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VALENCIA. Policía en Israel, un drama sobre un miembro de una unidad antiterrorista del Gobierno de Tel Aviv, fue el primer largo del joven realizador Nadav Lapid y con él consiguió un gran éxito en su país e, incluso, abrirse paso en las carteleras de medio mundo. Ahora regresa con una película radicalmente distinta, La profesora de parvulario. La cinta se alzó con el Giraldillo de Plata a la mejor película en el Festival de Cine Europeo de Sevilla del año pasado y logró una excelente acogida de crítica en el Festival de Cannes, donde se presentó fuera de concurso.

La historia sigue los pasos de Nira (Sarit Larry) una docente de un colegio para niños que un día descubre que uno de sus alumnos, Yoav (Avi Shnaidman), es capaz de recitar poesías con un talento que ya querrían para sí muchos adultos. La profesora entonces decide apoyar al chico en un mundo en el que su don no se valora lo que le valdrá muchos enfrentamientos, incluso con el joven poeta.

Nira, por supuesto, cree actuar a favor del menor para que pueda sacar el máximo provecho de su habilidad. Sin embargo, es incapaz de entender que su propio amor a hacia la poesía es lo que hace proyectar en el chico algunas de su propias ambiciones.

UN DIRECTOR FRENTE AL ESPEJO

Con motivo del estreno, algunos críticos quisieron ver un cierto paralelismo entre el joven protagonista y el director, que siendo niño escribía poesía. "Puede que yo haya sido Yoav en algún momento, pero 30 años más tarde ya me he olvidado de lo que debió suponer", señaló.

Sobre la elección de Shnaidman para el papel del niño, explicó que "normalmente, siempre se elige a un chico que sea algo mayor que el personaje para que sea más fácil comunicarse con él. Aquí, al contrario, es más joven. Entendí desde el principio que si el chico entendía lo hacía intentaría, aunque fuera de manera inconsciente, explicar sus actos pese a que estos, a veces, no tienen o no deben tener ninguna explicación".

PEQUEÑOS GRANDES DETALLES

Sobre la actriz Sarit Larry, señaló que a la hora del casting había otra candidata, una que "hubiera llevado al personaje hacia una dimensión más triste, abatida, la de una mujer que no está a gusto en su piel, que busca un redención... Sarit, en cambio, hace de una profesora  que vive en el extrarradio, pero no es ni una gran intelectual ni una gran poetísa pero no tiene ningún complejo de inferioridad. Mira a los demás a través de su grandes ojos azules y dice: ‘yo estoy aquí para cambiar el mundo'".

Como protagonista, apuntó Lapid, Nira no es solo una profesora, también tiene vida propia. "Mis personajes no son realmente el resultado de pensar en un guión muy estructurado, que resulta de sumas sucesivas y contradictorias para crear la complejidad de un carácter. Si fuera así, tendría que hacer que un conductor de Taxi llegar a casa y se pusiera a escuchar ópera". El director reconoció que prefiera describir a su personajes a partir de pequeños -y sinceros- gestos.