VALENCIA. Hoy no voy a hablar de técnicas para conseguir más clientes, ni de formas para comunicar a través de las redes sociales. Voy a compartir con vosotros unas reflexiones que quizás os cambie la forma de ver vuestro entorno y podáis aplicar a vuestro negocio como hago yo con muchos de los proyectos de Internet & Mobile Business School.
Os pongo en contexto porque no sé si os pasará como a mí, que entráis en un negocio y sin daros cuenta ya estáis observando cómo tienen expuestos los productos, el tipo de luz, si tienen música o no, la sonrisa y la atención de los empleados y automáticamente intentáis empatizar con el entorno. En efecto, eres un emprendedor nato y depende del prisma con el que lo mires se puede obtener mucha información que te sirva para aplicar en cualquier negocio.
Pues justo lo mismo me sucede cuando veo un programa como es en este caso "La voz". Donde además de escuchar cantar a los concursantes empatizo con ellos, me fijo en sus formas de actuar, de transmitir, en la seguridad que tienen en sí mismos, si tienen claro hasta dónde quieren llegar, etc. Y quiero compartir mis diez conclusiones que un emprendedor puede extraer del programa "La voz":
1. En casi todos los casos, por no decir todos, se ama la música por encima de todo. Y es quizás lo más importante, parecerá muy obvio pero ya sabéis la cantidad de personas que no aman su trabajo y, lo peor de todo, que no luchan por encontrar uno que sí les apasione.
2. Son pocos los que van a probar suerte sin preparación y ¡vaya, la flauta suena! Conocemos muy pocos casos en los que a un empresario le haya ido bien en un negocio a la primera, normalmente tienes que fallar pues nadie nace sabiendo. Ahora bien siendo pura estadística y lógica hay muchas personas que arriesgan todo a la primera y luego recuperarse les es mucho más difícil.
3. La mayoría de veces la familia y amigos apoyan a los concursantes y se sienten orgullosos de ellos, algunos hasta hipotecan parte de su vida para que puedan conseguir su sueño; dedicarse a la música. Es normal que se tienda a sobreproteger a un hijo, familiar o amigo pero en determinadas ocasiones es peor el remedio que la enfermedad. Ten en cuenta que a tu entorno todo aquello que hagas les va a encantar y van a estar orgullosos de ti.
4. Muchos suben al escenario sin haber tenido experiencias previas y no son capaces de controlar los nervios ni el pánico escénico. No es casualidad que una persona que ha cantado en cien discotecas, conciertos o en un montón de orquestas los nervios no le jueguen una mala pasada. Es muy probable que los tenga, pero no domina en este caso su actuación y eso se debe a la experiencia adquirida. No se debe subir una escalera del primer peldaño al décimo sin pasar antes por el segundo, el tercero, el cuarto...
5. Saber o no saber encajar un "NO", ¡qué gran diferencia! La manera de reaccionar ante un "no" es un reflejo sobre el control de las tres grandes virtudes al enfrentarte a una competición, a un casting o a un producto que no se vende como se esperaba: humildad, autocrítica y deportividad.
6. La actitud y seguridad definen a los concursantes. Para mí hay tres grupos bien definidos de personas: los que van con la intención de pertenecer a uno de los grupos de los diferentes coaches, confiados en que así será; los que no están seguros de que lo conseguirán y los que pase lo que pase tienen claro su meta y les da igual el canal para llegar a ella. Excepto los que no tienen claro si lo conseguirán o no, cualquiera de las otras dos opciones es bastante válida, va con la personalidad de cada uno, pero sinceramente si tu objetivo es entrar en el programa y no estás seguro de conseguirlo no te presentes. Si como emprendedor creas cualquier proyecto, procura que sea para llevarlo a lo que tú marques como éxito.
7. No te creas superior a nadie. Es lo que les diría a aquellos que creen tener "la voz" infravalorando al resto de concursantes con un exceso de orgullo, rozando la prepotencia, sobrepasándola en algún caso y con una gran falta de humildad. Puede parecer una tontería pero lo estás trasmitiendo a los trabajadores del programa, a los coaches y muy probablemente a las millones de personas que te ven y con ello te estás cerrando muchas puertas. Pero voy más allá, si piensas que eres el mejor no vas a evolucionar, no aprenderás a ser mejor y por lo tanto te estarás engañando. Se aplica también a tu producto, si consideras que está perfecto difícilmente sea el mejor nunca. Recuerda que siempre se puede y se debe mejorar.
8. Me aferro a mi "talento", pero ¡ojo! no siempre es suficiente. Muchas veces los emprendedores nos centramos más en lo que ofrecemos que en lo que se demanda. En ocasiones personas sin mucho talento pero con algo de originalidad y personalidad han suplido los errores técnicos o vocales que han cometido durante sus actuaciones.
9. Ser original en el discurso y en la actuación. No, no es necesario que digas que entrar en "La voz" es tu sueño o que desde bien pequeño te gustaba cantar. Ten en cuenta que, después de tantas ediciones, las historias se repiten una y otra vez. Tienes una buena oportunidad para explicar en qué te diferencias de los demás o, simplemente, para llamar la atención de los espectadores echando mano de la imaginación. Pero, por favor, evita copiar una actuación como en este caso:
(En este vídeo, y un año después de la actuación de Anna McLuckie en "The Voice", Rosa María interpreta la misma canción "Get Lucky" con un arpa. Además, le preguntan si el arreglo de la canción es suyo, a lo que responde que sí)
10. Y por último, pero no por ello menos importante, todos lo han intentado. Han dejado atrás sus miedos, la falta de apoyos y/o de medios de los que quizás carecían por conseguir lo que tanto deseaban; trabajar en lo que aman. Los que no se rinden seguro que consiguen mucho más que los que ni siquiera lo intentan.
Como veis, al observar se puede descubrir mucho, aunque sea un programa de televisión como es en este caso "La voz". A mí me ha ayudado a darme cuenta de que he de ir paso a paso, que no se debe subir una escalera del primer peldaño al décimo sin pasar antes por el segundo, el tercero, el cuarto... Y además, que no siempre vamos a lograr aquello que tanto deseamos y que en ocasiones rozamos con la yema de los dedos. La experiencia me dice que si no nos rendimos obtendremos algo diferente, sí, pero incluso puede ser algo mejor de lo que esperábamos.
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David Vidal
Director de programa en imbs (Internet & Mobile Business School)
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