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MADRID. Como vengo señalando en mis últimos artículos, el primer paso para salir de la crisis en España tiene que venir de la mano del saneamiento de las entidades financieras que lo necesiten y de la clarificación del panorama crediticio. Y éste se tiene que realizar a través de una información clara, precisa y sin demora de la solvencia de cada uno de los bancos.

Todo indica que Bankia es el gran punto negro de la banca española. El resto de las entidades de crédito pueden tener mayores o menores dificultades, pero todas ellas abordables sin causar un gran descalabro. Se estima que las necesidades de capital de todo el sistema estaría cifrada a día de hoy en unos 60.000 millones de euros. De esa cantidad casi la mitad pertenece a Bankia y el resto, en la mayoría de los casos, pueden ser asumidas por los propios bancos.

Es por tanto acertado centrarse en sacar a flote a Bankia porque ello significaría sentar las bases de la recuperación de la confianza y de la reactivación del circuito crediticio.

DECIDIDA ACTUACIÓN

Pero para solventar esta situación se tiene que actuar de manera decidida, contundente, con ideas claras de lo que se va a llevar a cabo. Para entendernos: hace falta un plan estudiado al detalle, sin dilación y al mismo tiempo comunicando con claridad todos y cada uno de los pasos que se están siguiendo. Desafortunadamente estamos siendo testigos de lo contrario.

El goteo de malas noticias, que cada vez peores, sobre la situación de Bankia -el pasado lunes supimos de un aumento brutal con respecto a las pérdidas declaradas de la matriz de este banco- y, sobre todo, la carencia de un plan completo de rescate por parte del Gobierno está minando la confianza de los inversores en nuestro país, que temen un empeoramiento sin que se haga nada por atajarlo. La prima de riesgo se elevó a niveles máximos y los valores bancarios fueron vendidos de manera agresiva.

La atención de los mercados financieros está centrada en España. Más incluso que en Grecia, que ha llegado a mejorar porque en los sondeos de intención de votos se ha apreciado un incremento de los potenciales votantes del partido Nueva Democracia. Y esto no se puede ignorar.

TRANSMITIR CONFIANZA

Es vital y urgente transmitir a los inversores que el Gobierno de España controla la situación. De nada vale emitir comunicados sobre lo que no se quiere, por ejemplo acudir al Fondo de Rescate, sin presentar una alternativa viable y sobre todo creíble. La clave está en una cifra de 19.000 millones de euros, la que se requiere para salvar a Bankia, y el mercado lo que necesita saber es de dónde van a salir.

Este pasado lunes, la jornada bursátil comenzó con un tono más optimista porque se había publicado que ya existía un plan: el Estado acudiría a una ampliación de capital de Bankia en la que presumiblemente se quedaría con el 90% de su capital y que pagaría las acciones con deuda, con bonos del estado -está formula ya se había llevado a cabo en otros países-, deuda que serviría a la entidad para pignorarla en el Banco Central Europeo (BCE) y con ella recibir la liquidez que necesita.

Esta operación necesitaría el visto bueno de la Comisión Europea y del BCE, pero según la información publicada todo se daba a entender que estos requisitos estaban superados.

MÁS DÉFICIT

Esta deuda emitida por el Estado para comprar el capital de Bankia incrementaría el déficit, evidentemente, pero pudimos observar como este elemento no suponía una mayor preocupación para los inversores, que cada vez más -y con más claridad- están dando señales de que la incertidumbre y la aversión al riesgo España proviene del desconocimiento de la situación de la banca y de la degradación de la economía, no del nivel de deuda.

La conferencia de prensa de Rajoy supuso un jarro de agua fría para los mercados al desvelarse que no se tenía ningún plan concreto y que ni tan siquiera se había comentado el anterior con el BCE. No se puede perder el tiempo en un resolver problema que va creciendo por minutos. Todavía tenemos la oportunidad de salir de esta grave crisis si el Gobierno consigue el apoyo de Europa para inyectar la liquidez requerida por Bankia a través de deuda pública. Si no es así quedaría acudir al Fondo de Rescate.

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Miguel Ángel Rodríguez es analista de XTB