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VALENCIA. "Estaba a esperando que me llamasen pero cuando estás así no te llama nadie". El director, autor y actor valenciano Jerónimo Cornelles se encontraba en su casa de Ruzafa, este verano, cuando miró su ordenador y pensó en escribir una obra, una comedia, algo ligero. Tenía que ser para pocos actores, la crisis manda, y pensó en algo parecido a un dúo, a un duelo de los que creaba Neil Simon. La extraña pareja flotó en el aire. Se acordó de Descalzos por el parque. Y así, como una broma, como un guiño metaliterario, nació Descalzos por el camping.

Redactó la obra y mientras lo hacía pensó en quién sería su partenaire. Un nombre le vino a la cabeza enseguida, Rafa Alarcón, un amigo, alguien con quien se entiende, alguien con quien podría ir de gira si fuera necesario. Nadie llamaba, pero ya daba igual. La obra comenzó a cobrar forma, pero necesitaban un director. Fue el escenógrafo Luis Crespo quien le sugirió un nombre, el del británico Alexander Herold, una persona habitual de los escenarios españoles. El inglés vive a caballo entre España, Francia, Italia y el Reino Unido. Allá donde va cosecha éxitos. Es especialista en ópera pero también en montajes escénicos de comedias. Entre sus últimos trabajos se puede citar producciones como ¡Que desastre de función! (Por delante y por detrás) o Educando a Rita.

Cornelles no conocía a Herold y Herold no conocía a Cornelles, pero se entendieron a la primera. "El texto es muy bueno", dice Herold. "Normalmente cuando lees una comedia contemporánea de ochenta páginas sobran 75. Éste no es el caso". Por su parte el actor y autor teatral se sintió maravillado y sorprendido por la metodología del británico. En estos 21 días de ensayo, en estas cuatro semanas, asegura haber aprendido mucho. "Nunca había ensayado así; hemos trabajado la comedia de una manera matemática", explica. "Ha sido muy intenso", añade. "He intentado sacar de los dos actuaciones a la inglesa", explica el director teatral; "pulidas, limpias, con buena pronunciación, que se les entendiera. He sido muy exigente", admite.

UNA COMEDIA SIN MENSAJE, O NO 

El resultado es algo así como una comedia mediterránea cocinada al estilo inglés, una parodia de las relaciones entre hermanos con ese punto de ironía tan querido por los anglosajones. "A veces pensaba que era una comedia sin mensaje", confiesa Cornelles, "pero Herold me hacía ver que era una buena comedia, y eso es lo importante". Como decía otro británico, Alfred Hitchcock, cuando se quiere mandar un mensaje lo mejor es ir a Correos.

Teresa Crespo, Victoria Salvador y Amparo Vayà completan el reparto. Las tres interpretan al mismo personaje en distintas semanas, a la hermana que altera el precario orden establecido entre los dos mellizos. Porque la obra habla de hermanos, de familia. Se inicia con un treintañero más cerca de los cuarenta que de los treinta, que vive en un camping. Su precario orden se ve alterado por la visita de su mellizo, que ha discutido con su mujer. La obra se centra en los tres día de convivencia de ambos hermanos, marcada por la visita de su hermana mayor.

El montaje se estrenará el próximo día 30 de octubre en el Teatro Flumen de Valencia y permanecerá en exhibición hasta el 16 de noviembre. ¿Y después? "Queremos una gran gira", ríe Cornelles. Mimbres hay porque Descalzos por el camping, aunque se presenta como una comedia sencilla y amable, es realmente una reflexión sobre muchas cosas: sobre el verdadero valor de todo, algo que hemos aprendido a apreciar durante esta crisis; sobre la convivencia, las parejas, la complicidad, las manías, los sentimientos no compartidos, la incomunicación, los equívocos, las envidias, las falsas apariencias, los amores, esperanzas, fracasos e inseguridades, y, sobre todo, es un paseo por aquellas cosas que solo se entienden y disculpan en familia. "Es una comedia fresca, buena", dice Herold. "Normalmente no me ofrecen cosas españolas y esta está bien escrita, para variar", ríe. "Es graciosa y esperemos que le guste a la gente; al menos a nosotros nos gusta".

Decía la gran directora valenciana Carmen Portaceli que en ocasiones, cuando trabaja con un autor vivo, desearía que ese autor estuviera muerto. No es el caso de Herold con Cornelles, quien riendo asevera que la relación ha sido muy buena y se han entendido a la perfección. "La gran ventaja de trabajar con un autor vivo es que le puedes llamar para preguntarle algo. Soy de los que cree que hay que ser fiel a las intenciones del autor, pero si hay que cambiar gags se hace. Y en este caso no ha hecho falta", apunta. "Todo tiene su coherencia. Está bien escrito. La estructura está bien. Me parece que está logrado. Y lo mejor es que [Jerónimo Cornelles] no se da cuenta, ha sido natural", añade.

Con unos niveles de producción muy efectivos, la obra, dice Cornelles, puede tener un empaque más vistoso de lo que realmente es. "He trabajado en obras con mucho más presupuesto que no tenían tanta apariencia", bromea. De hecho la propia producción ha sido un canto a la entrega, al apoyo entre los miembros de la compañía. Algo que Herold considera normal: "Todo el mundo tiene que reinventarse. El teatro tal y como lo conocíamos está muerto gracias a los políticos. No hay subvenciones y no hay productos porque nadie paga. Se trata de reinventar la rueda y poner un producto que el público quiera ver. El teatro, si no tiene espectadores, si no responde a sus inquietudes no sirve. Va a ser interesante ver esta comedia delante del público valenciano", concluye el británico.