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VALENCIA (VP). Comenzamos nuestra excursión entre caminos de almendros y olivos, en un bello valle en el que se sitúa Albocàsser. La villa cuenta con un interesante casco urbano medieval y podemos comenzar la visita por su plaza mayor, donde se encuentra el ayuntamiento y se levanta la iglesia parroquial, un edificio de severo barroco que alberga en su interior preciosos retablos góticos como los de Els Sant Joans y el de l´Esperança.

Podremos detenernos en su portal de piedra, en el que destaca la escultura de dos cuerpos con pilastras adosadas y una figura de La Virgen de la Asunción. Hay que destacar, además, las ermitas de la Esperança,del siglo XV; de Sant Miquel, de los siglos XV-XVIII; de Sant Pere Màrtir, del siglo XV, y el ermitorio-hospedería de Sant Pau, obra de los siglos XV al XVIII, declarado Bien de Interés Cultural y uno de los recintos religiosos más armonioso, acogedor y entrañable de estas tierras interiores. Dejaremos Albocàsser, y por una tranquila carretera, en la que nos encontraremos el ermitorio de Sant Joan, nos dirigiremos a Torre d´En Besora, uno de los lugares más peculiares y encantadores de Castellón.

Una vez llegados a Torre d´En Besora deberemos visitar su iglesia parroquial y nos detendremos también en los restos de la muralla medieval. Sus apacibles calles nos invitarán a realizar un paseo por la localidad. Partiremos de Torre d´En Besora para dirigirnos a Culla y, en el trayecto, podremos ver la mayor encina del territorio valenciano, declarada Árbol Monumental de la Comunitat Valenciana por sus 25 metros de altura y un perímetro que ronda los siete metros. Se encuentra en la masía de la Bassa y en sus alrededores podemos disfrutar de un entorno privilegiado en la fuente de la Carrasca. Llegados a Culla nos impresionará su localización.

Su orografía se caracteriza por grandes desniveles, profundos barrancos y numerosas cuevas y simas, lo que hace de la zona un lugar de especial atractivo natural y paisajístico. Culla está asentada alrededor de unas ruinas de los que fueron sucesivamente castillo íbero, árabe y cristiano. La población conserva en su casco urbano su trazado medieval. Su casco antiguo ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico. De entre sus monumentos, podremos visitar los restos del castillo de Culla, castillo que fue destruido y arrasado en las guerras carlistas y del que aún se puede ver la torre del Frare Pere y la puerta de entrada a la Barbacana del castillo, con los escudos de armas de la orden de Montesa. Especial atención prestaremos a la Presó, antiguo granero que se usó de prisión durante las guerras carlistas. También son lugares de interés la iglesia parroquial del Salvador, del siglo XVIII, o la ermita de Sant Cristòfol, en un cerro a las afueras.

Muy recomendable es recorrer el viejo paseo a Vistabella, que lleva al lecho del río Montlleó, con sus impresionantes parajes de la Penya Calva o el Cingle Vert, que muestran paredes de más de quinientos metros de caída libre. Continuando la ruta por el Alt y Baix Maestrat nos desplazaremos a Benasal, muy conocida por su agua y sus efectos beneficiosos. En la ruta podremos admirar los paisajes que se abren hacia poniente, con el discurrir del río Montlleó, descubriendo en su parte opuesta la mole impresionante del Penyagolosa, en el interior del parque natural del mismo nombre. En este camino pasaremos por los pies de la ermita de Sant Cristòfol, encaramada en un cerro que ofrece miradores deslumbrantes. A los pies de dicho cerro se encuentra la fuente y balneario de la Font d’En Segures, cuyas aguas fueron usadas históricamente como medicinales y que brotan bajo un templete de piedra configurando un entorno muy agradable.

Si nos decidimos por un entrañable y tranquilo paseo por Benasal, debemos acercarnos a las murallas, donde se conservan diversas torres altas y almenadas, algunas de las cuales aún se usan en la actualidad como viviendas. Además, disfrutaremos visitando su museo arqueológico, la iglesia parroquial dedicada a la Asunción de la Virgen y la casa de los Sánchez de Cutanda, de 1722, con dos contundentes puertas barrocas. La ruta nos lleva a continuación en vertiginoso descenso hasta el lecho de la rambla Carbonera. En dirección a Catí se localiza el barranc dels Horts, que pertenece actualmente a la Fundación Bancaixa y al que se puede acceder por el interior, previa autorización. Si accedemos podremos dar un paseo entre robles y encinas mediterráneas, algunos centenarios, con magníficos ejemplares arbóreos. No cabe duda de que nos encontraremos ante una joya botánica de incalculable valor y que los expertos califican como bosque mixto relicto.

Alcanzada la Font dels Horts, desde allí partirá un pequeño sendero que lleva hasta un árbol popularmente conocido como Roure Pare, imponente, ya que serían necesarias hasta cinco personas para abrazar por completo su tronco. Por la carretera CV-15 iniciamos el camino de ascenso a Ares del Maestre. Pero antes de comenzar con las curvas y rampas más duras merece la pena realizar una parada en la masía Montalbana. Desde ella se puede acceder -mejor con guía- al barranco de la Gasulla, donde se localizan la cueva Remigia y otros abrigos que guardan pinturas rupestres. que guardan pinturas rupestres. Las pinturas prehistóricas de Ares del Maestre fueron declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, junto con el resto del arte rupestre levantino. Retomamos nuestra ruta a Ares del Maestre, que nos sorprende a primera vista por su particular localización, ya que se encuentra a 1.195 metros de altura, al pie de la Mola D´Ares (1.318 metros).

Sus casas se encuentran escalonadas bajo la muela formando un semicírculo entre la Mola del Castell y la Mola d´Ares. Su imagen nevada en invierno es una maravilla. Por encima de sus casas sobresale la iglesia de la Virgen de la Asunción, del siglo XVIII, con fachada barroca en piedra. Frente a la iglesia está el ayuntamiento, en el que destacan sus arcos góticos. En Ares podremos disfrutar de su gastronomía con ricos quesos, cecina, garbanzos con ajoaceite, perdiz y la olla de Ares. Camino de Catí, por los últimos bosques primigenios de nuestras montañas Dejamos atrás Ares para continuar nuestra ruta por los lugares más apartados del Alt Maestrat.