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VALENCIA. En 2013 llegó a la pantallas el debut del joven director Jake Schreier con una de esas comedias sin pretensiones que consiguió poner de acuerdo al público y a la crítica. Un amigo para Frank, sin ser una obra maestra, era una historia bastante original sobre un exladrón de guante blanco (Frank Langella) que recibe de su hijo un curioso regalo: un pequeño robot para que le cuide. Al final, entre ambos nacía una peculiar amistad y acababan formando una banda para dar el último golpe.

Schreier vuelve ahora a las pantallas, en esta ocasión con la adaptación de una novela para adolescentes titulada Ciudades de papel, de John Green, autor también de las exitosas El teorema de Katherine o Buscando Alaska. Desde el punto de vista de la promoción, lo más destacado de la cinta es la presencia de la modelo -y cada vez más actriz- Cara Delvingne, a la que acompañan Natt Wolff (ya protagonizó la adaptación de Bajo la misma estrella, también de Green), Austin Abrams (Gangster Squad: Brigada de élite, The Walking Dead) y Halston Sage (Malditos vecinos, 2014) entre otros.

Aunque la presencia de Cara Delvingne parece un reclamo para que los chicos acepten acompañar a sus novias al cine, si hacemos caso a John Green, casi llegó al reparto por casualidad. La primera opción era, lógicamente, Shailene Woodley, la protagonista de Bajo la misma estrella. Sin embargo, fue imposible por problemas de agenda (estaba rodando Divergente, Neil Burger, 2014). La siguiente, la youtuber americana Emma Blackery, no dio la talla. En cambio, Delvigne dejó encantado a Green durante la prueba. En todo caso, hay que señalar que apenas sale 20 minutos en total.

De todos modos, Delvigne -una de los modelos mejor pagadas del mundo- ha conseguido demostrar que es algo más que una cara bonita y un buen cuerpo. La crítica ha reconocido como muy meritoria su interpretación, que incluye hablar con un marcado acento americano siendo ella británica. Tras varios intentos con papeles secundarios -Anna Karenina, The face of an angel- este es su primer papel protagonista.

Cabe preguntarse si ahora, Delvinge decidirá ir dejando atrás su carrera de modelo para centrarse en la interpretación y seguir los pasos de otras como Angelina Jolie, Uma Thruman, Charlize Theron, Mila Jovovich o Cameron Díaz.

Pese a que el público al que va destinado la película es el que es, es de agradecer el intento de Shreier de firmar una cita que va más allá de la clásica película romántica para adolescentes aterrados por el acné y apostar por una eficaz combinación de humor y misterio. Por supuesto, el mérito es de Green y de Scott Neustadter y Michael H Weber, los dos guionistas detrás de la adaptación de Bajo la misma estrella (2014), otro de los éxito del autor. Neudstadter, además, tiene en su haber 500 Días juntos (Marc Webb, 2009), una comedia que tiene más de un punto en común con Ciudades de papel.

La novela, hay que decirlo, también está bastante por encima de lo que suelen ser las historias románticas para adolescentes (tipo Blue Jeans o Federico Moccia). De hecho, su autor puede presumir de haber ganado con ella el prestigioso premio Edgar (una especie de oscar para los relatos de misterio) con su publicación en 2009 en la categoría de jóvenes adultos. Palabras mayores.

Las críticas, además, fueron bastante buenas. Pero la gran campaña de publicidad llegó cuando un colegio decidió retirarla de su biblioteca, lo que dio lugar a una gran polémica en EEUU en la que tomó parte hasta la Coalición Nacional contra la Censura. Al final, el centro retiró la prohibición y las ventas -otro ejemplo del llamado Efecto Streisand- se dispararon.

LA TRAMA

La historia sigue los pasos de Quentin, un chaval enamorado de su hermosa vecina, Margot. Tras una divertida noche, ella -amante de los misterios- decide desaparecer y deja algunas pistas para que Quentin, si de verdad está interesada en ella, tenga que descifrarlas para poder volver a verla. Con la ayuda de sus amigos, él hará todo lo posible por reencontrarse con la chica de la que se ha enamorado. Un simpático pastelón que recibió cuatro nominaciones para los Teen Choice Awards, pero que al final no se llevó ninguno.

Entre los aciertos de la cinta, a decir de la crítica, es su realismo a la hora de abordar las relaciones entre chicos y chicas adolescentes, en una época en la que ellas maduran mucho más rápido. Aquí, Delvingne es la clásica malota mientras que Quentin es un paga fantas de manual. Algunos, por su enfoque, la han comparado con títulos tan meritorios como Supersalidos (2007) o Adventureland (2009), ambas de Greg Mottola.

Por cierto, Paper Town es una palabra que no existe en español y que se refiere a las ciudades ficticias que solo existen sobre el papel.