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VALENCIA. “Las historias que hay en la música de Mahler tienen tantos vericuetos y son tan complejas que por muchas veces que se aborden, nunca se agotarán las formas (válidas) de contarlas. Sus pentagramas están llenos de precipicios y desniveles, que son como trampas para el intérprete.” Quien así hablaba en diciembre de 2009 en la revista Diverdi era nada menos que Jonathan Nott, director de la insigne Orquesta Sinfónica de Bamberg y uno de los mejores “mediums” actuales no solo de Mahler, de quien ya ha grabado todas las sinfonías a falta de la 6ª y la 8ª, sino de Schubert, de quien tiene editada, con la misma orquesta, la integral de sus sinfonías en un estuche de lujo en el sello Tudor.

Nott, que comenzó como cantante, confiesa que se hizo director para guiar a la gente y sacar lo mejor que hay en ella. Hacia el final de este verano que acaba de comenzar, este líder nato reinará durante tres días en el Kursaal de San Sebastián extrayendo lo mejor de los instrumentistas de Bamberg en tres conciertos de repertorio tan diverso como sugerente. El 30 de agosto este exigente director unirá fuerzas con un monstruo del piano, el versátil Christian Zacharias (que también actuará este verano en nuestro país en varias ocasiones) para ofrecernos el Concierto nº 2 de Brahms, la Incompleta de Schubert y la sobrecogedora La pregunta sin respuesta de Charles Ives.

El 1 de septiembre llega el plato fuerte, la Sexta de Mahler, una de las deseadas sinfonías que el perfeccionista Nott aún no ha grabado en disco, y de las que ha dicho que “el verdadero significado de las sinfonías no puede extraerse sin más, de una manera mecánica. Basta que toquemos un compás de una manera ligeramente distinta para que se descabale el resto del movimiento. Preservar la claridad en la lectura es algo dificilísimo con Mahler.” Al día siguiente su orquesta se unirá al Orfeón Donostiarra para interpretar la Sinfonía de los Salmos de Stravinsky, La mer y el ballet Jeux de Debussy en el concierto de clausura de la Quincena Musical Donostiarra.