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La vocación mató al periodista

ESTEFANÍA PASTOR. 17/11/2012

VALENCIA. "¿Usted ha visto alguna vez a un albañil poner ladrillos gratis?". Esta fue la gran pregunta que se me ocurrió trasladarle hace un par de años a un experimentado catedrático del Grado de Periodismo de la Universitat de València, de cuyo nombre no quiero acordarme, cuando quiso convencerme de que los periodistas no tenían un problema de infravalorar económicamente su vocación.

Tras largos inviernos de carrera, observando minuciosamente lo que se gestaba a mi alrededor, me di cuenta de que la profesión del comunicador tiende a dar prestados sus servicios un tanto a la ligera, como si el sujeto llamado a ser periodista tuviera que ejercer, sí o sí, al precio que fuese. He visto a compañeros que perdían dinero por practicar una maltrecha profesión en la que algunos (quiero creer que pocos) se aprovechan de la ilusión y vocación que arrastra a los jóvenes titulados hacia las ondas, hacia la redacción y hacia las cámaras. ¡Mano de obra gratis!

Por suerte o por desgracia, adentrarse en una redacción puede generar un alto grado de ‘drogadicción'. No crean ustedes que es tan fácil acercarse a un micrófono, pensar que 'una' puede comunicarse con el mundo (aunque estén escuchando veinte personas) e irse pensando que no volverá más. ¡Ansías volver! ¡Y quieres hacerlo ya! Así que no culpo a los compañeros que de forma gratuita han ocupado parrillas de emisoras (muchas veces llenas de) fantasmas o han realizado colaboraciones continuadas sin más placer que el propio de sentirse ‘en el aire'.

Y les entiendo, de verdad. Puede que todos los licenciados y graduados en Periodismo no sientan ese espíritu que te incita a contar cosas. No todos están dispuestos a soportar una vida de horarios difusos y con encargos de última hora por parte de los superiores que acaba realizando el socorrido becario. Pero que quieren que les diga, yo no estudié periodismo, mi vida es el periodismo, aunque mi paciencia y dignidad acaban teniendo un límite.

Mis padres solían decirme que lo que no da dinero da experiencia. Sin embargo, llega un difícil momento de lucidez en el que te das cuenta de que tanta actividad acumulada no te da ni para un triste sandwich de pan con pan (literalmente si el sueldo es de cero euros). Y me miro, miro a mis antiguos compañeros de carrera, miro a mis actuales compañeros de Master, y les pregunto silenciosamente ¿a dónde vamos?

Querría decirle a ella que dejara esa radio en la que no le pagan ni el transporte, querría decirle a él que se diera cuenta de que su talento le permite buscar algo mejor. Pero me resulta imposible. Les veo el brillo en los ojos cuando me hablan de sus micros, sus grabaciones, sus entrevistas.

Y entonces me gustaría gritar. Decirle al mundo que quienes acabamos de meter la cabeza en la profesión queremos una oportunidad. Que estamos preparados, que tenemos fuerza., que tenemos curiosidad, ideas, propuestas. Pero la realidad me devuelve a la Tierra y pienso, ¿seremos alguna vez ‘ochociento euristas' ejerciendo de periodistas? (lo de mileuristas ya es un lujo). He visto cómo compañeros y compañeras prolongaban el finalizar la carrera para seguir haciendo prácticas por un sueldo que rozaba lo grotesco. Pero señoras y señores, en esto se traduce la vocación.

Una vocación que va a tener que hacer un moonwalker y situarse tras del orgullo. Ese sentimiento que tiene que alzarse, al estilo Braveheart, para decir: "Gratis no trabajo". ¿Qué es eso de pedir periodistas para hacer un ‘post' documentado de 1.000 palabras en un blog por un euro? ¿Hasta donde vamos a llegar? Y somos los recién titulados los que tenemos potestad para marcar unas mínimas condiciones. Esas que separan la vocación de la denigración.

Y entonces aquel catedrático me dijo que los obreros también hacían prácticas. Pero yo le contesté: "¿cuántos ‘jóvenes' periodistas subsisten en los medios sin contrato una vez han terminado sus estudios y en condiciones precarias? Y, ¿usted ha visto alguna vez a un obrero que trabaje por amor al arte y sin cobrar?". Pero sé que esto tiene que cambiar, que va a cambiar, sigo recordándome que la información es poder y que algún día volverá a valorarse como es debido. Es la única forma de no darte la vuelta, dejar la libreta, el bolígrafo y la grabadora en el suelo, y no volver más.

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10 comentarios

Estefanía Pastor escribió
29/11/2012 14:39

Victor, dije albañil como podría haber dicho cualquier otro oficio. El problema es que al menos el albañil pactó un precio, y es evidente que tiene todo el derecho a cobrarlo. Pero es que los becarios van dispuestos sabiendo que no van a cobrar. Y claro, que es extensible a muchos gremios, pero por supuesto, yo hablo del mío que es el que conozco ;)

Victor escribió
23/11/2012 13:17

Estefanía, los albañiles, al igual que los pintores, los carpinteros y muchos otros profesionales, estamos hartos de hacer horas gratis o mal pagadas, de ir a cualquier rincón, ya sea en el extranjero o en un pueblo perdido en la sierra donde diría que ningún periodista ha puesto el pie en décadas, muchas veces para perder dinero, otras para no cobrar los jornales y otras para cobrar una miseria por hora, y esto no es una cuestión de la crisis actual, es algo que ha pasado siempre. Si hablas con cualquier profesional de la construcción te podrá contar un largo "currículum" de empresas o "constructores" que les han dejado sin cobrar todo o parte de lo pactado, y seguro que todos conocen casos de alzamientos de bienes de promotores y constructores para no responder de las deudas. Mención aparte merece el hecho de que en la situación actual de crisis hay muchas ocasiones en las que perdemos dinero por ajustar demasiado los presupuestos, ocasiones en que ponemos dinero de nuestro bolsillo con la esperanza de que nos llamen para la próxima ocasión y recuperar entonces lo "invertido". Como periodista quizás te resultaría interesante ver los requisitos que debe cumplir una empresita familiar cualquiera para trabajar subcontratado para un grande como Bertolín, verás cómo el trabajo lo hace la empresa que más se expone y que en muchos de los casos pierde dinero, mientras los beneficios se los lleva el que tiene los contactos... Entiendo perfectamente que no pretendías atacar en ningún momento a los albañiles, y tu artículo me parece muy bueno, mi respuesta es para que veas que todos tenemos ombligo, igual que lo tienen los miles de abogados que ejercen gratis como becarios sin beca durante años para poder entrar en el "juego". Un saludo.

luis escribió
19/11/2012 13:35

Estefanía, no me refería a la gente joven que empieza a entrar en la profesión.....esa tiene el problema de abrirse camino......me refiero a los periodistas consolidados.......esos són los que se han vendido y de paso os han vendido a todos vosotros. Y si, a veces la difusión de una noticia soluciona algún problema.......o se crea......una paja no hace granero......pero así se puede decir que no hay sanidad, por ejemplo....pero no se dice nada de que esa persona esta en situación irregular, y que ni siquiera hace el esfuerzo de regularizarse.

Rebeca escribió
19/11/2012 12:36

Totalmente de acuerdo, y añado que ésto ya ocurre desde hace mucho en otros gremios, como el de los músicos, por ejemplo, y que ya está bien.

18/11/2012 22:25

Una verdad como un templo. A la gente que terminamos Ciencias de la Comunicación nos mueve esa ilusión por hacer cosas y entrar en el mundo de los medios de información porque es nuestra vocación y se nos va la vida en ello, ese brillo en los ojos que nos ven los demás cuando hablamos de nuestra carrera. Pero están los grandes empresarios que quieren información a bajo coste y es el problema, que abusan de esa ilusión y motivación que tenemos y pretenden que a veces lo hagamos gratis para "aprender". Aunque sea denigrante pedir que se escriba un post a 1 euros, en algún caso piden 0,75 céntimos... y en otros casos piden cosas rastreras "Periodista sin formación académica con disponibilidad para el desnudo y hablar de temas X en canales nocturnos", ni ética tienen. Lamentable oír a algún colaborador decir que se gana más en un programa de cotilleo nocturno que de corresponsal en la guerra. No sé dónde vamos a llegar así como va la cosa, pero esa ilusión y motivación que nos une, nos debe hacer fuertes para luchar y que el sector de un giro para mejorar.

Estefanía Pastor escribió
18/11/2012 12:45

Totalmente de acuerdo, Eugenio, sin unión no hay fuerza. Y sí, claro que todos podríamos ser pesimistas, pero yo en mi caso quiero intentarlo. Estudiar periodismo y rendirte a la primera de cambio es absurdo, por lo menos hay que intentar tener algo de esperanza sin dormirte por el camino. Y sí, supongo que hay gente que trabaja "semi gratis por llevarse algo la boca". No es el caso de personas que yo haya conocido en el mundo del periodismo, suele ser más bien lo que explicado arriba. Tampoco creo que todo el mundo se venda solo por vocación, y como he matizado, tampoco son todos unos rastreros. Hablo de lo que observo (y cada uno observa las situaciones de una forma) ;)

Eugenio escribió
18/11/2012 12:15

Un artículo muy bueno, sin duda. Pero en las conclusiones no estoy muy de acuerdo contigo. Me encuentro entre los pesimistas, qué le vamos a hacer. Ese momento que dices que llegará cuando los empresarios se den cuenta de que sin comunicación no son nadie, me parece que llegará mas tarde que pronto. Y, por otra parte, no creo que la gente se venda sólo por vocación, ni que sean unos rastreros. La cosa está tan mal que la gente hace trabajos "semigratis" con tal de llevarse algo a la boca. Cuando se juntan el hambre con las ganas de comer, es difícil que la nueva hornada de periodistas se levante y grite basta, porque siempre habrá algunos que, creo que no con intención de arrastrase sino por necesidad, se bajarán el sueldo y aceptarán ser explotados. Sin unión, no hay fuerza, me temo.

Estefanía Pastor escribió
18/11/2012 02:08

Jordi, como bien dices, solución solo hay una, cobrar por tu trabajo. El problema del periodista, sobre todo cuando somos jóvenes (me incluyo) es que enseguida nos dejamos seducir por los medios (radio, televisión y prensa) y muchas veces pecamos de infravalorar económicamente lo que hacemos, solo por el hecho de querer "estar" en la esfera del periodismo. Por otro lado, Luis, en el mundo hay de todo. Periodistas que hacen bien su trabajo, que lo hacen mal, pero evidentemente, ni todos se dejan manipular ni todos son santos. Una buena información periodística puede alzar muchos problemas que estaban sumergidos y dar pie a que se solucionen (personas sin sanidad,... ). Pero como siempre, cada uno es libre de opinar como crea conveniente ;)

luis escribió
17/11/2012 18:34

La culpa no es solo de trabajar sin cobrar, tambien de la ambición, de haberse vendido por un puñado de euros, por manipular en favor de determinados grupos de poder, por mentir descaradamente, por hacer demagogia, por querer tener poder y por venderse a los politicos. Resultado: os habeis cargado la profesión, en general ser periodista hoy significa ser un mercenario y ya se sabe el ue paga manda y además no quiere que seais caros.

Jordi Paniagua escribió
17/11/2012 18:04

Estimada Estefanía, un mercado sin precios no puede alcanzar el equilibrio. Hay quien ha decidido dejar de escribir si no es cobrando, como el escritor Javier Calvo que enumera sus razones en un comunicado: http://elblogdejaviercalvo.blogspot.com.es/2012/10/comunicado-de-la-vispera-de-todos-los.html

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