VALENCIA. Hace una semana, Pablo Iglesias comenzó una campaña itinerante por España, la Ruta del Cambio (y, para ser más precisos, por las ciudades en las que las candidaturas de confluencia apoyadas por Podemos habían conseguido la alcaldía), preludio del martilleo político inacabable, previo a las Elecciones Generales, que nos espera después del verano. Una campaña cuyo objetivo principal, propugnado por el propio Iglesias, es mostrar de nuevo la "sonrisa del cambio", el optimismo, por contraste con unos últimos meses en los que a los dirigentes de Podemos, indicaba Iglesias, se les veía demasiado crispados, demasiado serios, siempre con el ceño fruncido.
La sonrisa ha durado una semana: lo que ha tardado Pablo Iglesias en dejar muy claro que Podemos no concurrirá con IU en las Generales, bajo fórmulas de ningún tipo. Algo que, evidentemente, Iglesias y Podemos tienen perfecto derecho a rechazar. El problema no es el fondo, sino las formas: las explosivas declaraciones que ha hecho Iglesias para alejar cualquier posibilidad de pacto con IU, y además poco después de reunirse con Alberto Garzón para decirle exactamente eso.
Porque, si nos atenemos a los hechos, a los antecedentes, y a la estrategia política, la verdad es que concurren muchos factores que apoyan esta decisión de Podemos. Es cierto que las candidaturas de confluencia en las grandes capitales han conseguido, en general, mejores resultados que Podemos en las Autonómicas; pero también es verdad que esto ha sucedido, sobre todo, en Madrid, merced al tirón de Manuela Carmena y su capacidad para captar a votantes de otras generaciones, y otra filiación ideológica, que en principio no votarían por Podemos. En otras ciudades, como por ejemplo Valencia, la candidatura de confluencia en las Municipales consiguió menos sufragios (unos 40.000) que Podemos en las Autonómicas (50.000).
Lo que, en cambio, está clarísimo es que IU difícilmente va a sobrevivir si no se diluye en candidaturas de confluencia: no entró en el Ayuntamiento de Valencia ni en el de Madrid (donde concurría por separado), mientras que es partícipe del éxito electoral donde sí que decidió hacerlo (Barcelona y Zaragoza son los principales ejemplos). Así que el interés de IU por la confluencia es evidente: permite participar del éxito y enmascarar el fracaso que ha cosechado la coalición en las recientes elecciones (donde tampoco ha logrado entrar en los parlamentos autonómicos de Madrid y la Comunidad Valenciana), y que quizás se reproduzca en las Generales, frisando un resultado tan horroroso como el que tuvo IU en 2008: dos escaños, uno de ellos en Madrid y el otro en Barcelona, este último perteneciente a Iniciativa per Catalunya.
Es poco lo que gana Podemos con IU, si ello implica diluir su marca electoral en una coalición o un proceso de confluencia ciudadana. También es posible que en Podemos no quieran izquierdizar demasiado explícitamente su propuesta electoral, en un momento en el que todos los partidos están disputándose el centro político como si todos los votantes estuvieran allí (a pesar de que, como es evidente, no todos están allí, y sobre todo no todos ellos votarían a cualquier partido indistintamente). Y, sin duda, quizás subyace también el rencor, la inquina acumulada en Podemos, y singularmente en Iglesias, por Izquierda Unida y la "vieja guardia" del PCE. No olvidemos que Podemos nace, en primera instancia, como una vía para forzar las primarias abiertas en IU para las Elecciones Europeas. Posteriormente, han tenido que adaptarse a una situación muy distinta, en la que el rival ya no es IU, sino el PSOE.
Por último, las críticas de Iglesias al sectarismo y el afán minoritario de la izquierda "clásica" radicada en Izquierda Unida tampoco carecen de sentido. Bien al contrario, es cierto que dicha actitud, esa obsesión por explicar a los demás cómo tendrían que hacer las cosas, por expedir certificados de buena conducta izquierdista, mientras uno se recluye cómodamente en espacios políticos y sociales cada vez menores, es muy propia de un sector de la izquierda española. Una actitud que a menudo se disfraza de pureza (o puritanismo), pero que a veces esconde mera cobardía o vagancia, o sencillamente el interés por preservar las canonjías que siguen al alcance del izquierdismo "puro".
Todo esto tal vez sea cierto. Pero, por mucho que el fondo de la decisión de Iglesias pueda estar justificado, o sea fácilmente defendible, las formas son totalmente impresentables. Por el tono, por la dureza, y por el sainete de reunirse con Alberto Garzón para remedar casi una relación sentimental, en donde Iglesias se ha mantenido incólume ante los desesperados cantos de amor político que le ha dedicado Garzón. Y, además, constituyen una equivocación. Iglesias solivianta a unos votantes que quizás estaban tentados de pasarse a Podemos, o de abstenerse, y con ello debilitarían a IU. Si el objetivo de Iglesias es acabar con IU y el PCE, como vía para quedarse con sus votos, la estrategia es un error clamoroso.
Se une, además, a una semana en la que Iglesias ha prodigado gestos insólitos, como enviar selfies desde un ascensor o hacer una imitación de Pimpinela, que sin duda tienen el propósito de comunicar cercanía y naturalidad al electorado, pero que han de medirse con cuidado si se busca, precisamente, conseguir transversalidad y acceso a la "centralidad del tablero". Porque el abuso de la política de gestos e imagen puede provocar, a la larga, que muchos votantes dejen de tomárselo en serio.
En resumen: habrá que clarificar que, a pesar de lo mucho que dan la tabarra desde Podemos, desde otros partidos y desde ese caudal inagotable de opiniones que es actualmente la politología, la política no es Juego de Tronos. Ni funciona con las mismas reglas, ni las maniobras propias de Juego de Tronos generan los mismos resultados que en la serie o los libros. Afortunadamente.
#prayfor... Carolina Punset
Todo lo que ha dado de sí Pablo Iglesias a lo largo de esta semana, lo ha devuelto la líder de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, Carolina Punset. Y lo ha hecho con creces: aumentado y condensado en la sesión de investidura de Ximo Puig como presidente de la Generalitat. La argumentación de Punset, dirigida a la línea de flotación de los votantes anticatalanistas del PP, tal vez sea eficaz en términos electorales, bien sea aquí, bien sea en el resto de España (aunque, personalmente, me permito dudarlo). Pero son absolutamente impresentables y ridículas.
Porque aquí ya no hablamos de contraponer una identidad valenciana, o española, frente a la pretendida catalanización de la sociedad que supondría el acceso al poder de Compromís (lo cual sería totalmente legítimo). Ni siquiera de hacer demagogia barata con el pretexto de discutir los orígenes de la lengua valenciana. Aquí hablamos, sencillamente, de insultar a los valencianos. A todos ellos. Un insulto a la identidad que muchos sienten como propia, y a la inteligencia de todos, a ese colectivo de "aldeanos", hablen o no valenciano, ese idioma que "no sirve para encontrar trabajo". Y todo ello por parte de la portavoz de un partido, no lo olvidemos, de obediencia catalana. ¿Qué hay más pancatalanista que eso?
Mi voto seguirá siendo para IU. Es el único partido que realmente representa a la izquierda. Realmente deberían dejar de suplicarle al Sr. Iglesias por un trocito de pastel y deberían lanzarse a por todas, a intentar ganar las elecciones por su cuenta. Pablo Iglesias trabajó para ellos y replicó sus ideas con un aura de indignado televisivo que les dio muchos votos. En parte tiene razón en sus críticas. Lo que tiene que hacer IU es ES-PA-BI-LAR y demostrar personalidad propia, saber diferenciarse de Podemos en medidas concretas y por una vez intentar ganar las elecciones.
Yo creo que Pablo&Cia se han columpiado más que ligeramente. Una cosa es ajustar cuentas con la vieja guardia, otra es sacar la podadora y podar de raiz y una tercera es ofender a cientos de miles de votantes de IU. El pez chico puede tener una mandibula de piraña, pero tiene la capacidad de tragar que tiene. Como cálculo electoral es una mierda, como muestra de seguridad en si mismos, excesiva, como camino a sacar al PP de su posición, un disparate... Un poquico de porfavor, hombre, ha habido unas elecciones que han indicado como están las fuerzas de cada formación y es la hora de negociar y trabajar, no de pimpineladas...
Como militante d' EUPV, no me siento representado por la caricatura que nos quieren representar, porl o que yo me conozco en todos los pueblos y ciudades donde ha habido un movimiento social, ya sea PAH, 15-M, plataforma de discapacitados, plataforma de movilidad, han habido afiliados y dirigentes de IU/EUPV, Tampoco compro el tegumentario, de que somos unos sectarios de tomo y lomo y nos creemos los guardianes de las esencias, ne cuantos ayuntamientos del PV EUPV, participa de acuerdos de gobierno con otros, en decenas. Al amigo Guillermo, se le olvida en su lista de éxitos de confluencias el caso de Alicante, donde Guanyar Aacant (plataforma integrada po rEU-Podemos)ha conseguido 6 concejales los mismos que el PSOE y donde esos 6 concejales 5 son militantes de EUPV. nos hemos equivocado, por supuesto que Si, errores a docenas, somos humanos. pero el desprecio que muestran algunos sectores de Podemos es injustificable y mal augurio para el futuro. Estos mesías de la nueva política donde estaban en los años duros de Camps y Rita de Copas Américas y Formulas 1 donde 4 gatos nos rompíamos la cabeza denunciando el caos que se avecinaba.
A uno le puede no faltar la razón y aún asi equivocarse en la forma de hacer las cosas. Y Pablo y su partido tienen la tendencia a decidir que, en los momentos en los que pueden mostrar algo de calibre de estadístas, mejor hacen lo que mejor saben y sacar el perfil de tertuliano. Bien podia de una forma calmada decirle las mismas cosas a IU, y terminar de alguna forma que parezca que les invita a dejar esos defectos amablemente (o irse de IU a su partido), y no aparecer, con toda la razón del mundo, como un gallito que se cobra ofensas pasadas. Para mandar hace falta algo mas que tener razón, y yo ya estoy un poco cansado de la tan hispánica costumbre de que llegar al poder sea una carta blanca para mostrarte como un prepotente perdonavidas - y estos ni han llegado, y se supone que deberian estar buscando unión y apoyos, o al menos aparentarlo
Es cierto que las formas son rudas, pero a Pablo Iglesias no le falta ninguna razón. Iu (y los galácticos del pce) están quemados. Tras tantos años reverenciandose la poder, aceptar la monarquia, tener corruptelas, pactar leyes que.no defendían a los trabajadores, etc... hab tenido el 15M y todo lo.que ha venido después Y NO HAN SABIDO ESTAR A LA ALTURA! Como pueden pretender seguir siendo el referente de izquierdas y los traten de iguales si en 3 años no supieron ganarse la simpatía de toda la indignación de la gente, que no fue poca? Estos lo que quieren es seguir ahi cobrando del estado porque son unos inútiles y no saben hacer nada mas que leer discursos (que ni buena oratoria tienen). Y lo siento por la gente valida que haya por ahí, Garzon entre ellos, pero el partido esta podrido, y no pueden pretender que nadie les tome en serio. pd. y muy blando con la señora punsetpunsetpunset, don Guillermo. Yo me habría arriesgado a elucubrar sobre las autenticas raíces de ciudadanos, con toda esa caspa que recuerda a tiempos no tan pasados.
Este tipo de actitudes de Pablo Iglesias son las que me siguen dando muchas dudas sobre si, realmente, se merecen una oportunidad de liderar nada, o si van a representar un cambio que no sea un Cuñadismo de polaridad invertida...
Está claro, por si alguien lo dudaba, a lo que ha venido Carolina Punset a la política valenciana: a reducirlo todo de nuevo a la demonización lingüística. Da igual lo que pase o deje de pasar, esta mujer ha venido a dar la tabarra un día sí y otro también con el mensaje izquierda=catalanistas=satanás. En fin, es lo que hay
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