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VALENCIA. Los dirigentes políticos valencianos parecen haber entrado en un estado de genuflexión crónica. La criminalización de la Comunitat, culpable (oh!) de todos los males del Estado, ruboriza al personal electo y hasta tenemos que mirar para otro lado cuando el que Mas y la que menos invocan a Onán en público al presentar ‘pelotazos' a la vieja usanza como Barcelona World o Eurovegas. Al fin y al cabo, el juego, la masturbación y la mejor ficción literaria caben en cualquier contexto. 

Obviamente, no es de gran ayuda tratar de ampliar el primer aeropuerto peatonal del mundo antes siquiera de que Ryanair haga aterrizar allí algún vuelo por falta de combustible. Sin embargo, inspirados en cualquier otro lugar más allá del páramo asfaltado sobre Villanueva de Alcolea y Benlloch, los valencianos hemos de encontrar el camino hacia la expiación de los mercados. Una sacrificio espectacular producido como viral de éxito capaz de ablandar el corazón Europa y recuperar 'la confianza'. 

EXPIACIÓN O LA CREMÀ DE TODOS LOS TIEMPOS

Si hay una seña de identidad en esta, nuestra Comunitat, es la de la creatividad y el atrevimiento en el diseño, casi casi por encima de nuestras posibilidades. Ahora que bajamos la persiana del Impiva, un mito para la industria reconocido en este delicioso documental, las ideas gratuitas para regalarle al mundo un espectáculo capaz de mostrar nuestro arrepentimiento pueden llevarnos a ensoñar soluciones absurdas. Por ejemplo, ¿y si, en histórico sacrificio, ofreciésemos la demolición controlada del 'donut de cemento' de la Avinguda de Les Corts?

Obviamente, sería de buen gusto hacerlo coincidir con un 19 de marzo y así montar 'La cremà de todos los tiempos'. Bien se sabe que en esta 'terreta' o un acontecimiento es elmásnoséqué del mundo o el próximo curso no vendrán los estudiantes Erasmus a emborracharse e inflar nuestras cifras de ocupación turística.

Para la ocasión propongo subcontratar vía RTVV Calle Colón (¿por qué nadie se plantea comprar The Office y rodarla allí dentro?) a cualquier constructora castellanoleonesa para la retransmisión. Y en esas imágenes para la historia, la Cort d'Honor a lágrima viva, en perfecta simetría orejera con esa Dama Ibérica horrenda de cerámica vidriada (product placement time), escoltada por sus excelentísimas autoridades, los mercados sabrán perdonar todos nuestros pecados.

Ojalá encontremos purgatorios más discretos, aunque vaya en contra de ese espíritu ostentoso que nos delata. Por el momento seguimos dando 'patadón' al asunto de la confianza, en un estado autonómico de parálisis permanente protagonista de esa conversación, la única conversación que somos capaces de tener, a cualquier hora, con quien sea, zombis de crisis.

☊ The Whitest Boy Alive - Fireworks