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Rosana Perán: "China es una gran consumidora de productos españoles"

MARÍA COSTA. 11/03/2013 Consejera del grupo Pikolinos y miembro de la generación familiar que tomará el relevo en su dirección, está embarcada en la expansión iternacional de la conocida marca de zapatos

VALENCIA. El próximo mes de abril el grupo Pikolinos, compuesto por las marcas Pikolinos y Martinelli con sede en Elche abren sus puertas a una nueva tienda pop up en el Soho de Nueva York. Con 320 empleados, 25 tiendas propias y otras tantas tiendas franquicidadas el grupo creado en 1984 por Juan Perán Ramos no ha cesado de crecer. Sus hijos, entre ellos Rosana Perán (Elche, 1975) están adoptando el relevo mientras siguen abriendo tiendas en México, Rusia, China y Países Árabes.

Rosana es también auditora interna y presidenta de Avecal, la asociación que agrupa a los empresarios de Elda, Elche, Alto Vinalopó y Vall d´Uixó. Como adjunta al consejero delegado en Grupo Pikolinos viaja mucho. Tiene una hija de cuatro años a la que le enseña que es mejor la calidad que la cantidad. Recientemente estuvo en Valencia participando en el Foro sobre Liderazgo Femenino, organizado por APD y KPMG.

-Como 2012 ha sido uno de los mejores años para Grupo Pikolinos ¿los ERES habrán brillado por su ausencia?
-Sí, sólo se han realizado pequeños ajustes de dos o tres personas, pero motivado por el proceso de trabajo. Algo que ocurre habitualmente en las empresas. A veces no todos los empleados se acoplan con la misma comodidad a un mismo modelo de trabajo.

-¿Y tanto crecimiento a qué se debe?
-Al proceso de internacionalización que estamos realizando desde 1989. En la crisis del 92 nos dimos cuenta que al llevar varios años vendiendo fuera, crecíamos en lugar de cerrar como estaba ocurriendo a nuestro alrededor. No dependíamos del mercado nacional y decidimos realizar toda nuestra estrategia en el exterior. Actualmente un 80% de nuestra facturación es internacional. Por eso seguimos creciendo.

-¿El crecimiento de Pikolinos (facturaba 30 millones de euros en 2000, 71 millones en 2007 y más de 100 millones en 2010), no da vértigo?
-No, pero seguimos creciendo en puestos de trabajo, tiendas y franquicias. Actualmente en las empresas del grupo, de realización de zapatos, acabado y procesamiento de piel hay 320 empleados, 120 comerciales y paralelamente una gestora de tiendas. Gestora que atiende a 25 tiendas propias y otras tantas franquiciadas. La mayoría están en España, pero también tenemos algunas en el extranjero.

-¿La última cuál fue?
-Una tienda en Miami que funciona muy bien. El próximo mes de abril abrimos una pop up en el Soho de Nueva York. Será una tienda propia porque la experiencia nos dice que en las grandes ciudades las tiendas tienen que ser propias, porque dan mucha información del mercado y nos permiten amoldarnos mejor a las necesidades de los clientes. Además queremos ofrecer este espacio los sábados a otras empresas españolas para montar el día de España, por ejemplo.

-¿Hay mercados más sencillos que otros dado el carácter español?
-Rusia está funcionando muy bien y se sienten muy atraídos por el diseño español. Y también China.

-¿Antes nos copiaban y ahora les vendemos?
-Respecto al tema de las copias, nunca se podrá evitar. Hay que fijarse, más que en eso, que es inevitable, en verlos como un mercado de consumo. Y en ese sentido compran.

-¿Por qué prefieren el calzado español al chino que tan bien copian?
-Les gusta la calidad y el precio. El calzado español, pese a todo, se ha sabido situar muy bien en los mercados internacionales, que demandan calzado español.

-¿Cómo reaccionan sus contertulios internacionales en una mesa de negociación cuando saben que son españoles?
-No afecta a las negociaciones porque aunque el apellido sea España, el nombre de la empresa pesa más. Pero si es verdad que hace unos años te abrían más las puertas e incluso las negociaciones eran más de tú a tú. Ahora te lo tienes que trabajar más.

-¿La idea de exportar fue de su padre?
-Sí, pero fue por casualidad.

-¿Y eso?
-Mi padre es muy buen comercial, pero sabía que tenía necesidades en cuestiones de organización, finanzas, etc. Buscó a una persona, su primo. Ambos comprendieron que tenían que diversificar en distintos países para crecer. La empresa de zapatos franceses Besson fue su primer pedido.

-¿Y usted en qué andaba por aquellos años?
-Estudiando.

-¿Ya se veía trabajando para su padre?
-Sí. Mi hermano y yo hemos crecido con la empresa. Mi padre, a lo mejor tenía que ir a trabajar los sábados y domingos, y le acompañábamos. Siempre he visto la empresa como algo propio. Crecimos con esta cultura de empresa. A los 14 años, y durante los veranos, mi padre nos puso a hacer prácticas en la empresa. Pintar la valla, archivar papeles en la oficina, etc. Eran prácticas no remuneradas, pero no obligadas.

-¿Cómo?
-Teníamos pequeñas reuniones familiares donde mi padre nos animaba a ir pensando si queríamos o no trabajar en la empresa, y si lo hacíamos qué barreras profesionales nos íbamos a poner. Nada es producto de la casualidad, todo es fruto del trabajo.

-¿Y usted lo tenía claro?
-Mi padre nos preguntó primero si queríamos trabajar en la empresa. Cuando le dijimos que sí nos hicieron un test psicológico para saber en qué áreas podíamos destacar y disfrutar más. Mi hermano despuntó en áreas de diseño e idiomas, yo en arquitectura y ADE. Estudié ADE en Londres, luego trabajé en dos empresas que no eran del grupo y más tarde volví, pero con un plan estratégico de trabajo.

-¿Alguna vez se sintió obligada por los pasos que estaba dando?
-No, para nada. Mi padre nunca nos obligó ni a quedarnos, ni a hacer lo que no quisiéramos. Al contrario todo eran facilidades. En los foros que acudíamos siempre se ponía de manifiesto que cuando el fundador obligaba a los hijos a hacer algo luego lo sufría la empresa. Él no lo olvidó.

-¿Qué tal lleva trabajar con sus hermanos?
-La pequeña está como diseñadora en Martinelli, y con el mayor nos complementamos muy bien. El lleva la parte comercial y diseño, y yo la organización. Siempre nos hemos llevado bien, bueno excepto de niños, pero hemos aprendido a trabajar juntos. Escucharnos, saber por qué tomamos determinadas decisiones y nunca irnos a casa con un sapo... El objetivo que tenemos es el mismo: que, con nosotros, el futuro de la empresa esté asegurado.

-¿Saber que nunca tendrá que ir al paro es una suerte?
-Bueno al acabar los estudios los dos primeros trabajos que encontré fue vía curriculum. De todos modos hemos pasado por todos los trabajos y áreas de la empresa. Yo creo que el hecho de que tu padre tenga una empresa, no significa que siempre tengas un trabajo asegurado. Dependerá de mí en qué lugar trabajaré en la empresa de mi padre. Y a veces también te planteas, bueno porque no me voy a otra empresa, vivo otras experiencias y al volver enriquezco la plataforma familiar.

-¿En qué se diferencia Grupo Pikolinos de otras empresas?
-En 2003 Pikolinos adoptó la medida "papel cero", gestión documental. En las mesas de la gente que trabaja en administración no hay un solo papel. Ellos trabajan con dos pantallas en la mesa. Antes de 2003 tardábamos un mes en gestionar facturas, ahora las gestionamos y pagamos en una semana.

-¿De quién surgió la idea?
-De mi padre. Siempre decía lo de papel cero, igual que no le gustan las reuniones largas. Las prefiere de pie y operativas. Además es muy tecnológico y sin ser un lince se maneja con IPad, envía sus washap, etc. Su máxima es que hay que rodearse de los mejores profesionales y el mejor equipo de personas, porque son los que van a ejecutar el trabajo.

-¿Esto implica cambiar el estilo de trabajo?
-Por lo menos intentar que el estilo de trabajo sea también de vida. En la empresa los trabajadores disponen de un sitio para echar una siesta, reciben café y fruta gratis, un par de zapatos al año, formación a medida, seguro de vida, plan de pensiones y flexibilidad horaria. Y además expectativas de promoción y ascenso.

-¿Esto aumenta la producción?
-El bienestar de los empleados se plasma en la productividad. Si están incómodos empiezan los líos y se enmarañan las empresas. Hacerlo bien nos ha permitido crecer y, recientemente, cambiar el modelo de negocio. Antes salíamos con dos temporadas, la producción era bajo pedidos, etc. Todo se ha modificado y hemos ganado en flexibilidad.

-¿Por qué se especializó en auditoría?
-Es un sector en el que ves muchas empresas de diferentes sectores en muy poco tiempo. Siempre estás en continuo aprendizaje. No me gustan los proyectos de larga duración.

-¿Qué opina del rechazo de algunas auditorias de auditar a partidos políticos?
-Saben que el sistema financiero, cajas y bancos, también tienen auditorias y mire lo que está pasando.

-¿Por qué fallamos tanto?
-No lo sé, quizá hay demasiadas auditorias o somos picarescos por naturaleza. Lo que está claro es que esto no ocurre en otros países donde son bastante más serios. Estudié en Alemania y recuerdo a mi vecino denunciando a otro si no reciclaba adecuadamente, es lo legal. En España es impensable. Si lo ves te callas y luego lo haces tú.

 -¿Cree que a España aún le queda trecho para ser más transparente?
-Depende de las personas, pero creo que hay muchas que lo son. Mi competidor no es el vecino de al lado, mi competidor está en Alemania o EE.UU. Yo ya soy global, necesito pensar así y por tanto necesitamos competir con las mismas condiciones. 

-¿Y facturar en España?
-Exactamente. Todos los beneficios, el facturar, crear empleo de mayor calidad, etc, en España. Esto ya pasó. España era la fábrica de zapatos de Alemania, EE.UU y Francia. Éramos mano de obra barata. Si creces como país es interesante tener industria y mejorar tu calidad de trabajo.

-¿Como presidenta de AVECAL observa que hay recortes hasta en las suelas?
-Las empresas pequeñas lo están pasando mal porque les cuesta mucho salir fuera. Y de hecho este año para ellas se prevé duro. Las grandes miran todas fuera de España. Intentaremos aprovechar las sinergias de unas y otras para que el sector no desfallezca.

-¿Es fácil ser consejera, presidenta de la asociación del calzado, directora ajunta de Pikolinos y mamá?
-Sí. Además no hay otra. Estos cuatro primeros años he viajado, pero sobre todo por España y ahora que empieza a crecer haré algún que otro viaje internacional. Creo más en la calidad que en la cantidad, por eso cuando llego a casa descuelgo el teléfono y todo mi tiempo es para ella.

-¿Qué quiso ser y ya no será?
-Gimnasta rítmica. Durante muchos años practiqué y participé en bastantes campeonatos. Empecé con 5 y lo dejé a los 15 años. Me ayudó a saber exigirme cada día más y no perecer en el camino. El deporte te enseña a esforzarte y no lamentarte si algo te sale mal. Pero a los 15 años decidí dejarlo porque no había conseguido mi sueño, y a esa edad en ese deporte ya eres mayor. Por lo que me puse a estudiar.

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