MADRID. La citación como testigos para el próximo 24 de mayo en la Audiencia Nacional por parte del juez Andreu a los tres grandes banqueros del Reino, Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé, para que le expliquen los dos encuentros casi seguidos que mantuvieron con Luis de Guindos, en los días previos a la salida de Rodrigo Rato de Bankia, es una mala noticia para el ministro de Economía, al que este asunto se le ha atragantado mucho.
No en vano Guindos, tuvo que tomar parte en la defunción empresarial de su antiguo jefe y valedor, Rodrigo Rato, con el que fue secretario de Estado de Economía en la última legislatura de José María Aznar.
BATALLA CON MONTORO
Además, la citación llega en un momento político complicado para el titular de Economía, cuando todos dicen que está perdiendo su particular batalla con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mucho más próximo al núcleo de poder del presidente del Gobierno Mariano Rajoy.
Se ha publicado recientemente que Guindos quiere irse y dejar el Gobierno cuanto antes, lo que él ha desmentido oficialmente aunque, fiel a su estilo, con muy buenas palabras, al punto de que se ha interpretado que Rajoy no le dará permiso para abandonar hasta que decida sus primeros relevos en el Gobierno. Algo que parece bastante lejano todavía, tal y como se las gasta el presidente.
Y puede que una buena parte del malestar de Guindos en el Gobierno obedezca precisamente a las críticas que su gestión está recibiendo desde una parte del sistema financiero, sobre todo desde los llamados bancos sanos, a los que el Gobierno no ha dejado de apretar y pedir ayuda para el resto del sistema desde que empezó con las reformas. Lo que ha tenido un claro reflejo en sus cuentas de resultados, que se han resentido además de por la propia crisis, también por muchos de los decretos financieros, la Sareb, las autopistas, los desahucios, el FGD, etc, etc.
ESFUERZO NO RECOMPENSADO
Entre provisiones y capital, las dotaciones efectuadas por el sistema financiero español el año pasado fueron de casi 115.000 millones de euros, más del 11% del PIB español y este año puede que las cosas no mejoren tanto como se esperaba.
El último mazazo para estas entidades llamadas sanas ha sido la subida de las provisiones para las refinanciaciones a empresas. Y sobre ellas pende todavía la decisión que finalmente tome el Gobierno sobre algún tipo de concertación entre la banca nacionalizada, lo que ven como una grave amenaza.
El tremendo poder de gestionar el BOE hace que en público todo sean sonrisas y buenas palabras, pero en privado gran parte de las mayores instituciones financieras llevan meses muy preocupadas por el alargamiento de la crisis financiera y también por la particular forma de resolverla por el Gobierno.
Y algunos de los personajes que van a declarar están particularmente molestos con muchas de las decisiones de la esfera económica que maneja Luis de Guindos, entre ellos, los presidentes del Santander, Emilio Botín, y el del BBVA, Francisco González.
LA HERIDA DE ALFREDO SÁENZ
El primero tiene sin cicatrizar todavía la herida de tener que prescindir de su consejero delegado, Alfredo Saénz por una antigua condena, un minuto antes de que la autoridad económica le considerase inadecuado para su puesto por la aplicación de las nuevas directrices de honorabilidad.
A Botín tampoco le gustó entrar en el famoso banco malo, la Sareb, aunque a diferencia de Francisco González, se plegó a las presiones como la mayoría del sector. Pero la gota que colmó su vaso fue la petición de mayores aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para solucionar el pago de las preferentes. El banquero cántabro saltó y dijo públicamente que a su juicio cada entidad debía pagar las suyas.
En el Santander empiezan a estar un poco hartos de algunos personajillos del PP que no dejan de recordar a los ejecutivos de la entidad todas las fotos que Botín se hizo con Zapatero.
Y por si todo esto fuera poco, hasta la fecha, a diferencia de otros, el Santander todavía no ha sido agraciado con ninguna subasta del FROB de entidades nacionalizadas que llegasen con un "pan debajo del brazo", es decir Esquemas de Protección de Activos (EPA) o créditos fiscales, como si lo han sido gran parte de sus más directos competidores.
EL PELIGRO ES GOIRIGOLZARRI
Francisco González es otro caso. Para el presidente del BBVA, exultante tras su reciente "lifting" y bastante próximo a Rajoy con el que quiere seguir manteniendo la relación, Luis de Guindos sigue siendo un becario, aunque ahora sea ministro de Economía. Por ello, resistió las presiones para entrar en la Sareb. Y se movió la suficiente para resultar adjudicatario de Unimm.
Su mayor problema se llama José Ignacio Goirigolzarri y el gran predicamento de éste con Guindos, que ha querido situarlo al frente de todas las entidades nacionalizadas desde una especie de integración de la banca pública que todavía no está clara y sobre la que McKinsey y Noruma están haciendo un estudio al FROB.
Goirigolzarri tuvo que abandonar su banco de siempre harto de ver como González incumplía todas sus promesas de que sería su sucesor, y después de observar desde primera fila como el ejecutivo de Chantada se pasaba por la piedra a casi todos sus compañeros del BBV. Así que para un González que sigue sin pensar en jubilarse, Goirigolzarri es la gran amenaza.
FAINÉ SIGUE ESPERANDO
El caso de Fainé es distinto al de los dos anteriores banqueros, ya que entre otros motivos el origen de la entidad es una caja de ahorros. El gran patrón de Caixabank ha sido hasta ahora, junto al Sabadell, el gran beneficiado de las subastas del FROB con la adjudicación del Banco de Valencia en tan buenas condiciones que hasta algunos consideraron que era para que la entidad catalana pudiera digerir mejor la compra que había hecho de Banca Cívica.
La entidad valenciana le llegó con una ampliación de capital del FROB de 4.500 millones y una EPA por diez años que ya está aplicando a sus cuentas.
Fainé desde Caixabank con apoyo del Gobierno intentó hacerse con Bankia pero Rato no se dejó. Luego apuntó al Banco Popular que salió huyendo, pero sigue necesitando alguna gran operación de este tipo y por ello nunca se enemistará con el Ejecutivo.
La importante posición de Caixabank y de su presidente Isidro Fainé en Cataluña y su predicamento ante el presidente de la Generalitat, Artur Mas, quizás tiene mucho que ver con lo bien tratada que ha sido la entidad por el Gobierno hasta ahora. Además necesita tiempo para ajustarse a los últimos decretos financieros y el contador lo tiene Guindos.
MENTIR COMO TESTIGO ES DELITO
Pero volviendo a la propia declaración de los banqueros, sin duda, es muy peligrosa para el ministro de Economía, ya que si el juez, tanto a través de sus preguntas como las de los abogados de todas las partes personadas en la querella de UPyD, termina apreciando diferencias entre lo que cuentan y lo que anteriormente explicó por carta el propio Guindos, éste tendría un grave problema.
Lógicamente este relato no está en el guión, pero en asuntos judiciales, nunca se sabe cómo pueden evolucionar los acontecimientos, por muy preparado que se lleve el argumentario con los abogados. Además, los banqueros acuden como testigos, luego no pueden mentir en su declaración si no quieren incurrir en un delito.
A nadie se le escapa que estas reuniones entre el ministro y los banqueros con el propio Rato, la última el día antes de su salida de Bankia, son el origen de todo lo que sucedió posteriormente, la llegada a la presidencia de José Ignacio Goirigolzarri, la reformulación de las cuentas de la entidad y al final su nacionalización. Por eso el interés sobre lo que hablaron.
La citación, que para fuentes jurídicas estaba "cantada" dadas las débiles y confusas explicaciones del ministro al juez, ha sentado como una patada en el estómago a los banqueros y también al Gobierno.
Para los banqueros, con clara e histórica aversión a los tribunales, es dejar la puerta abierta a que los ciudadanos puedan sospechar de su presencia en este tipo de ‘reuniones secretas' donde se cuecen asuntos que al final terminan afectándoles. Además una foto en la Audiencia Nacional siempre es una foto mala. Y para el Ejecutivo de Rajoy es otro golpe más a su política de Marca España, que no deja de ser zarandeada cada día por una realidad demasiado tozuda.
DISCREPANCIAS CON FERNANDEZ ORDÓÑEZ
No hay que olvidar que las declaraciones de Guindos chocan con las de Rato y el ex gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que atribuyeron a las autoridades económicas el rechazo del último plan de viabilidad presentado por la dirección de Bankia.
Realmente parece muy difícil creer que en esas reuniones con los tres mayores banqueros del país y con el propio Rato, tal como ha dicho Guindos, se hablara nada más que de los asuntos habituales del sector financiero, cuando él mismo reconoce los permanentes contactos de todo su ‘staff' ejecutivo del ministerio con el Banco de España y los gestores de Bankia para encontrar una solución.
Sin embargo, quizás la realidad no es tan alambicada como se suele pensar y todo es tan sencillo como ha explicado el ministro, ya que a nadie en su sano juicio se le ocurriría pensar que un verdugo cite antes de la ejecución al ajusticiado con el jurado que le condenó.
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