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VALENCIA. Entre las muchas cuestiones que la Generalitat dejó aparcadas en los últimos años, a la espera de que se solventasen los problemas judiciales del hoy exPresident Camps, brillaba con luz propia la ruinosa gestión de RTVV. Ya comentamos en un artículo anterior los problemas económicos y de funcionamiento del ente público: la caída de la audiencia hasta el 5%, los retrasos (superiores a los dos años) en el pago a las productoras y también a los proveedores, y una plantilla hipertrofiada de 1.800 personas. Los problemas se acumulaban a la espera de adoptar alguna clase de medida que redujese o (idealmente) eliminase la deuda, superior a los 1.200 millones de EUROS.

Por otra parte, uno de los aspectos más criticados de RTVV, en absoluto ajeno a su caída de audiencia, es su política informativa, directamente orquestada según los intereses del partido político que la controla: el PP. RTVV ha alcanzado niveles de partidismo que rivalizan con el de las televisiones del llamado 'TDT Party' (Intereconomía, Libertad Digital Televisión) y, que, por supuesto, aguantarían la comparación (en sentido negativo) con cualquier otra televisión pública autonómica. Programas como el surrealista DBT de Canal 9 son buena muestra de ello.

Precisamente por estos motivos, el flamante sucesor de Camps al frente de la Generalitat, Alberto Fabra, se ha apresurado a enviar mensajes que intenten responder a ambos problemas. Por un lado, oficializando (informe de auditor externo mediante) que la gravedad de la situación requiere de un drástico ajuste, lo que significa despedir a la mitad de la plantilla. Por otro lado, comprometiéndose a reformular la política informativa de RTVV, en lo que es un reconocimiento, más que tácito, del grado de manipulación informativa que vivieron los medios públicos durante el mandato de su antecesor.

En el primer aspecto, habrá que ver en qué condiciones se produce la reducción de plantilla, cuál es la dimensión del recorte y quiénes los principales afectados. Y en todo caso habrá que lamentar, como es evidente, el que se haya llegado a esta situación. Lamentarlo y también exigir que se asuman responsabilidades políticas por la combinación de una gigantesca deuda acumulada con la escasísima audiencia.

En cuanto al cambio de la política informativa, teniendo en cuenta de dónde se parte, no cabe sino felicitarse, por el momento, por el propósito de enmienda. En esta línea, recientemente, el periodista Santiago Hernández Vayá, que forma parte de la plantilla de RTVV desde sus inicios, fue nombrado director del informativo de mediodía de Canal 9, Notícies 9 Migdia. El nombramiento de este periodista, de un perfil más profesional que político, se enmarcaría, según reza la propia nota de prensa de RTVV, "dentro del proyecto aperturista que el propio presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha anunciado que quiere acometer en los informativos de la cadena pública para dotarla de mayor ‘pluralidad'".

Pero las señales que llegan desde RTVV son contradictorias, tal vez porque se supone que se intenta dar un viraje radical a la gestión de RTVV desde muchos puntos de vista, pero, al mismo tiempo, se intenta hacer esto contando con muchos de los cargos directivos que llevaron a la radio y televisión autonómicas a la actual situación, comenzando por el director general, José López Jaraba, que será confirmado en su cargo el próximo jueves 1 de septiembre, y continuando por el actual director de TVV, Luis Redondo López, nombrado al efecto para sustituir a Lola Johnson, consellera y portavoz del Gobierno autonómico.

Resulta difícil pensar que Redondo sea la persona adecuada para pilotar el cambio en la política informativa de Canal 9. Son muchas las voces dentro del ente público que asocian su fulgurante carrera (entró como becario en prácticas en 2003) con su militancia en el PP, adscripción política que, además, también se hace notar en la gestión de los contenidos informativos. Su nombre también apareció en los medios de comunicación hace poco menos de un año, cuando el diario Levante desveló, en su edición del 11 de noviembre de 2010, que Redondo había viajado durante nueve días a Río de Janeiro (con cargo a RTVV) para, supuestamente, supervisar la transmisión del Gran Premio de Formula 1 (algo a todas luces innecesario, dado que la señal que difunde Canal 9 es la que le proporciona Mediapro).

Otra persona que parece que se incorporará en breve al organigrama de RTVV, y que no casa demasiado con los propósitos de cambio expresados por el president Fabra, es Fernando Quintela, actualmente director de Organización de Intereconomía TV, pero que ha desarrollado casi toda su carrera en torno al grupo Unidad Editorial, primero en el diario El Mundo desde su nacimiento en 1989, después en la productora El Mundo TV, y en los últimos años como responsable de Informativos de Veo7.

No está claro si la llegada de Quintela, desvelada por 20 Minutos [] y tácitamente aceptada por el propio periodista en su cuenta de Twitter (cuya descripción actual es "en proceso de cambio de empresa..."), se produce en sustitución de Luis Redondo (como parecía inicialmente), en cuyo caso este último habría sido director de TVV sólo un par de meses de verano, o como refuerzo, en calidad de director adjunto (que es lo que se rumorea ahora).

En cualquier caso, se trata de un nombramiento que, de nuevo, parece desmentir tanto la política de austeridad como los propósitos de enmienda en materia informativa. Y no es el único, pero mientras se confirman otros igualmente sorprendentes, en RTVV se están viviendo tiempos de confusión combinados con la comprensible preocupación de los trabajadores por la magnitud de las cifras que se manejan en el hipotético ERE (que van de 1.000 a 1.200 personas para una plantilla de 1800).

Confusión en la política informativa y de nombramientos, que emana en parte de la combinación entre los propósitos de un president de la Generalitat recién llegado y que sigue contando con el equipo, a casi todos los niveles, de su antecesor, cuya política informativa y de gestión, en el caso que nos ocupa, se ubicó siempre en las antípodas de los propósitos de austeridad y pluralismo informativo expresados por Fabra.
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Guillermo López es profesor titular de Periodismo en la Universitat de València

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