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MADRID (EP/CP). Foo Fighters publican esta próxima semana su esperado nuevo disco, Sonic Highways, resultado de un extenso viaje por diversas ciudades de Estados Unidos en busca de sus raíces musicales. Este periplo ha quedado documentado en una serie de televisión del mismo título, que muestra las andanzas de Dave Grohl y los suyos en lugares como Chicago, Washington DC, Nashville, Austin, Los Angeles, Nueva Orleans, Seattle y Nueva York.

Se trata, pues, de un regreso ambicioso, a lo grande, tres años después de arrasar con su anterior álbum, Wasting Light, que curiosamente fue grabado en el garaje de la casa de Grohl en apenas un puñado de días. Dos maneras bien diferentes de hacer las cosas, desde luego.

Y da igual como lo hagan, pues lo único cierto es que son posiblemente la más grande banda de rock americano del siglo XXI. Nadie daba un duro por Foo Fighters tras su primer disco (1995) y parecía imposible que se libraran de ser el grupo del baterista de Nirvana. Pero lo han conseguido con inusitada solvencia y a continuación repasamos 5 motivos para tan descomunal triunfo.

ELECTRICIDAD

Vale, lo mínimo que se le puede pedir a una banda de rock es que nos regale toneladas de electricidad pero, seamos francos, eso no siempre ocurre. No vale con poner los amplificadores al 11 como Spinal Tap. Se trata de saber cómo energizar según las necesidades de cada momento, y eso lo manejan como pocos tanto en sus canciones más rápidas como en los medios tiempos. Permanentemente enchufados.

FURIA

Unida a la electricidad llega la furia. O el frenesí. Porque la electricidad sin control no sirve de nada. Por eso es tan inspirador ver al quinteto pegando sablazos sónicos a diestra y siniestra en cada actuación como si les fuera la vida en ello. Los aullidos de Dave Grohl ante el micrófono son pura poesía rockera de la vieja escuela.

CARISMA

En un primer momento, Foo Fighters no eran otra cosa que el intento del baterista de Nirvana por seguir adelante aprovechándose del mito de Kurt Cobain. Pero para asombro de todos, esa es una de las grandes mentiras del rock de nuestro tiempo, pues Dave Ghrol ha resultado ser un tipo con toneladas de carisma para dar y tomar, convertido además en ese loco amiguete que todos querríamos tener de nuestro lado. 

COLEGUEO

Tardó un tiempo Grohl en armar su banda definitiva, integrada actualmente por Nate Mendel, Pat Smear (músico de apoyo de Nirvana), Taylor Hawkins y Chris Shiflett. Un quinteto honesto y en el que parece reinar un colegueo sin fisuras que, al ser percibido por los fans, da una sensación de colectividad inquebrantable. Todos formamos parte de Foo Fighters.

CANCIONES

Y claro, por encima de todo está el bien supremo de cualquier músico: las canciones. Y Foo Fighters, después de ocho discos, tienen muchas y muy buenas. Composiciones de rock clásico, de power punk, metaleras, con toques country... da igual el género, ya que sus más acertadas canciones tienen en común un empaque incuestionable y unos estribillos de manual de rock de estadio. Que cada uno elija la que quiera, nosotros cerramos con esta ración de épica descocada.