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Cómo ganar una batalla financiera
ante la crisis

MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ. 12/06/2012 "Por primera vez en mucho tiempo me atrevo a decir que se ha dado un paso hacia adelante en la solución de la crisis que nos lleva golpeando tantos años..."

MADRID. Hemos venido asistiendo desde principios de año a numerosos desaciertos en la comunicación a los mercados por parte del Gobierno de España que han contribuido, en gran medida, a elevar el estado de ansiedad de los inversores extranjeros y lo que es a mi entender más preocupante: el de algunos ahorradores domésticos que desde hace semanas han comenzado un trasiego de fondos a entidades de otros países de la Unión.

Como he comentado en ocasiones anteriores estas huidas de capital provocadas por el miedo no tienen justificación alguna. Los fondos depositados en entidades de crédito españolas no han estado en ningún momento en riesgo, ni antes ni ahora aún menos, después de que el sábado se aceptara por el Gobierno el plan de financiación ofrecido por la Comisión Europea para la recapitalización de los bancos españoles con necesidades de liquidez.

Como verán no lo denomino plan de rescate como se viene haciendo en muchos medios españoles y extranjeros, aunque se podría llamar así igualmente sin variar en absoluto su validez y eficacia.

ESTRATEGIA COMUNICATIVA 

Por respetar la terminología y estrategia comunicativa que el Gobierno de España ha decidido utilizar y que creo, esta vez sí va bien encaminada para restablecer la confianza.

En pocos días los comentarios, explicaciones e interpretaciones del plan de financiación han sido muchos y diversos. Me temo que una gran parte de ellos se han realizado con demasiado sesgo ideológico o emocional y por tanto poco nos sirven para entenderlo. Creo que para entender la situación habría que partir reconociendo el lugar en donde nos encontrábamos hace tan solo unos pocos días.

En el último mes, y precipitado por un aluvión de información confusa y por desvelarse datos caóticos sobre la situación de la cuarta entidad de crédito española -Bankia-, los mercados financieros, movidos por el miedo, llevaron a cabo un intenso proceso de desinversión en riesgo España, que elevó el coste de financiación de la deuda y los CDS (protección contra 'default' del Estado español) a niveles récord.

SEMBRANDO EL NERVIOSISMO

Se volvió a poner en tela de juicio la continuidad del euro y Fitch nos rebajó hasta el umbral del 'bono basura'. No hace falta mucho para reconocer un escenario evidente de muy alto riesgo que podría haber seguido autoalimentándose de no haberse llevado a cabo ninguna actuación.

El Gobierno, acertadamente, decide emprender una acción de saneamiento de las entidades financieras con problemas para alejar la incertidumbre y propiciar la reanudación del circuito crediticio, actualmente inexistente.

CONSECUENCIAS

Y la decisión, que quiere llevarla a cabo con todas sus consecuencias (auditorías externas), le lleva a tener que hacerse cargo de Bankia con un déficit de capital superior a 20.000 millones de euros.

En condiciones normales de mercado, el Estado español no hubiese tenido ningún problema para encontrar financiación de este importe que supone alrededor de un 2% del PIB. Pero la elevada presión que se estaba sufriendo tanto del mercado como de las instituciones europeas desaconsejaba utilizar esta salida.

El acuerdo de financiación que se alcanzó el sábado, aporta un colchón de hasta 100.000 millones de euros, destinado únicamente a la capitalización de bancos con problemas, con un tipo de interés que no penaliza a España y sin condiciones de tipo fiscal o de política económica.

REBAJAS DE SALARIOS 

En estos términos se encuentra la clave que diferencia el caso español del de otros países como Irlanda, Grecia o Portugal y es algo que va a ser tomado en cuenta positivamente por los mercados. No hay que olvidar, sin embargo, que las condiciones macro como el cumplimiento de déficit ya las tenemos impuestas y que medidas como la reforma del mercado laboral e incluso rebajas de salarios a funcionarios públicos ya han sido llevadas a cabo, no solo por este Gobierno sino también por el anterior.

Por esto, y partiendo un escenario pésimo que en gran medida está ya descontado en mercado, tanto de renta fija como bolsa o divisa, la primera reacción de los inversores no puede ser otra, en mi opinión, que la de la elevación de su apetito de riesgo con respecto a España y a Europa en general

RECURSOS 

España va a contar de ahora en adelante con los recursos para poder deshacerse del lastre que le ha impedido avanzar hacia la recuperación económica. Esto es muy importante.

En el lado menos optimista -o de las dudas- está la implicación que este préstamo de Europa va a tener en las cuentas públicas de nuestro país. Hay que decir alto y claro que quien se endeuda con Europa es el estado Español, no es ni el FROB, ni son los bancos.

DEUDA AL ALZA 

Los bancos deberán devolver los préstamos en su momento o tendrán que ceder su capital al Estado, pero la deuda se computa a España. A medida que se vaya disponiendo de fondos, la deuda total del Estado irá incrementándose y cada vez que se haga frente a pagos por intereses de esta deuda tendrá que ser sumados a la cifra de déficit público. ¿Podrá el Estado español cumplir con un servicio de deuda más alto? ¿Podrá mantenerse en la senda de disminución del déficit?

Existen ya economistas, y algunos con notable prestigio, que prevén un futuro incierto en el que España puede volver a tener que ser asistida, esa vez ya con un rescate en toda regla, porque no sea capaz de hacer frente a la mayor carga de deuda que ha asumido. En mi opinión, no tenemos todavía elementos de juicio para poder llegar a esa conclusión porque todo dependerá de cómo se desarrollen otras variables que hasta ahora son inciertas.

Estas variables son por un lado la capacidad de transmisión a la economía real que tenga la capitalización bancaria y que a su vez dependerá del grado de confianza sobre el estado del sistema financiero español que estas medidas aporten. Yo creo que las posibilidades de éxito o al menos de mejora en este aspecto son altas.

INTEGRACIÓN FISCAL

Y, por otro lado, necesitamos que se avance en la integración fiscal y financiera de Europa. Estos pasos son fundamentales para eliminar dudas sobre la Unión Europea y aleja el fantasma del aislamiento de países con problemas. Aquí también creo que podemos ser moderadamente optimistas porque los países más reacios como Alemania o Finlandia dan muestras de ir cediendo en sus posiciones excesivamente rígidas y como muestra de ello tenemos el acuerdo de financiación alcanzado por España.

Por primera vez en mucho tiempo me atrevo a decir que se ha dado un paso hacia adelante en la solución de la crisis que nos lleva golpeando tantos años. No se ha ganado la guerra, ni mucho menos, pero creo que podemos hablar de recuperación de terrenos perdidos en anteriores batallas.

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Miguel Ángel Rodríguez es analista de XTB

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