VALENCIA. "Presiones políticas, nuevos ricos, inviable, perversa, mala calidad, cara, gigantismo, amiguismo, falta de planificación, poco productiva, males crónicos, desmesurada, meritocracia, intereses espurios, endogamia"... y algunos adjetivos y comentarios igual o más críticos que no les reproduzco para no cansarles. Aparecieron ayer contenidos en un artículo de opinión en el que se describía la situación actual de una prestigiosa institución española vital para la nación.
Firmado por dos catedráticos de Zaragoza, ambos expresaban su opinión sobre la situación actual de la universidad española en su conjunto. Fue publicado en El País bajo el título "Una Universidad mal gestionada" y son sus autores los profesores César Dopazo García y Rafael Navarro Linares.
Exagerados o ajustados a la realidad, o un poco de todo -no seré yo quien tire de arrogancia para intentar juzgar a la universidad-, no quisiera uno que dos catedráticos sintieran la necesidad de utilizar semejantes calificativos para describir cualquier actividad en la que uno mismo o su entorno socioprofesional anduvieran metidos. Pero los autores del artículo, suficientemente pertrechados intelectualmente, han vencido el corporativismo y lanzado su cruda opinión sobre lo que muchos piensan y casi nadie se atreve a expresar.
Existen voces suficientemente autorizadas para valorar el estatus de la universidad y su modelo de gestión e incluso para calibrar el acierto o desacierto del artículo citado entre las que por supuesto no se encuentra la mía, pero al menos sí me permito expresar mi asombro ante el inamovible respeto institucional que desde los diferentes poderes del Estado se vuelca hacia la universidad como institución. Una actitud que en todo caso debe ser considerada como comprensible, justa y necesaria, aunque ya no lo sea tanto la tolerancia extrema cuando no complicidad con la que esos mismos poderes actúan hacia sus jerarquías -las universitarias- como reserva de poder e influencia. Por no hablar de simples complejos o síndrome de Estocolmo.
"¿Recortar el gasto de la universidades? Sí, hombre, ya solo nos faltaba tener a 50.000 estudiantes 'suficientemente jaleados' frente a nosotros". Así se despachaba recientemente un alto cargo de la Generalitat al ser preguntado por qué, si el Gobierno y las comunidades están recortando la sanidad, la educación o las infraestructuras públicas, no se podía abordar una reestructuración -cierres, fusiones...- en la misma medida en la a todas luces sobredimensionada ‘industria universitaria' valenciana, y/o por extensión en toda la universidad española (no cabe duda de que en el Gobierno central responderían de igual manera que nuestro 'valeroso' alto cargo, conservadores o progresistas, españolistas o nacionalistas).
No voy a añadir ni un acento a lo expuesto por los dos catedráticos de Zaragoza en lo que en mi modesta opinión es una fotografía de gran realismo acerca del renqueante funcionamiento de la universidad española al día de hoy. Pero no puedo dejar de sentirme perplejo ante la impunidad gerencial con la que se desenvuelven rectores y decanos, al fin y al cabo la cúpula directiva y administrativa de unas importantes y voluminosas en presupuestos y mano de obra ‘empresas públicas' diseminadas por todo el territorio del Estado y financiadas a pérdidas -miles de millones- con el esfuerzo y endeudamiento de los contribuyentes. Para que me entiendan: los responsables de la actual burbuja universitaria española.
Anualmente se producen multitud de solemnes y rituales actos académicos institucionales, o se juntan los rectores para emitir manifiestos conjuntos reiterando la importancia de la universidad para la sociedad y reclamando más financiación para solventar sus acuciantes y crecientes problemas de liquidez. Todo correcto, pero ¿han escuchado ustedes alguna vez a un dirigente universitario mostrar alguna señal autocrítica acerca de los resultados económicos de su ruinosa gestión económica? ¿han oído lamentar a alguno en algún momento el exceso de edificios en ocasiones faraónicos y casi siempre excesivos construidos durante la burbuja inmobiliaria para hacer una universidad más grande que la del vecino, sí, el de la otra orilla de la Avinguda de Tarongers en el caso valenciano?
Cada ministro o conseller de Educación que toma posesión de su cargo se dispone inmediatamente a reformar el sistema educativo... todo menos la universidad, un reducto solo para iniciados. ¿Por qué las universidades valencianas no rinden cuentas acerca de su funcionamiento y resultados más que ante la Sindicatura de Comptes que se limita a verificar que las sumas son correctas pero no si su modelo es acertado ni mucho menos sus resultados académicos? ¿Se ha debatido alguna vez en Las Cortes y en Les Corts sobre el modelo universitario? (otra cosa es la preparación e interés de nuestros arrojados representantes parlamentarios para y por hacer tal cosa).
Desde que salí de la universidad, allá a mediados de los setenta, creo que no ha habido curso en el que políticos, dirigentes empresariales y jerarcas universitarios no hayan hablado públicamente -y reflejado en sesudos informes- del fomento y perfeccionamiento de los necesarios vínculos universidad-empresa, lo cual no ha impedido que en la actualidad se mantenga el evidente divorcio -con excepciones- entre unas y otras. ¿Son absolutamente ajenas la universidades al hecho de que miles de titulados no encuentren trabajo en empresas españolas y deban emigrar, o es responsabilidad exclusiva de los empresarios no encontrar en las sucesivas oleadas de licenciados a los profesionales que precisan?
En fin, ¿por qué nunca se cesa a un rector -o a un decano- que haya resultado ineficaz en su gestión? ¿por qué la elección y regulación del funcionamiento interno de esta institución es tan puramente endogámico, una especie de 'cosa nostra' académica, y disculpen una metáfora que no pretende ir más allá del término?... Y, acabemos, ¿por qué los medios de comunicación apenas nos atrevemos a criticar al estamento universitario como hacemos con cualquier otro, partidos, sindicatos, empresas, patronales, gobiernos, iglesia, casa real y hasta el ejército y el sursuncorda...?
Es indudable que existe un marcado tabú en todo lo relativo a la organización de la universidad española y que es necesario acabar con él como hemos ido eliminando costosamente otros muchos desde que se instaurase la democracia en España, no obstante sigamos considerando la función de las universidades elemento fundamental e insustituible para el progreso y aseguramiento del futuro de nuestra sociedad. Así por tanto, el artículo y los argumentos de los catedráticos, como este humilde lamento del que esto firma, solo deben ser entendidos en el objetivo de potenciar y mejorar la histórica institución, con toda seguridad entre las más respetable de cuantas se ha dotado la sociedad a si misma.
Por tanto, rompamos los tabús y hablemos claro. Tal como finalizan los catedráticos su artículo, es imprescindible hablar claro para que no se cumpla la sentencia de Confucio: "Cuando el lenguaje no es correcto, lo que se dice no es lo que se quiere decir. Si lo que se dice no es lo que se quiere decir, lo que se debería hacer no se hace…". Ahí estamos.
Gracias a todos los que habéis leído y comentado el artículo. Y por vuestra paciencia. Lamento que alguno no haya comprendido bien lo que quería decir dándose por aludido. Ello es responsabilidad mía en tanto que no me haya sabido explicar (aunque me consta que existe quien no le interesa entender). En ningún momento he pretendido atacar a la institución ni a sus honorables miembros (más bien al contrario, muestro reiteradamente mi respeto a lo largo del artículo). Y sí, denuncio y critico lo defectuoso y corruptible que como en cualquier obra humana la Universidad contiene dentro de sí. Y destaco la tolerancia social, política y mediática de la que goza, realmente envidiable y que con toda seguridad se ha ganado a pulso. Dicho todo lo cual, reitero mi opinión de que la Universidad es una institución con muchas virtudes y algunos defectosm entre los cuales no es el más pequeño el de su tremenda opacidad y falta de transparencia. Como informador de larga experiencia lo he sufrido a lo largo de toda mi carrera. Pero aun me resulta más doloroso la escasa capacidad de autocrítica de la Universidad como institución y la defensa numantina y corporativa que algunos de sus miembros, una minoría, realizan de lo que unos pocos consideran derechos pero otros privilegios. Poco más, salvo lamentar que algunos crean necesario ocultar sus críticas y comentarios bajo seudónimo. Alguno hay –no publicado por injurioso- que incluso se oculta en la falsa personalidad de una estudiante de periodismo en prácticas para pedir el boicot a este diario por parte de la comunidad universitaria. Sería cómico si no fuera patético.
Mañana, viernes, dia 14,en la Facultat d'Economia de la Universitat de València, tendrá lugar una seminario de la Fundación BBVA-IVIE dedicado a "La universidad, los universitarios y la productividad en España". Quizá sirva para que debates como éste se hagan con más rigor. Pensemos que, en España, el debate sobre el funcionamiento de las universidades es casi permanente pero se ha intensificado en el contexto de restricciones económicas de los últimos años. La valoración objetiva de su eficacia y eficiencia no es sencilla y, durante años, se ha visto dificultada por la escasa disponibilidad de información sobre los muchos aspectos a considerar para analizar los resultados de las universidades. Sin embargo, gracias a varias iniciativas recientes han mejorado los datos disponibles y, en base a los mismos, se han podido realizar análisis más rigurosos del sistema universitario español. Los resultados de los mismos no siempre compatibles con algunos tópicos ampliamente difundidos y, por ello, es importante que estos materiales sean tenidos en cuenta en los diagnósticos y en las políticas de los gobiernos y de las propias universidades.
Cuando los políticos han tocado la banca, mierda; cuando los políticos han tocado la empresa, mierda; cuando los políticos han tocado la justicia, mierda; cuando los políticos han tocado los medios de comunicación, mierda; cuando los políticos han tocado el deporte, mierda; cuando los políticos han tocado la universidad, ....¿flores?.
Ande luego, los blogueros de vplaza de la uni pública demuestran tener una dosis de masocas fuera de lo normal. El dire de la publicación los tacha de zánganos y elllos r que r dedicando su tiempo a publicar en lugar de aplicarse el cilicio con mayor intensidad. Para mi que debieran firmar todos como Ana Roca que desde luego se ha ganado un café (pagado por el firmante de la bilis que le rebosa. Agur chavales que hay muchas cosas por ahí fuera para leer y lo que parecía serio hoy es pura bazofia.
Como siempre, un debate de trincheras extraordinariamente bipolarizado. En mi fe en el debate racional y autónomo (que san Kant y Habermas no me abandonen en este país de brutos), expongamos unos pocos datos: 1º) Las universidades públicas (SUPV) supusieron el 0’7% del PIB valenciano entre 2003 y 2007. No hubo incrementos del porcentaje. No ha habido burbuja universitaria. Lo siento, pero aquí no se ha derrochado (otra cosa es si podía invertirse mejor). 2º) El sistema de financiación está mal diseñado; pero, además, no se ha cumplido. 3º) Los vicios del sistema de elección de cargos académicos se crearon gracias a la LOU del 2001 aprobada por el PP para “democratizar” la universidad. Una ley que generó un perverso marco para el compadreo y los grupos de interés, al mismo tiempo que creó disposiciones transitorias que fomentaron las malas prácticas en la contratación. Por lo tanto, eso se computa en el haber de las mentes preclaras de la calle Génova. 4º) La LOMLOU 4/2007 corregía muchos de los defectos de la LOU para la contratación del profesorado. ¿Problema? Que la Generalitat Valenciana no ha derogado (para alegría de muchos universitarios, eso sí) el DGV 172/2002. ¿Qué artículos del DGV 174/2002 están derogados y cuáles vigentes? Tanto abogado del Estado en este país y nadie me ha podido contestar esa pregunta. 5º) Todo el mundo cree que es el mejor. Por eso, decidir quién es el mejor no es tan fácil. Magnífico tener un debate sobre la endogamia en las universidades. ¿Pero seremos capaces de hacer algo más que soltar cuatro tópicos de barra de bar? No, no seremos capaces, porque superar ese listón significa leer y algo de trabajo intelectual. Los que quieran saber cosas del tema, aconsejo los magníficos artículos del investigador Manuel Bagües. 6º) Para los del mantra de viva los gestores privados, les recuerdo que el Centro de Investigaciones Príncipe Felipe ha demostrado que el modelo de fundación con gestores de empresa privada es un desastre. La universidad, como todo nuestro país, necesita más transparencia y no gestores de la empresa privada. De hecho, en el SUPV debe haber grandes gestores, porque todavía son capaces de pagar la nómina, que es su principal prioridad a día de hoy, como del resto de la GV. 7º) ¿Cómo van a reformar el SUPV los que han construido un aeropuerto sin aviones, han hundido nuestro sistema financiero y todavía tienen el morro de vivir agarrados al presupuesto, porque para otra cosa no sirven? ¿Qué legitimidad tienen para reformar o recortar? Sólo sobreviven en el cargo, porque la oposición tiene tanto pavor a gobernar que les deja. Creo que todavía hay gente que no entiende que dentro de tres años el PP habrá desaparecido de la Comunitat Valenciana fragmentado en facciones populistas con caudillos de todo tipo y pelaje. Nota: para tener un debate racional, el anonimato no sirve. ¿Por qué tanto Nick? ¿Por qué tanto miedo a hacer un uso responsable de la libertad de expresión?
Al final, los propios comentarios están dando la razón al artículo: ni un ápice de autocrítica en el mundo de la universidad y un corporativismo a la defensiva que da miedo. ¿Alguien puede pensar que la universidad es el único 'estamento' que se ha mantenido al margen de las prácticas burbujeras de los últimos años? Que el fin de la universidad sea loable (formación, investigación...), no quiere decir que la gestión de los recursos se haya orientado siempre a ese fin ni mucho menos. También son muy loables los objetivos de la Administración (aquello del bien común y general), y ya sabemos todos dónde estamos.
Cualquiera que conozca la Universidad - y no viva de ella - tiene clara la fórmula: - 1/2 del profesorado... a casa. - 1/2 del alumnado... a casa. - 1/2 centros... para apartamentos en alquiler. - Presupuesto ... sin merma. - Auditorias externas. - Fuera endogamia; sin excepción. - Contratos quinquenales; sin excepción. - Gestores profesionales; sin excepción. - Acceso exclusivamente por mérito. - 20% presupuesto para becas. - Autonomía absoluta. Y en esa línea, lo que se siga. .
Totalmente de acuerdo con el artículo. Coincide con mis impresiones y las de mis hijos que también estudiaron en la Universidad de Valencia. Pretender racionalizar la Universidad no es pretender acabar con la Püblica. Menudos palos le están echando algunos foreros, y eso que no se ha metido con los clanes de algunos Cátedros, que lamentablemente póco tienen que ver en prestigio y bien hacer con los de épocas anteriores.
Tanta palabra petulante para echar por tierra la Universidad Pública. ¿Incluye el autor del artículo el trato de favor que tiene los políticos (los del Consell, muy especialmente) con algunas universidades 'privadas' y católicas? ¿O es que esas no cuentan porque 'son de pago?
Lo he tenido que leer tres veces para creerme que estaba escrito y firmado por quien lo firma cogiendo el rábano por las hojas (o confundiendo el culo con las témporas). Cualquiera de los colaboradores universitarios , (no aficionados como alguno asiduos comentaristas) y como se indica en algún comentario podrían haberle sugerido visitar las bacanales permanentes en que viven los universitarios valencianos en forma de piscinas, spas y demás servicios suntuarios en los que se pasan el día sin dar golpe. Las aulas y los despachos vacíos por sus efectos (y los del boetllón) mientras encienden habanos con billetes de cien euros y arrasan con los dineros de los valencianos. Nada como una vista al camino de Vera, a Burjassot o a Balsco Ibañez, o a Tarongers y encontrá donde están enterrados los tesoros. A su lado, las ciudades mil levantadas estos decenios son pura filfa. Y la árdua labor de asesores mil y enchufados en las fundaciones un ejemplo para todos. Es lo que tiene hablar, escribir, desde la ignorancia que es muy atrevida.
¿Todo es mucho más sencillo verdad Cruz? Todo lo Público a tomar por el culo. Y sálvese quien pueda. Es decir; quien pueda pagar que se "pague" sus carreras y mucho más sus másteres. Esos que se pagaron toda esa "intelligetnsia", esa élite que está al frente del otrora próspero y productivo País Valencià. Esos másteres que están aplicando sus "saberes" a la Comunitat Valenciana que, como sabe VD. Sr. Sierra, es todo un dechado, un manual de Bien Hacer Económico, Social de la Investigación y el Conocimiento (39% de fracaso escolar, horreurrrrr!!!). Nuestra "prosperidad" es envidiada allende el Sénia y otros confines. Déjome de ironías: Lo que falta es gente honrada. Y que a la poca que queda no se la hunda en la miseria, se le ponga en la picota o sea sospechosa. Este es un país pobre. Sobre todo de espíritus. De nuevo la Comunitat Valenciana sin economía, sin Sistema Financiero, pero con un Sistema de Corrupción que riase la mismísima Sicilia, y con más deudas que Díaz Ferrán es, sigue siendo, un "dechado" de virtudes... sicilianas. Y en la pobreza incluyo los medios de comunicación que comen de la manita de sus "amos". Hala, ora por los sindicatos; ora por la Universitat. Ora por todo aquello que no deje hacer negocio... a unos pocos... A no dejar títere con cabeza. Hala, hala... Pronto seremos Somalia. ¡¡Que ilusión!! Y es que estoy hasta los mismísimos de escribir argumentos ¿Se necesitan más argumentos en esta Tierra de Promisión? Pues como hacer catedrática de Economía a María Dolores Amorós... ¡¡dios!! ¿Entienden?
ahora se ve que toca demagogia barata.... contra las Universidades... Esto es populismo barriobajero.... señalan a uno y a por él.
Estimado Cruz, estas invitado a visitarnos al campus de la Politécnica (y a mis clases, por qué no). Es mejor que "in situ" compruebes a qué se dedican 35 mil personas que diariamente acuden al campus. Por supuesto, que podemos darnos una vuelta al otro lado de la avenida, que tampoco son poca gente. Luego te cuento, en uno de nuestros múltiples descansos, todos los filtros que tenemos que pasar, las horas extras que hacemos y el aumento de carga laboral que impuso el Sr. Ministro, en una muestra de ese "inamovible respeto institucional" que según tú, nos tienen.
Sí, yo también he llegado a ver los Audis en fila en el vado de la c/ Universidad, toda la fachada y más: Demoler, desinfectar, comenzar de -20.000.000.000.
Buenos días: esta es la opinión de uno que no tuvo la suerte de estudiar en una Universidad pero, si en la Universidad de la Vida. La Universidad de esta ciudad ha generado en mi familia ua abogada urbanista y un economista lo de los master(pagados ¡faltaria mas) los cursos de ingles (pagado ¡faltaria mas¡) es lo que va quedando.La Universidad es importante en la vida de un joven pero lo es mas una buena base educacional desde "abajo" los licenciados que salen de cada carrera le quedan dos opciones actualmente marcharse afuera o trabajar en "algo" o quedar en paro por "secula seculorum".- Desconozco como el primer comentario las intimidades de la universidad o su funcionamiento conozco en todo caso lo que (como una fabrica) producen dichas Universidades. Lo que opinen estos dos profesores no deja de ser una opinión mas.Mis dos hijos tienen su titulo universitario ahora deberán sacar la titulación necesaria que da la vida porque eso no va incluido en la titulación de ninguna Universidad. Lo único que uno puede agradecer es haber aprendido a leer y escribir porque ahí esta la base para después llegar a doctorarse o licenciarse en una Universidad otros los recibimos en la Universidad de la Vida hoy ambas están crisis.- Atte Alejandro Pillado Valencia 2012
Como de este tema sé algo, también me atrevo aportar mi opinión: Primero: ¿Alguien sabe cómo se calculan las tasas de matrícula y cómo se financia la universidad? Sorprende, a pesar de la atención que el tema ha ganado como consecuencia de la despolítica del señor Wert, que no sea objeto de debate público. A este respecto, algunos profesores y estudiantes entregamos el pasado junio a José Miguel Saval Pérez, Director General d’Universitats, un informe que explicaba la inequidad del sistema. Por si el cargo público o sus asesores leen este digital, ¿recuerda que nos recibió con un amplio despliegue policial, tuvimos que identificarnos como si fuéramos presuntos delincuentes y sólo pudimos entrar de dos en dos a entregar nuestro informe en el registro? ¿Recuerda que al día siguiente, casualmente, una empresa de seguridad privada nos googlease para hacer, supongo, un informe sobre nosotros, a pesar de ser profesores con CVs completamente públicos? Segundo: ¿Cómo se financia a la universidad? Mal, pero no tanto por cantidad, sino por método. El sistema no permite a las universidades beneficiarse de sus economías de escala (elemento que beneficiaría a la pública y la haría más competitiva), el sistema impide tener contabilidad analítica y hacer un cálculo del coste real de las titulaciones. El coste es estimado de forma grosera en perjuicio de estudiantes de determinadas carreras. Estas estimaciones generan graves inequidades y perjudican, paradójicamente, a las carreras de carácter científico y técnico. De hecho, en el actual modelo, los estudiantes de enfermería (los más perjudicados) pagan mucho más de lo que deberían, mientras que los estudiantes de derecho, por ejemplo, pagan menos de lo que deberían. Supongo que la mayoría de nuestros políticos sea licenciado en Derecho es un elemento circunstancial de esta situación, mientras que no es casualidad que las universidades privadas puedan ofrecer el grado de enfermería en unas condiciones favorables, porque la ley impide a las universidades públicas hacerlo en mejores condiciones. Tercero: El principal responsable de las malas prácticas en la contratación de profesorado (la famosa endogamia) es, aunque cueste de creer, la Generalitat Valenciana y su disposición transitoria tercera apartado 2 del DGV 174/2002, que adecuaba al marco autonómica la Disposición Transitoria Quinta de la LOU 6/2001. En teoría, la LOMLOU 4/2007 derogó esa disposición del DGV 174/2002, pero eso es lo que no se sabe y nadie parece aclarar/contestar desde la Generalitat Valenciana o los rectorados, a pesar que desde hace tiempo tienen informes que denuncian esa caótica situación normativa que ha servido de coladero para incumplir la LOMLOU 4/2007. Informes que sé que algunos cargos académicos han leído y tienen encima de sus mesas, a pesar de que duermen, también, el sueño de los justos.
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