obviamente que pueden hacerlo, pueden notificar a un gran número de estudiantes que habían sido aceptados que ya no lo son, y que deben pagar la matrícula del curso pasado y de este curso en el plazo de unas semanas. La letra permite cualquier cosa. La burocracia se parapeta tras esa prosa notarial del BOE que publica tanto los derechos individuales como las medidas que los suprimirán.

Los aparatos (represores) del Estado convierten sus publicaciones en ejercicios de poder y de legalidad. El punto clave aquí no está en la incompetencia de la administración, como decía, sino en la legalización de lo arbitrario.

Es que Larra no podría escribir algo tan español como "vuelva usted mañana", sino que tendría que cambiarlo por un "mañana quién sabe". No somos ese país atrasado del siglo XIX, somos un país eficaz e implacable. Aquí todo está dispuesto, decidido y publicado. Se ejecuta poco a poco. Legalmente. Es más, podríamos incluso cambiar a Larra por Kafka, y lanzarlo a pedir becas para estudiar en la universidad. Cuidado con empezar a convertirnos en cucarachas.

 

PD - Bravo por la Universitat de València que ha decidido ampliar su partida de becas para subsanar el abandono de la Conselleria. Y bravo por las delegaciones de alumnos y personal de servicios de la Universitat Politècnica de València que se movilizaron para comunicar los nuevos requisitos exprés del Ministerio y tramitar la documentación. Eso nos hace más humanos y menos cucarachas.

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José Martínez Rubio

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