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VALENCIA. El encuentro anual de la industria musical mundial, el MIDEM, que se celebra todos los años en Cannes a finales de enero, ha registrado este año un significativo descenso en el número de participantes, fiel reflejo del estado actual del negocio. Sin embargo, muchas de las caras importantes estaban ahí, y, contrariamente a lo que podría haberse esperado viendo la crudeza de las cifras de ventas, el despliegue de energía, creatividad y nuevas ideas ha sido muy notorio. Parece obvio que los mejores se crecen en la adversidad...

Y uno de los mejores es, sin duda, Yves Riesel, el presidente de Lyra Media Group, el conglomerado francés que engloba a empresas como Abeille Musique, una de los principales distribuidoras independientes de su país, y Qobuz, una página web especializada en descargas digitales de alta calidad y streaming (es decir, escucha sin descarga) en calidad CD, que está realizando inversiones millonarias y haciendo sombra a grandes multinacionales como Apple con su iTunes, o Spotify con su omnipresente oferta de escucha en línea. Riesel, incansable defensor de los intereses de los sellos independientes, y muy especialmente de los de música clásica, apuesta por un modelo sostenible para todos. Y así, en lugar de adoptar la estrategia de precios agresiva de Spotify, dirigida al gran público y sin un modelo de negocio viable para los sellos discográficos, Qobuz se dirige con sus ofertas de streaming al sector de “aficionados educados y apasionados”, dispuestos a pagar 19,99 euros al mes por una suscripción de escucha ilimitada en calidad CD. “El problema de la industria”, comenta, “es que aparte de Lady Gaga, absolutamente nadie se puede ganar la vida con el streaming. Nosotros hemos preferido ir a un modelo que permita la supervivencia a los sellos. Con nuestro modelo de suscripción, sus ingresos son 20 veces superiores a los que obtienen de otros sitios.”

El otro pilar del negocio de Qobuz es la descarga de música en calidad CD e incluso superior (24 bits y frecuencias de muestreo de hasta 192 KHz). Y aquí es donde Yves Riesel, gran polemista y amante de las frases contundentes, sentencia: “El MP3 ha muerto.” Sabiendo que su público, sin ser necesariamente audiófilo, valora la calidad y comprende lo absurdo de estos años de reinado de un formato de calidad claramente inferior a la del CD, Riesel ha centrado en estos últimos meses sus esfuerzos en asegurar que la totalidad de su catálogo (más de 12 millones de títulos) esté disponible en calidades superiores a la del MP3. Y ha decidido pasar página. A partir de febrero, Qobuz deja de vender descargas en MP3 y se centra exclusivamente en los formatos sin compresión o sin pérdidas (WMA, ALAC, AIFF, OGG, FLAC y WAV). Parece una buena noticia para la música. Estaremos muy atentos.