VALENCIA. Mucho se ha escrito ya, y previsiblemente se escribirá mucho más, sobre las movilizaciones de los estudiantes del IES Luis Vives de Valencia. Parece evidente que la actuación de la policía el pasado miércoles 15 de febrero (el día que comenzó el follón) y, sobre todo, del lunes 20, fue totalmente desproporcionada. Pero, más allá de lo que hagamos hincapié en esta cuestión, cabría referirse a sus resultados.
Se supone que el uso de la fuerza le sirve a la policía para asegurar el orden público y para que la situación no se le vaya de las manos. Desde esa perspectiva, la policía, además de excederse, fracasó en su cometido. Un problema menor se convirtió, en muy pocos días, en un problema muy serio, que sólo comienza a desinflarse cuando el Gobierno da un viraje de 180º y decide abandonar la estrategia de represión.
Porque es el Gobierno, y no la policía, el principal responsable de que la situación se descontrole. Puede que el miércoles la policía se exceda por su cuenta y riesgo, pero es indudable que las cargas policiales del lunes 20, la violencia desatada en el centro de la ciudad, son responsabilidad de la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, y del ministro del Interior. Ambos rivalizaron el martes en sus intentos por desmarcarse de la actuación policial (que, previsiblemente, ambos habían ordenado) y descargar las culpas sobre sus subordinados.
Los excesos policiales lograron también que los manifestantes se granjeasen el apoyo -momentáneo- de muchos medios de comunicación, o al menos su interés por cubrir las protestas. En particular, el lunes 20 de febrero la mayoría de los medios de comunicación (incluyendo muchos medios internacionales de referencia) se volcaron para narrar lo sucedido, que no dejaba en muy buen lugar a las autoridades.
Los medios y los manifestantes
Conforme, a partir del martes 21, el asunto se calma, los medios también lo hacen. Y aflora una tendencia de fondo nunca abandonada por parte de los medios de comunicación españoles: el partidismo. La afinidad ideológica por un determinado proyecto político, que explica tantos comportamientos y enfoques de los medios, se pone de manifiesto en el acercamiento (amable u hostil) a los manifestantes.
Así, los medios proclives a la oposición dedican una amplia cobertura informativa a las manifestaciones y destacan sus aspectos positivos e incluso heroicos. Los medios progubernamentales, por el contrario, emplean todos los recursos a su alcance para deslegitimarlas, destacando lo que conviene, ocultando lo que no, y elaborando análisis sesgados ad hoc.
Así, en diversos medios hemos podido leer cosas como que los estudiantes del Luis Vives se manifiestan a cambio de un aprobado; que son violentos: (¡hacen cualquier cosa por un aprobado!); que, en realidad, no son estudiantes; que están organizados por los partidos políticos; o, incluso, por oscuros movimientos antisistema rayanos con el terrorismo, en las interpretaciones más delirantes. En las que destacan, como casi siempre, "las trillizas" del periodismo amarillo más verbenero: La Razón, La Gaceta y (en una decadencia que aparentemente no tiene fin) ABC.
#prayfor... #primaveravalenciana
Uno de los hashtag más famosos alumbrado en Twitter en torno a las movilizaciones estudiantiles es el de #primaveravalenciana, en obvia referencia a la "primavera árabe" del año pasado (que también contó con una fuerte presencia en Twitter). Este hashtag logró ser Trending Topic a nivel mundial. Al poco de aparecer, comenzó a funcionar una web con el mismo nombre que el hashtag que reproducía los tuits que se iban haciendo con #primaveravalenciana y también ofrecía una selección actualizada de tuits, imágenes, vídeos y artículos relacionados.
El pasado martes 21, varios militantes del PP comenzaron a hacer circular en Twitter que el servidor web de www.primaveravalenciana.com era el mismo que el de la Coalició Compromís. Además, el dueño del sitio web primaveravalenciana.com era un militante de Compromís que también tenía registrados otros dominios de agrupaciones locales de la coalición.
A partir del momento en que el asunto sale a la luz, muchos medios (con Intereconomía a la cabeza) se hacen eco del mismo. Y diversos medios y foros de opinión ubicados en la derecha del espectro político tratan de presentar esta web, y el origen del hashtag #primaveravalenciana, como pruebas de que Compromís está detrás de las manifestaciones. De que dichas manifestaciones (que comenzaron, recordemos, el 15 de febrero, tres días antes de que se registrase la web) son, en suma, un movimiento orquestado por un partido político.
El cantautor valenciano Pau Alabajos ofreció una explicación del asunto: el hashtag y la web nacen en relación con un artículo cuya publicación estaba prevista en el diario Ara. El 18 de febrero Alabajos recurre a un amigo suyo, militante de Compromís, para que registre y aloje la página.
Un factor fundamental avala esta explicación: los datos del servidor, y del registro del dominio, son públicos, y cualquiera podía consultarlos en Internet. Es muy aventurado, por tanto, plantear que detrás de esto hay una estrategia consciente, por parte de un partido político, para tratar de encauzar las protestas en su favor. Si así fuera, Compromís lo habría hecho bien, ocultando sus huellas (y no evidenciándolas). O bien se habría identificado desde un principio, tratando de capitalizarlas. Pero no identificarse y, al mismo tiempo, no ocultarse, no tiene sentido como estrategia, ni siquiera en la más enrevesada teoría de la conspiración.
Pero hay dos problemas: por un lado, la selección de imágenes y artículos en la web tiende a privilegiar a los que provienen de militantes y simpatizantes de Compromís. Sin embargo, esto no puede considerarse, por sí mismo, como un intento de instrumentalización de las protestas en beneficio de Compromís. No se trata de entradas "pro-Compromís", sino, para entendernos, "desde Compromís", referidas a la movilización ciudadana.
Por otro lado, y este es el problema fundamental: como los autores de la iniciativa no estaban identificados en la propia web, la cuestión se presta, muy fácilmente, a malentendidos, y a acusaciones de instrumentalizar las manifestaciones en su propio beneficio. Una vez visto el descomunal éxito de la web, que se convierte en un foro de opiniones y reacciones en torno a un movimiento ciudadano de creciente importancia, sus gestores deberían haber salido a la luz. De esta manera, se habrían adelantado a lo que pudieran averiguar otros (como finalmente ocurrió). No es, en consecuencia, un problema de lo que es esta web (clarificado una vez sus promotores salieron a la luz), sino de lo que puede parecer.
Toda esta historia, así como su posterior instrumentalización por parte de la derecha mediática, demuestran también la confusión que muchos medios de comunicación siguen teniendo con lo que es Twitter, cómo funciona y qué representa. Parece que lo importante sea el origen de un hashtag, y no quiénes, y cuántos, lo utilizan. Y, sobre todo, por qué lo utilizan. Porque en el éxito de estas manifestaciones ha tenido mucho más que ver la violencia policial que cualquier otra consideración. Cada porrazo policial era Trending Topic.
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(*) Guillermo López García es profesor titular de Periodismo en la Universitat de València
LOS conservadores ABC- L RAZON - MUNDO- este menos tienden a cerrar filas con su ideologia es decir con el pp de manera mucho mas visceral y por lo tanto menos profesional que los de izquierda teniendo como referncia de estos a EL PAIS que suele presentar las informaciones referidads a lo de valencia de manera mas neutral, sin desprenderse de su tendencia ideologica mas diluida QUE LOS MEDIOS DE LA DERECHA, no vale la pena mencionar los de extrema dcha tipo interec, sus manipulaciones a veces son de progarama de humor malo pero pero humor
Consideremos la edición de las 14 horas del 21 de Febrero de 2012 de las noticias de La Sexta. Presentan un claro enfoque editorial sobre los choques entre policía y estudiantes en Valencia. Para dicho informativo la actuación policial es muy mala y acompañan su información/editorial con las correspondientes imágenes en las que se puede observar una actuación policial poco profesional. Podemos estar o no de acuerdo con esta línea editorial pero la tesis está clara y la justificación de las afirmaciones es aceptable. No estuvimos ahí y no podemos juzgar si los hechos filmados fueron excepciones o no, si bien la reacción de las autoridades señala que tales hechos no fueron excepciones en medio de una actuación adecuada. (Pondría algo sobre la derecha mediática, pero tú ya lo has hecho y mi intento, en otro lugar, me ha llevado a meter la pata.) Sin embargo, me parece reprochable la presentación de la información que hizo a las 15 horas el informativo de Antena 3 (¿De manera relevante sin Vicente Vallés?). La información se presenta de manera neutral; hay declaraciones de todo el espectro político; se cuentan ciertos hechos. Pero al exhibir las imágenes, nos encontramos con que muchas de ellas son las mismas que en las noticias de La Sexta pero sin incluir, en la mayoría de ellas, cuando los antidisturbios realizan actos claramente no profesionales. De este modo, el asunto se reduce a algunos empujones que, se puede pensar, son razonables en estas situaciones. Así el televidente estaría ante algunos problemas menores de orden público magnificados por declaraciones de ciertos políticos. Obsérvese que el problema no es esta tesis, que podría ser la tesis de partida. El problema es que se justifica, por ausencia, con imágenes que sabemos, por otra vía, que están incompletas. Mal asunto.
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