Una a una, como fichas de dominó, están cayendo instituciones, eventos, servicios, personajes, reputaciones y otros pilares básicos del orgullo patrio valenciano, dejando en su lugar una pesadilla inabarcable
VALENCIA. Lo acaba de señalar el lider de los socialistas valencianos, Ximo Puig, muy dado a las grandes palabras pero no tanto a la acción y a las ideas. "Esta ha sido una nueva semana trágica en la Comunidad Valenciana", en alusión al vodevil de RTVV, los últimos sainetes de Ciudad de la Luz y a las imputaciones varias de políticos dudosos con final cantando: la calle y el banquillo. (No en cualquier territorio se van imputando con cierta periodicidad como ocurre aquí a expresidentes autonómicos, banqueros y directivos, empresarios, alcaldes y exalcaldes, presidentes de diputación, consellers, diputados...).
Pero se trata solo de una semana trágica más desde que hace dos años llegaran las primeras derrotas de una comunidad ahora encogida y dependiente. Imposible no recordar el impacto en la opinión pública de las sucesivas ‘caídas' de las tres entidades financieras de la comunidad Valencia. Fueron los primeros traumas y todavía pensábamos que se trataba solo de una mala racha que acabaría ahí. Presidentes, directores generales y consejeros delegados en entredicho por una gestión nefasta de la que más tarde o temprano deberán dar cuenta.
Después de este primer tsunami financiero y sus efectos colaterales en las economías satélites de la city valenciana (agencias de cambio y bolsa, gestores de capital, firmas tecnológicas, notarías, agencias de publicidad y proveedores de toda índole), llegaría la segunda oleada -otra semana trágica de las de Puig-, que aún no ha finalizado sino más bien está empezando: el gran recorte del sector público autonómico y sus correspondientes servicios públicos.
Tijeretazos a sueldos y plantillas de funcionarios, amortización de vacantes, supresión de los liberados sindicales y de subvenciones -y pagos- a patronos y sindicatos. Una poda seguramente necesaria pero a todas luces incompleta: todavía sobresalen en los niveles más elevados de la Administración personajes estériles e indignos del sueldo público.
Luego llegó el turno a los servicios sociales, allí donde van a parar la mayor parte de los presupuestos. Recortes en farmacia y medicamentos, cierre de hospitales y privatización de servicios. Simultáneamente se entraba en la educación. Aulas saturadas, recorte de profesorado contratado, incremento de tasas universitarias y eliminación de ayudas a actividades sociales no básicas (el concepto ‘básico' es bastante subjetivo y depende de quien lo marca y quien lo sufre, pero dejémoslo ahí).
Han sido dimamitados hasta los cimientos generalmente aceptados como base del futuro, como es la inversión en investigación, volado desde la Generalitat de forma incontrolada anunciando un tiempo venidero ciertamente desolador y dependiente. Los jóvenes investigadores valencianos, el fluido que supuestamente habría de asegurar el porvenir de esta región, aprende alemán a toda marcha para poner distancias con este infierno.
No fue suficiente. Desde los diferentes ámbitos de la Administración autonómica se estaba realizando otro bombardeo letal y muy doloroso, como lo es siempe el ‘fuego amigo', que dejó diezmadas las filas de empresarios y comerciantes. Este ataque consistió en el impago sistemático de miles de millones de euros a pequeños acreedores, proveedores de suministros y servicios a la Generalitat.
Ahora llega el momento de 'revisar' el ruinoso sistema de empresas públicas. Entiéndase bien: no es ruinoso por ser público, sino por la lamentable gestión que de todo él han realizado una generación de gestores públicos que nunca diferenciaron el interés general del interés partidario y/o particular.
Al brutal recorte planteado en la plantilla de RTVV -y aún no efectuado, evidenciando un sadismo incomprensible hacia los atormentados trabajadores que esperan la lista fatídica-, una plantilla hinchada irresponsable e innecesariamente desde que en 1995 llegara al poder la primera oleada de dirigentes ‘liberales' del Partido Popular, le seguirán ¿en breve? despidos masivos en el resto de empresas y entidades públicas, Ferrocarrils, Vaersa, Impiva, IVAM (penoso el espectáculo de una Consuelo Císcar disponiéndose a resistir "hasta el final" su puesta en vereda), Cacsa, Ciudad de la Luz...
Proyectos, ilusiones, cálculos sobre un futuro mejor, el modo de vida de decenas de miles de trabajadores... la Comunidad del Bienestar ha quedado descabezada por una guadaña manejada en términos generales de forma torpe y sin cálculo alguno de consecuencias ni alternativas. Ni siquiera entre los grandes y pequeños empresarios del sector privado se alcanza a pensar más allá del habitual "hay que aguantar", "el que lo haga se salva". NI hay inversiones o planes... ni se les espera. Lo cual solo puede anunciar una degradación progresiva de la economía y el bienestar. Adiós a la lírica.
"Había que hacerlo" argumentan desde los gobiernos. Es posible, y lo están haciendo, lentamente. Pero está siendo muy doloroso, y lo es aún más la inexistencia de una idea sobre el día después y ni tan siquiera de una explicación autocrítica a la sociedad por parte de una generación de dirigentes que han dejado marcados para la Historia estos amargos renglones de nuestras vidas. En realidad, el capital, como la energía, ni se crea ni se destruye, solo cambia de manos. ¿Dónde está ahora?
(El origen, la causa y los causantes de toda esta quiebra, de las muchas que siguen ocurriendo y las muchas más que aun están por llegar han sido suficientemente señalados en los medios de comunicación -que no en los parlamentos ni en los juzgados, donde debería-, así que les ahorro el catálogo de ‘lumbreras' de las finanzas y la Administración pública que han protagonizado las portadas mediáticas durante los últimos años. También son suficientemente renombrados los ‘chorizos' públicos y privados que directamente se han enriquecido gracias a todo ello y a los que esa gran tortuga llamada Justicia española aun no acaba de hacer pagas sus deudas con la sociedad.)
Excelente selección de fotos... aunque muy corta
No me refería al derecho de voto en sí, Ricardo, sino a que la sociedad deberá asumir la responsabilidad de votar no hacerlo de forma mayoritaria a un partido que en 2011, con Camps al frente, habría tal vez merecido su expulsión del gobierno por su flagrante incompetencia para gestionar la crisis y controlar la corrupción interna, tomando el riesgo -los votantes- de dar el gobierno a una oposición que, es cierto, no ofrece muchas garantías. Pero en eso consisten los riesgos.
"deberán ser los ciudadanos los que asuman sus propias responsabilidades y riesgos -algo que no han hecho ultimamente- y voten en consecuencia". El ciudadano ha ejercido su derecho de voto lo mismo que en Venezula, guste o no el resultado. Otra cosa es que hoy se repitiera o repitiese. No creemos. Respecto a collares y perros quiero entender que se refiere a todo el espectro politico no solo a un partido. En vez de collares exigiría cambio de la ley electoral y reducción de la grasa politica. Puestos a pedir!
Saoret, gracias por sus comentarios. En cuanto a la cuestión que plantea, el Gobierno autonómico puede hacer dos cosas: permanecer hasta las próximas elecciones o adelantarlas. En cualquiera de las dos opciones, ambas legítimas y democráticas, deberán ser los ciudadanos los que asuman sus propias responsabilidades y riesgos -algo que no han hecho ultimamente- y voten en consecuencia. Yo propondría un adelanto electoral a mitad de legislatura
Fantástico editorial, señor Sierra. Quizá falte una reflexión: ¿puede continuar en el gobierno el partido responsable de toda esta ruina, aunque haya cambiado las cabezas visibles? Si el PP continuara en el poder ¿no provocaría que la cada vez más mayoritaria sensación de la opinión pública sobre la ausencia real de democracia se tornara cada vez más y más beligerante? Aunque el actual gobierno sea capaz de llevar a cabo el proceso de deconstrucción de toda la estructura creada por su partido hasta ahora ¿será suficiente que el ciudadano note que se han cambiado los collares, pero que en el fondo siguen los mismos perros? Si en la actual situación no cambia el gobierno (da igual quien coja el testigo de ese gobierno) ¿no pensará el ciudadano que este régimen, pase lo que pase, es para siempre?
Buenos dias: Presumo que, seguirás siendo espectador desde tu privilegiada "atalaya" de como estos castillos levantado con dinero de TODOS se va cayendo. Todos los "hados" todas "las suertes" y "baraka" se han marchado de esta Comunidad y de nuestro país dejando a los ciudadanos al "pie de los caballos". No sé si llegaré a ver el final y el resurgimiento de esta Comunidad, de esta "mi" ciudad pero, cuando uno lee la versión traducida del artículo "The Economist" del sabado cuya traducción se titula "España en la espiral de la Muerte" o lee en tu propio artículo frases como que "Hay que aguantar" o "el que lo haga bien saldrá".Uno realmente tiene dos opciones o meterse debajo de la cama o tomar el toro por los cuernos y tirar para adelante.- La mayoría, los que tenemos o no hijos optaremos por la segunda. Que sigan no mas cayendo torres y torretas. Que se sigan sacando la inmundicia que se ha acumulado en estos años mientras tanto los demás lo que leemos este digital,los que trabajan en lo que pueden todos los días o esperan las fatídicas listas de ERE trataremos que no dejar de respirar . El país no está muerto lo que está muerta es la clase política que nos gobierna pero su agonía demorará aún muchos artículos como el que has escrito hoy.- Un saludo Alejandro Pillado Valencia 2012
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.