MADRID. En un día -el pasado jueves- en el que los mercados miraban con expectación la comparecencia de Draghi, el presidente del BCE acudía ante los medios con la difícil misión de ofrecer una imagen laxa desde el punto de vista monetario, que compense el giro hacia la ortodoxia que la Reserva Federal de Estados Unidos pretende llevar a cabo en próximos meses.
Los tipos de interés, tal y como el mercado esperaba, se mantuvieron sin cambios, y es que resulta complicado continuar profundizando las medidas expansivas implementadas por el Banco Central Europeo (BCE) teniendo en cuenta que quedan poco más de dos meses para que se celebren las elecciones alemanas.
Ya sabemos que en esta compleja Europa, la postura del electorado alemán, partidario de la línea 'hawkish' que asume el Bundesbank y secunda la cancillera Angela Merkel, pesa mucho en la toma de decisiones y dificulta cualquier guiño a las tesis expansivas.
Sin embargo, llegó la rueda de prensa y con ella el optimismo a los mercados. Ciertamente, además de un notable banquero central, Mario Draghi se está consolidando como un gran comunicador y un excelente diplomático.
LISTO PARA ACTUAR
Además de garantizar la política monetaria acomodaticia tanto tiempo como sea necesario, apoya la demanda de deuda con la advertencia de que el programa de compra de bonos está listo para actuar y, de momento, al mercado esto le vale.
Por otro lado, tratará de espolear el crédito dejando la puerta abierta a tipos negativos en los depósitos bancarios. Y, por si esto fuera poco, advierte de que en el seno del BCE gana peso la posibilidad de continuar con futuras bajadas de tipos. Para el mercado, escuchar un mensaje más atractivo es casi imposible.
Desde mi punto de vista, el presidente del Banco Central Europeo sigue estando a la altura de lo que de él se espera.
PRECISIÓN MILIMÉTRICA
Además aventajando con mucho a su predecesor, Jean-Claude Trichet, que pasará a la historia por no haber entendido las implicaciones de la crisis que se fraguó bajo su mandato.
Debemos comprender que Draghi dirige un organismo con unas competencias muy limitadas y que, en ocasiones, ha tenido que sortearlas con precisión milimétrica. La reacción en mercados no se ha hecho esperar: bajada de rentabilidades en los bonos, subida de la renta variable y depreciación del euro. Y es que el mercado, como el dinero, es así: si le sonríes, te devuelve la sonrisa ampliada. Si no le sonríes... bueno, de eso mejor hablamos otro día.
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Daniel Álvarez
es analista de XTB
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