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DOS AÑOS DESDE LAS ELECCIONES DE 2011

Fabra cruza el ecuador de la legislatura con un Consell maniatado por Madrid

X. AGUAR. 22/05/2013 El presidente afronta la segunda mitad de la legislatura con malas perspectivas económicas y el dilema de dar un giro reivindicativo para reforzar su imagen

VALENCIA. El 22 de mayo de 2011 se celebraron las elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana, que terminaron con la victoria del PPCV por mayoría absoluta, logrando una representación de 55 diputados y reafirmando como presidente de la Generalitat al entonces imputado Francisco Camps.

Este miércoles se cumplen dos años de aquel domingo en el que la sociedad valenciana volvió a entregar mayoritariamente su confianza en las urnas a los ‘populares' valencianos. 730 días después, las cosas han cambiado mucho en la Comunitat. Empezando por el capitán del barco, Alberto Fabra, quien fue señalado por Mariano Rajoy para suceder a Camps al frente del Consell y del PPCV.

El Gobierno valenciano no arranca. Fabra ha conseguido cierta estabilidad y unidad en el Ejecutivo, pero no hay capacidad de maniobra: el Consell corre el riesgo de convertirse -si no lo es ya- en un equipo de figurantes que deben consultar cada mínimo movimiento a la Conselleria de Hacienda, y esta, a su vez, calibrar cualquier dispendio en función a las directrices marcadas desde Madrid.

PRIMER GRAN OBSTÁCULO: EL DINERO

· Liquidez. Simple y llanamente, la Generalitat no tiene dinero para pagarlo todo. Para el Gobierno valenciano, el principal problema -y de él se desprenden casi todos los demás- es una falta de liquidez que no puede suplir con más endeudamiento. La Comunitat Valenciana ha sobrevivido en 2012 alimentada por los préstamos del Gobierno central: unos 10.000 millones de euros entre líneas ICO, Fondo de Liquidez Autonómico (3.855 millones), el plan Montoro de pago a proveedores (4.354 millones). Unos créditos a los que deberá recurrir de nuevo el Consell para superar el presente ejercicio.

· Infrafinanciación y déficit. En los últimos meses, son las dos batallas libradas por el Gobierno valenciano. El objetivo del déficit fijado desde Madrid para las comunidades autónomas para 2012, 1,5%, fue rebasado con creces por la Comunitat Valenciana, que marcó 3,45%. El más alto de España.

Desacuerdo en el PP por el déficit

Para el próximo año, la Comunitat Valenciana, junto a Cataluña y otras autonomías, reclaman un déficit asimétrico, diferente para cada región. Una propuesta con la que otras autonomías como Extremadura, Galicia o la Comunidad de Madrid, que sí han cumplido el objetivo, están desacuerdo.

No es posible desvincular el cumplimiento del déficit a la financiación autonómica. La Comunitat Valenciana, como han denunciado -con mayor ahínco según quien gobernara en Madrid- todos los partidos políticos valencianos, se encuentra peor financiada que casi todas las autonomías. Según el propio conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, con la asignación recibida del Estado, apenas pueden pagarse las partidas de Sanidad y Educación. De hecho, el Consell cifra la deuda histórica del Gobierno de España con la Comunitat por esta infrafinanciación en unos 11.000 millones de euros.

Sin embargo, el propio número dos de Cristóbal MontoroAntonio Beteta, dejó claro precisamente en Valencia días atrás, que no se abordará un cambio en la financiación hasta mediados de 2015 y, con suerte, podría haber retroactividad sobre el año anterior. En cualquier caso, fechas demasiado lejanas para un Consell acosado por el vacío de sus arcas.

Moragues y Montoro

Este jueves, Alberto Fabra responderá en Les Corts a un pregunta formulada desde su propio grupo parlamentario, el ‘popular', sobre la posición del Consell en la negociación del déficit asimétrico que está estudiando el grupo de trabajo creado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera. En las próximas semanas deberá concretarse si finalmente, como así parece, se permitirá la flexibilización del déficit para las CCAA. En cualquier caso, para la Comunitat Valenciana resultaría, como admitió el propio conseller Moragues, "muy difícil" cumplir con un déficit de un 1,8%, mientras la mayoría de regiones están por debajo del 1,5% a día de hoy.

· Deuda. A mediados del mes de junio se hará pública la deuda del primer trimestre de las comunidades autónomas. Los datos de finales de 2012 señalan que la deuda valenciana se sitúa en 29.437 millones de euros, tras aumentar 8.133 millones el pasado año. Esto significa casi el 30% del PIB y supone un pago de intereses en 2013 de 1.300 millones de euros.

SEGUNDO GRAN OBSTÁCULO: LAS POLÍTICAS

Estas cifras económicas evidencian una situación límite del Gobierno valenciano que se refleja en unas políticas débiles. Sin dinero, el Consell no dispone de herramientas para desarrollar planes potentes y efectivos en la lucha contra, por ejemplo, el desempleo, que se sitúa en el 29,1% (datos de la EPA) en la Comunitat Valenciana. Aunque se están llevando a cabo iniciativas para frenar el paro, como el plan conjunto entre administraciones, no son de la envergadura necesaria para paliar uno de los problemas más graves de la Comunitat.

Fabra, con los empresarios de AVE

A ello hay que unirle el peso de los impagos. Al margen de las protestas de los colectivos a la espera, los retrasos del Consell han afectado directamente a la búsqueda de salidas conjuntas de la crisis.  En el Gobierno valenciano ya han asumido -y el intento fallido de gran pacto social que promovió Fabra ha sido la prueba- que es casi imposible alcanzar acuerdos para afrontar reformas de calado mientras la Generalitat no pague sus deudas. Tanto los agentes sociales como otros colectivos, como las farmacias, se cierran en banda a cualquier negociación mientras el Consell siga debiéndoles dinero.

Esto, junto a las políticas de recorte de gastos, han formado un cóctel explosivo. El Consell se ha empleado en buscar el ahorro y optimizar los recursos, una decisión acertada que, no obstante, ha evidenciado el desorden que existía en los últimos años en la Generalitat. De hecho, el Consell de Fabra está lidiando con bombas de relojería como el Valencia CF, la Sociedad de Garantía de Recíproca (SGR) o el hundimiento del sistema financiero valenciano... que, pese a estar activadas desde mucho antes, han estallado durante el mandato de Fabra. 

Aunque desde el Consell se esfuerzan en recalcar que no hay intención de tocar las líneas ‘rojas' de Educación, Sanidad y Bienestar Social -si bien en muchos casos ya se han rozado-, parece difícil que el Gobierno valenciano encuentre mucho más donde recortar. La actualización del plan de ajuste para 2013 enviado al Ministerio de Hacienda ofrecía un ahorro de 1.350 millones de euros, la suma de 810 de recortes y 540 de ingresos.

TERCER GRAN OBSTÁCULO: LA IMAGEN

En este apartado es donde Alberto Fabra todavía tiene cierto margen de maniobra. Los casos de corrupción y la sumisión ante Madrid son las cruces que lleva el presidente de la Generalitat a sus espaldas. En ambos casos ha dado muestras, por momentos, de querer 'sacar las garras'.

Alberto Fabra y Alfonso Rus

En corrupción, ha contestado a las imputaciones de los miembros de su gobierno enseñando la puerta de salida a los altos cargos implicados. De la misma manera, excluyó de la Ejecutiva del PPCV a los dirigentes que se encontraban en esta situación judicial. No obstante, la amplia dimensión de los casos ha sembrado dudas sobre la aplicación de su doctrina. Ante sí, el mayor reto, los nueve parlamentarios de su grupo imputados. Un callejón de difícil salida.

Por otro lado, también se cuestiona desde la militancia si es acertada su posición frente a Madrid y a otros barones regionales. Mientras otros responsables del partido, como Alfonso Rus, muestran su lado más reivindicativo, el jefe del Consell continúa ejerciendo una delicada tarea de negociación y equilibrio. En contadas ocasiones se ha visto a Fabra entrar en el ‘cuerpo a cuerpo' frente a otros barones regionales -pese a que algunos no se han mordido la lengua para criticar a la Comunitat Valenciana- y, su tono reivindicativo, no se ha elevado hasta el momento a cotas verdaderamente altas.

El tiempo dirá si esta paciencia con Madrid ofrece algún día los frutos esperados. Entretanto, el PPCV ha cumplido dos años de legislatura al frente de la Generalitat acumulando los peores sondeos desde hace lustros.

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1 comentario

Boro Inot de las Marismas escribió
22/05/2013 08:28

¿Paciencia con Madrid en el tema de la financiación? Sí, claro. Llevamos toda una vida de paciencia con Madrid en el tema de la financiación y así nos ha ido: siempre los últimos de la fila, con unos y con otros. No alcanzo a imaginar a Fabra enfadado con Rajoy.

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