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VALENCIA. Pese a gobernar en España y en la mayoría de comunidades autónomas, son tiempos duros para el Partido Popular. El expresidente José María Aznar hizo temblar la pasada semana los cimientos del Ejecutivo y la formación política que lidera Mariano Rajoy cuestionando su acción de gobierno, una crítica abierta que evidencia, al igual que han hecho otros históricos como Esperanza Aguirre, que el clásico discurso único del PP está en vías de extinción.
A otro nivel, también se percibió esto en el acto de homenaje a Alberto Fabra por el primer aniversario de su triunfo en el congreso regional del PPCV. Los discursos fueron dispares e, incluso, por momentos, antiéticos. Atrás quedaron los tiempos en los que los 'populares' valencianos calcaban sus proclamas y exigencias, y donde se castigaba o apartaba a quien trazaba su propia línea de palabra u obra dentro del partido.
ALFONSO RUS, EL PESO DE LOS NÚMEROS
La intervención del líder provincial del PP de Valencia y presidente de la Diputación, Alfonso Rus, fue sin duda la más incendiaria. Espetar, a dos ministros como Luis de Guindos y José Manuel Soria: "Llevamos toda la vida ofreciendo glorias a España, que nos las ofrezcan ahora a nosotros", es mucho más de lo que nadie en el PPCV se ha atrevido a decir mirando a Madrid en años. Reivindicación casi a la misma altura que cuando Rodríguez Zapatero era presidente del Gobierno y con el añadido de esgrimir una señera durante su discurso.
El tono reivindicativo de Rus se viene repitiendo en las últimas semanas. La buena marcha de los congresos locales ha espoleado al presidente provincial. De hecho, este mismo sábado, su mano derecha, el vicesecretario de Organización y alcalde de Moncada, Juan José Medina, vencía -no sin dificultades- en la lucha por la presidencia local de su municipio a Jesús Gimeno, quien tenía el respaldo de su eterno rival, el secretario general del PPCV, Serafín Castellano.
Los encontronazos de Castellano -designado por Fabra- con los 'rusistas' han sido constantes. Empezando por la pelea en Nuevas Generaciones, siguiendo en los congresos comarcales y terminando en los locales. En todas las batallas ha vencido Rus, lo que, según fuentes próximas al dirigente, le ha animado a la hora de ser más reivindicativo. El caldo de cultivo de los almuerzos comarcales de los sábados, que llevan celebrándose ya unos cinco años, además de su poder institucional y económico como presidente de la Diputación, le han permitido dominar la provincia de Valencia y forjar un discurso independiente.
RITA BARBERÁ, DISPUESTA A ESGRIMIR SU CARISMA
También las palabras de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, causaron revuelo. Fue reivindicativa: pidió 'cariño', exigiendo mayor presencia de los responsables del Gobierno en la Comunitat Valenciana. "Hay que cuidar Valencia", recalcó.
Pero además se descolgó anunciando que se presentará como candidata en 2015. Lo curioso es que esa misma afirmación también la hizo en el congreso provincial de Valencia del año pasado. Esta vez, no obstante, su manifestación parecía salír al paso de su posible imputación en el caso Nóos. "Ni cansancio, ni desgastes. Me volveré a presentar y volveremos a ganar en Valencia", subrayó.
El presidente del PPCV, Alberto Fabra, no pudo menos que darle su apoyo público durante el acto, si bien en las últimas semanas los problemas para el líder de los 'populares' valencianos por los problemas judiciales en su partido vienen agravándose. De hecho, sigue pendiente de producirse la salida o 'expulsión' del grupo 'popular' de Les Corts de exconseller Rafael Blasco, imputado en el caso de la Cooperación.
Así, parece claro que Fabra se verá obligado a hacer distinciones: si se abre juicio oral o los imputados son de su gobierno, forzará su salida. Si son del partido, les instará a ceder su cargo temporalmente. Si son diputados, dependerá de cómo avanza el proceso y de la gravedad del caso. Todavía se desconoce si la alcaldesa de Valencia será imputada, pero ya ha avisado de qué será candidata, sacudiéndose como si de una mosca se tratara el caso Nóos.
GONZÁLEZ PONS Y LA RIADA
El discurso de mayor profundidad posiblemente fue el del exconseller y vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, quien evidenció que las reivindicaciones del PP valenciano apuntan a caer en saco roto.
"Las crisis han actuado siempre como una riada y esta crisis, como la del 57, la peor de todas", tras la cual, los valencianos "movimos el río" e "hicimos un nuevo cauce", porque cuando nos lo proponemos, "este pueblo puede cambiar el curso de un río", afirmó.
"En cada carta que se escribía desde Valencia se tenía que poner un sello de 25 céntimos añadido para pagar el cambio de curso del río. En cualquier sitio de España eso se hubiera pagado con dinero de todos. Ni entonces ni ahora nos podemos quedar esperando que nuestros problemas los resuelvan desde fuera", argumentó González Pons enviando un cristalino mensaje al PP valenciano.
FABRA, MALABARISTA Y SALOMÓNICO
Ante estos planteamientos previos de dirigentes valencianos, Fabra optó quedarse a medio camino. Pidió, como Rus, la reforma del sistema de financiación, pero confió en que Mariano Rajoy será el presidente que lo remodele, reivindicando además su propio estilo para conseguir las cosas, "sin gritar" y "sin chantajes", si bien esta referencia parecía señalar a Cataluña.
Por otro lado, dio su apoyo a Rita Barberá: "Hoy más que nunca te quiero mostrar mi cariño, mi afecto y mi apoyo". Aunque si finalmente se produce la imputación, Fabra sabe que tendrá un problema.
Y, al mismo tiempo, siguiendo la línea que González Pons había marcado, arengó a los suyos para mirar hacia delante: "No quiero lamentos, quiero coraje; no es el momento de brazos caídos, quiero músculo, no quiero resignación, quiero trabajo".
Una manera airosa del presidente del PPCV de salir un acto de homenaje -casi un regalo envenenado- que sin embargo no esconde las dificultades para trazar un discurso unitario en el partido ante las diferencias entre dirigentes, la situación de varios 'pesos pesados' o la relación con Madrid.
La buena noticia para Fabra es que pudo anunciar la presencia de Rajoy para el próximo 8 de junio en Castellón. Jugando en casa, el líder de los 'populares' valencianos tiene una oportunidad -o una necesidad- para tratar de sacar provecho de la visita del presidente del Gobierno.
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