VALENCIA. De nada han servido los intentos de especialistas como los impulsados por el periodista y escritor Rafael Ventura Melià. De nada las exposiciones. Ni tan siquiera los libros. Ni los centenares de fotografías que el alicantino Francisco Cano, Canito, hizo de aquellas visitas. La relación de Ernest Hemingway (1899-1961) con Valencia es una de las grandes olvidadas en la categoría de rutas turísticas. Se considera poco menos que algo inevitable, habida cuenta el amor que sentía el Nobel americano de Literatura por España.
Pero en verdad Valencia fue muy importante en su vida. Por detrás de Pamplona y Madrid es la ciudad a la que más próximo se sintió y a la que tuvo muchas simpatías por diferentes motivos. El principal de ellos fue porque en Valencia comenzó a escribir su primera novela, Fiesta, en 1925.
Así se lo relataba a George Plimpton en la primavera de 1958, a quien le explicaba que comenzó a escribirla el 21 de julio, con motivo de su 26 aniversario. El escritor había acudido con su mujer Hadley unos días antes de que se iniciara la Feria de Julio para coger buenas entradas. "Todo el mundo a mi edad había escrito una novela y yo todavía tenía dificultades para escribir un párrafo". Esas trabas se vencieron esos días de feria. Con el ánimo creativo encendido, Hemingway siguió escribiendo hasta concluir la que sería su primera novela. El mito estaba a punto de nacer.
La presencia de Hemingway en la ciudad fue una constante, casi siempre por la Feria de Julio. Hasta siete veces la cita en sus novelas. Especialmente llamativas son las palabras que usa en Por quién doblan las campanas, donde pone en boca de Pilar, la mujer de Pablo, la gitana que lidera a los guerrilleros, dos páginas de elogios a la ciudad. "Diez parejas de bueyes arrastrado un barco de vela fuera del mar, por la mañana, con una hilera de olitas que iban a romperse en la playa. Eso es Valencia".
Más allá de sus estancias durante la Guerra Civil, especialmente recordadas por los retratos de Robert Capa que son propiedad la agencia Magnum, para Hemingway Valencia fue siempre la ciudad donde empezó todo, la cuna de su carrera, el punto de partida. Y ese hecho es el que inspira a la nueva película de Gustavo Ron (Mia Sarah, 2006; Vivir para siempre, 2009). El largometraje tendrá por título La escuela de ingredientes esenciales (nada que ver con el libro Erica Bauermeister) y comenzará a rodarse la semana que viene en Nueva York.
Será a partir del próximo 19 de octubre. La película tendrá por título internacional My bakery in Brooklyn y está producida por el valenciano Ramiro Acero y la madrileña Beatriz Bodegas. Contará con un reparto internacional en el que destaca la presencia de la televisiva Blanca Suárez, y, entre otros, de actores y actrices como Jamie Alexander, que encarna uno de los papeles principales, Aitor Luna, Enrique Arce, Daniel Sloss y el protagonista de Annabelle, Ward Horton.
Es precisamente a Horton quien le corresponde el papel del personaje que decide cambiar de vida y hacerse escritor. Y para ello seguirá los pasos de su amado Hemingway, que le llevarán a Valencia, la ciudad donde comenzó a escribir éste su primera novela. El argumento de la película cuenta la historia de dos primas que heredan una panadería que está en peligro de ser deshauciada. Es allí donde hace su aparición el personaje de Horton, un abogado quien, antes de salir en pos del fantasma del autor de El viejo y el mar, les ayudará con sus problemas legales.
La película llegará a Valencia a mediados de diciembre. El rodaje oscilará entre localizaciones como la playa de la Malvarrosa con interiores en los estudios Galaxia y se unirá, junto a La vida inesperada (2014) y The other shoe (2003), al selecto pero cada vez más nutrido grupo de películas valencianas que se han rodado total o parcialmente en Nueva York.
Al mismo tiempo coincidirá en el tiempo con los dos documentales que toman como referencia esta ciudad. En concreto se trata de la serie documental realizada por el periodista Juli Esteve, sobre la migración valenciana a principios de siglo a América, y la producción documental que impulsa Eva Vizcarra sobre el arquitecto valenciano Rafael Guastavino, figura fundamental de la arquitectura estadounidense con obra en Nueva York.
La escuela de ingredientes esenciales cuenta en su equipo con un nutrido grupo de profesionales valencianos que van desde el compositor Arnau Bataller al montador Vicente Pérez, pasando por la directora de producción Natalia Maestre o las maquilladoras y peluqueras Esther y Piluca Guillén.
Cierto 'motoret'. Las fotos son propiedad de la agencia; pero lógicamente no fueron hechas 'para' la agencia. Corrijo el error en el texto. Gracias por la aportación y disculpa.
Robert Capa no pudo fotografiar a E. Hemingway en Valencia durante la Guerra Civil Esspañola para Magnum, porque esta agencia nació en 1947. Saludos.
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