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VALENCIA. La herida abierta en UPyD tras las elecciones andaluzas sigue supurando. Una crisis nacida de la fallida negociación con Ciudadanos (C's) que ha terminado por infectarse tras los comicios del pasado domingo, donde la formación magenta extrajo un pírrico 1,93% de los votos mientras el partido que lidera Albert Rivera conseguía nueve escaños.
La espiral de crítica resultante del veredicto de las urnas ha sumido a UPyD en un abismo de difícil escalada. La reafirmación en rueda de prensa de la portavoz de la formación magenta, Rosa Díez, soliviantó a un buen número de referentes del partido: ni un atisbo de autocrítica en el discurso ni una promesa de replanteamiento estratégico para las próximas citas electorales. La jornada se saldó con cinco dimisiones en el Consejo de Dirección y un aluvión de críticas de primeros espadas como Toni Cantó, diputado nacional y candidato a la Generalitat, que ayer se ratificó en sus discrepancias vía Twitter.
Llovía sobre mojado. Al margen de la dimisión en bloque meses atrás de la dirección en tierras valencianas, la polémica decisión de Rosa Díez de dar portazo a un pacto con Ciudadanos en busca de la tan cacareada tercera vía al bipartidismo no gustó en distintos sectores de la formación magenta. Las razones de la líder de UPyD -pocas veces descritas- radicaban en la opacidad de C's en cuanto a su implantación interna y su política de pactos. Si se mira a la Comunitat Valenciana, no le faltaría razón a Díez: ¿es posible llevar un control de los representantes de un partido que anuncia una segunda tanda de 40 nuevas candidaturas locales a dos meses de las elecciones?
Posiblemente no. Ahora bien, desde UPyD se descuidó el marketing posterior a esta ruptura negociadora, como el propio Toni Cantó admitía recientemente en un desayuno en ValenciaPlaza.com. Desde el fracaso en las negociaciones creció una tendencia demoscópica que comenzó a aupar al partido de Rivera en las encuestas hasta superar a la formación magenta. ¿Realidad o profecía autocumplida? Las elecciones andaluzas han puesto de manifiesto que Ciudadanos está de moda y UPYD, en crisis.
Las tesis fundamentales de ambos partidos no se diferencian como para que exista la enorme distancia en el número de diputados cosechados el domingo (9-0). ¿Qué ha otorgado la ventaja a Ciudadanos? Fuentes de la formación magenta hablan del "pragmatismo" de C's: la ambigüedad en los grandes asuntos, la indefinición autonómica, el crecimiento local a cualquier precio, los tópicos -incumplidos por el bipartidismo- utilizados también por Podemos e, incluso, las mismas recetas de UPyD, son las claves del éxito de Ciudadanos.
Rosa Díez, con su formación más fuerte que C's, convenció a los suyos de no jugar el partido y ahora no ha sabido encajar la derrota. La invitación de Albert Rivera al pacto no era gratuita: tras la negativa de UPyD, Ciudadanos está devorando a la formación magenta con la ayuda de los grandes medios de comunicación. ¿Casualidad? ¿Suerte? Una tarea, eso sí, facilitada por el liderazgo del catalán, con buena oratoria e imagen, omnipresente en tertulias y, posiblemente lo más importante, con apenas pasado en política a diferencia de Díez.
No eran pocos dentro de UPyD los que vieron la necesidad de activar la tercera vía cuando aún se tenía ventaja y, ahora, critican la posición enrocada de Díez por haber desaprovechado el puesto cabecero en la negociación. ¿Era lo correcto por parte de UPyD hacer la vista gorda y haber promovido la unión aunque hubiera sombras en la manera orgánica de actuar de C's?
Tras la derrota electoral, muchos esperaban una autocrítica de Díez que no llegó, ni tan siquiera por el sentido táctico de la misma. Tal vez era el momento de asumir errores, apartarse y dar un giro estratégico al camino trazado por la portavoz de UPyD. Quizá habría que preguntarse si las diferencias para un pacto con C's se debieron realmente a un debate meramente organizativo o más bien a una cuestión de liderazgo: es decir, si el fracaso en las negociaciones -sometidas cierto es a votación- se debieron al orgullo de Díez o a las posturas realmente insalvables. En cualquier caso, ahora la realidad es una: Ciudadanos, con su visión pragmática -la concreción no ha llegado todavía a la Comunitat Valenciana- de la política, está ganando la batalla y UPyD, está en el purgatorio.
Decir que una persona que lleva 9 años en política no tiene pasado es bastante inexacto para un periodista no? Albert rIVERA NO ES NUEVO POR MUCHO QUE LO DIGA.
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